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Todas las transmisiones de Semana Santa en un solo click

Comienza la Semana Santa, todas las transmisiones de estos días pueden seguirlas en casa desde la parroquia digital Nivariense:

Parroquia Digital

https://www.cope.es/emisoras/canarias/santa-cruz-de-tenerife/tenerife/semana-santa-en-tenerife/noticias/escucha-especial-semana-santa-cope-canarias-este-lunes-santo-20200406_671084?fbclid=IwAR1C7mp4IWfXcrpFsCYBedxdOPGIz-6rUTcDZr7YSOyhnYDdFtgBttWlSfo

Estas emisiones comienzan este Domingo de Ramos con la Misa que preside el obispo a las 11.3o en la Catedral.

Bernardo Álvarez en la guía para la Semana Santa en familia señalaba que:

Tengan por seguro que estoy cercano a cada uno de ustedes en la memoria y en la oración. Ante el sagrario, con toda mi fe en la presencia del Señor, pido por todos, especialmente por los que están enfermos y por quienes cuidan de ellos, y –entre otras oraciones- hago aquella con la que Dios pidió que fueran bendecidos los israelitas: “El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor. El Señor te muestre su rostro y te conceda la paz”. Es lo que deseo ahora mismo para ti, que estás leyendo estas líneas.

Junto a la exhortación de Jesús, “tened valor”, en estos días de tribulación en nuestro país y en el mundo entero, me han venido a la memoria las palabras de San Pedro en su primera carta: “Mediante la fe, estáis protegidos con la fuerza de Dios…, aunque ahora sea preciso padecer un poco en pruebas diversas” (1Pe. 1,5-6). Sí, hermanos, gracias a la fe, la situación que nos toca vivir la podemos afrontar con esperanza, porque tenemos la certeza de que Dios está de nuestra parte y siempre se cumplen aquellas palabras: “El afligido invocó al Señor, él lo escuchó y lo salvó de sus angustias” (Salmo 34,7).

Hermanos, apoyados en el Señor y en su promesa de estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo, nos disponemos a celebrar la Semana Santa del año 2020.
Ciertamente, una Semana Santa diferente en la forma de celebrarla, pero idéntica en el fondo. Como cada año, desde el Miércoles de Ceniza, nos hemos venido preparando en esta “cuaresma”, tan especial por las circunstancias de la “pandemia del coronavirus”, para que ahora, “por la celebración de los misterios que nos dieron nueva vida, lleguemos a ser en plenitud hijos de Dios”.

En esta expresión, del Prefacio I de Cuaresma, se condensa todo lo que celebramos en la Semana Santa: “los misterios que nos dieron nueva vida”; y, también, la finalidad de las celebraciones de estos días: que los fieles cristianos avancemos en el camino de la fe para que “lleguemos a ser en plenitud hijos de Dios”.

En circunstancias normales, celebramos la Semana Santa todos juntos, en nuestros templos y por las calles. Siempre se nos ha dicho que a los actos externos debe unirse la intención del corazón, es decir, que nuestro culto a Dios debe ser “en espíritu y en verdad” si queremos que produzca fruto en nosotros y que, realmente -la celebración de los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo- haga posible que “lleguemos a ser en plenitud hijos de Dios”, que es para lo que celebramos la Semana Santa. Pues bien, ahora nos toca celebrar una Semana Santa “interior”, en el corazón, escuchando la palabra de Dios, contemplando los últimos días de la vida de Jesucristo en este mundo “como si presente me hallase” en aquel tiempo y lugar, orando a Dios que está en todas partes y siempre nos escucha.

Este año 2020, todos estamos “providencialmente obligados” a celebrar la Semana Santa en casa. Nuestro hogar será el templo y nosotros, la familia, somos la Iglesia. “Iglesia doméstica” que, junto a los fieles cristianos del mundo entero, somos la Iglesia de Cristo en la que, a imagen del cuerpo humano, Él es nuestra cabeza y nosotros somos sus miembros; un cuerpo, por cierto, en el que cada uno de nosotros existe en relación con los otros. El Señor está con nosotros. Así nos lo prometió: «Allí donde dos o más están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos» (Mt. 18,20). Además, sabemos que orando con nosotros está la Virgen María. Como dice una canción: “Mientras recorres la vida, tu nunca solo estás, contigo por el camino, Santa María va”. Ella, que estuvo junto a la cruz de su Hijo, también está junto a nosotros, especialmente en los momentos de dificultad y sufrimiento.

Para ayudarles a celebrar la Semana Santa en familia, aquí les ofrecemos estos materiales que les van a permitir vivir paso a paso las principales celebraciones de estos días. Este material es complementario al hecho de poder unirse a las celebraciones litúrgicas que por los medios de radio, televisión y plataformas digitales nos ofrecerán los sacerdotes en la intimidad de los templos. Unámonos rezando en familia.

Los materiales han sido preparados por la Diócesis de Albacete y, contando la generosa disponibilidad de su Obispo, MONSEÑOR ÁNGEL FERNÁNDEZ COLLADO que, en un gesto de comunión eclesial y de comunicación cristiana de bienes, nos permite utilizarlos es nuestra Diócesis Nivariense. A Él y a los componentes del Secretariado Diocesano de Liturgia de aquella Diócesis, que prepararon esta guía de celebraciones, nuestro reconocimiento y gratitud. Como dice el Obispo de Albacete:

“La situación nos obliga a vivir la Semana Santa en nuestros hogares, usando los medios de comunicación que estén a nuestro alcance. Toca estar en silencio, pero en un silencio sonoro que haga de nuestra oración una súplica insistente al Señor de la Vida por la salud de nuestros hermanos. Ahora, más que nunca, debemos ejercer la caridad en el seno de nuestras familias y de manera creativa, con los enfermos, sus familiares y nuestros vecinos. Podemos pensar cómo hacer llegar nuestra oración y cercanía, implorando la salud ante alguna imagen o estampa de Cristo, la Virgen María o cualquier santo de nuestra devoción”.

Hermanos, “los misterios que nos dieron nueva vida” y que celebramos durante la Semana Santa culminan en la Resurrección, en la alegría de la Pascua. Dios quiera que pronto pase esta pandemia y todos juntos podamos celebrar con una alegría desbordante, y más que nunca, la gran fiesta cristiana de la Pascua”.
Pongamos nuestra confianza en el Señor, pidamos los unos por los otros, encomendemos a los que están luchando primera línea contra la pandemia; que el Señor les acompañe en su tarea y les ilumine, mostrándoles el mejor camino que hay que seguir en estas circunstancias. Con nuestra oración, el Señor hará que los esfuerzos de todos produzcan buenos frutos.

Un fuerte abrazo para todos, especialmente para los enfermos, sus familias y para los que los cuidan. Y, de modo particular, un cariñoso saludo a los niños.

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