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La Misión joven Rural “ha superado todas las expectativas iniciales. El Espíritu, una vez más, nos ha sorprendido”

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“Tenemos que intentar hacer alguna actividad en nuestras Parroquias para que los jóvenes reaviven su encuentro personal con Dios…. Necesitamos que los jóvenes de nuestros pueblos entiendan que la Iglesia es su casa”. Con este diálogo entre diversos jóvenes de las Parroquias de Fines, Partaloa y Olula del Río con el párroco de las mismas se empezó́ a fraguar la misión evangelizadora que se ha desarrollado en estos municipios del Arciprestazgo del Almanzora el primer fin de semana de mayo. Días después de su conclusión el comentario entre los miembros de estas Parroquias es unánime: “Se han superado todas las expectativas iniciales…, el Espíritu Santo, una vez más, nos ha sorprendido”. Si no, sería una utopía pensar que lo que empezó en una reunión distendida entre feligreses de estas comunidades parroquiales terminase albergando a más de 50 jóvenes que, de procedencia muy diversa, residen actualmente en nuestra geografía diocesana. De hecho, si bien se trataba de una actividad de ámbito parroquial, como tantas que admirablemente se desarrollan por medio de las Parroquias, Movimientos y Asociaciones cristianas de nuestra Diócesis de Almería, se vio la necesidad de facilitar la inscripción al evento de todo aquel que desease participar.

Con el lema “la alegría es misionera” el viernes 3 de mayo tenía lugar la acogida en Fines de los jóvenes que, insertados principalmente en la pastoral universitaria de nuestra Diócesis de Almería, acudían generosamente a la invitación que habían recibido a través de los grupos juveniles de estos pueblos, ofreciendo así un claro testimonio de comunión eclesial. Los feligreses de estos pueblos quedaban así profundamente agradecidos y sorprendidos por la asistencia de tantos misioneros jóvenes a esta misión de ámbito parroquial. Y, como no podía ser de otra forma, todos en familia comenzaban encomendando los frutos de esta misión a Dios en una significativa adoración eucarística.

Imposible resumir todo lo realizado en la frenética jornada evangelizadora del día 4 de mayo, en la que, de una forma dinámica y divertida, se acercó la Fe, principalmente, a los niños y jóvenes de estas 3 Parroquias almerienses. Sin embargo, aquellos feligreses que se encontraban en sus casas también pudieron recibir la visita de este nutrido grupo de discípulos que, con la alegría del que entrega la vida al servicio de los demás, derrochaban amor de Dios en sus obras y palabras. Al caer la tarde, ya con Jesús sacramentado en la custodia, los jóvenes misioneros guiaron a los asistentes en una emotiva oración caracterizada por el uso de diversos cantos y música cristiana. Sin duda, un día lleno de espíritu fraterno que tuvo su perfecto broche de oro con un concierto donde se pudo compartir todo lo vivido en un ambiente que reflejaba la alegría propia del que “pierde su vida” por el Reino de Dios.

Concluía este apasionante encuentro misionero con la Misa del domingo 5 de mayo en un abarrotado Templo Parroquial dedicado a la Virgen del Rosario, que tuvo a bien presidir nuestro Obispo D. Antonio. En su homilía invitó a los miembros de estas Parroquias a cuidar como un tesoro la semilla del Evangelio que habían recibido durante estos días, al tiempo que exhortaba al compromiso evangelizador de todos los participantes en beneficio de toda la Diócesis de Almería.

Sin duda un encuentro donde el Espíritu Santo ha unido eclesial y socialmente a todos los hijos de estos pueblos, pues cabe destacar la generosidad tanto de los feligreses como de las instituciones sociales y civiles de estas comunidades para que todo saliera perfectamente, como así ha sido. Y es que antes de marchar, los misioneros han destacado lo bien que han sido atendidos en sus necesidades, tanto en lo referente al hospedaje, la comida, el buen trato de la gente…. En definitiva, se han sentido como en casa, con un profundo agradecimiento que les hacía plantearse la posibilidad de regresar para revivir una experiencia que, sin lugar a género de dudas, quedará para siempre grabada en los corazones de todos los que han tenido el privilegio de asistir.

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Cáritas | Cuidado de las personas, cuidado de los pueblos

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Cáritas | Cuidado de las personas, cuidado de los pueblos

Como cada 15 de mayo, en Cáritas celebraremos el día del Mundo Rural recordando a San Isidro Labrador, patrón de los agricultores, ganaderos y gentes del campo. Este año, el foco lo ponemos en el “cuidado de las personas, cuidado de los pueblos”.

La densidad de población de la provincia de Sevilla es superior a la de España y Andalucía. La gran mayoría de la población se concentra en la capital y sus alrededores, donde reside aproximadamente el 80 % de los sevillanos, lo que supone que solo el 20 % de la población vive en zonas rurales. Pero a pesar de estos datos, en nuestra diócesis se realiza una apuesta firme por la presencia de Cáritas en todas las parroquias.

Los datos hablan de un descenso e incluso de desaparición de lo rural, de ausencia de gente joven, de comunidades reducidas, envejecidas y sin servicios. Sin embargo, al mismo tiempo, se observa un relativa “moda” de lo rural, con una tendencia a regresar a los pueblos, tanto de forma temporal como permanente; tanto de personas jóvenes como de personas jubiladas. También se observa una realidad mayor de personas y familias migrantes que buscan en los pueblos un lugar donde proyectar su vida, siendo todas estas realidades acompañadas desde la cercanía que ofrece una Cáritas rural, que permite minimizar las dificultades para trabajar de manera conjunta con los servicios sociales e incluso autoridades públicas.

Es precisamente también en este entorno, en el rural, donde la solidaridad vecinal, las costumbres y el sentido y responsabilidad de pertenencia siguen siendo una fortaleza.

El papa Francisco en la encíclica Fratelli Tutti nos invita a que “cuidemos la fragilidad de cada hombre, de cada mujer, de cada niño y de cada anciano, con esa actitud solidaria y atenta, la actitud de proximidad del buen samaritano”, (79). Nos damos cuenta de que el cuidado no solo es responsabilidad de los que tienen los recursos y el poder, sino que hemos de cuidarnos unos a otros y, juntos, la Casa Común, teniendo un papel fundamental en ello la Iglesia rural.

Desde las Cáritas rurales luchamos por ser instrumentos de Dios siguiendo el ejemplo de san Isidro, cuidando y labrando el mundo rural y sus gentes, para asegurarnos una buena cosecha.

Almudena Durán.
Técnica de Acompañamiento al Territorio.

 

 

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Peregrinación a Valladolid del Apostolado de la Oración

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27 peregrinos cordobeses han celebrado el 180 aniversario del nacimiento del Apostolado de la Oración

El director diocesano del Apostolado de la Oración, Antonio Gálvez, ha acompañado este fin de semana a los 27 peregrinos cordobeses que han participado en la peregrinación a Valladolid, para celebrar el 180 aniversario del nacimiento del Apostolado y el 100 aniversario de la consagración de Valladolid al Sagrado Corazón de Jesús. En la peregrinación han participado también las diócesis de Granada, Barcelona y Madrid.

El viaje comenzó en viernes por la mañana, la primera parada fue en el monasterio de Daimiel, en la provincia de Ciudad Real, donde fueron asesinados en 1936, durante la Guerra Civil Española, los 26 mártires de Daimiel. Este grupo lo formaban sacerdotes y religiosos de la Congregación Pasionista. La siguiente parada fue en el Cerro de los Ángeles donde tuvieron la oportunidad de conocer el convento de las Carmelitas Descalzas y la Basílica que hay debajo del monumento al Sagrado Corazón de Jesús.

La segunda jornada, el sábado 11 de mayo, comenzó con la visita a Medina del Campo, donde Bernardo Francisco de Hoyos estudió en el colegio de los jesuitas. Posteriormente visitaron la localidad de Alaejos, donde el Beato fue trasladado para curarse de unas fiebres. Villagarcía de Campos fue otro de los municipios que visitaron durante la peregrinación, conociendo la colegiata donde el Beato estudió Teología. La intensa jornada del sábado terminó visitando la casa natal de Bernardo Francisco de Hoyos en Torrelobatón, así como su parroquia, donde celebraron la eucaristía.

Monseñor Luis Arüello, arzobispo de Valladolid, recibió al grupo de peregrinos en la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción de Valladolid el domingo por la mañana. Visitaron la Catedral, en la que ganaron el jubileo y tuvieron la oportunidad de rezar ante la imagen del Sagrado Corazón de Jesús. Por último, la eucaristía del domingo la tuvieron en el Santuario Nacional de la Gran Promesa, donde, en1733, el Beato tuvo las apariciones del Corazón de Jesús y en una de ellas el Sagrado Corazón de Jesús le prometió: «Reinaré en España con más devoción que en otros lugares».

El Beato Francisco de Hoyos nació en Torrelobatón, Valladolid, el 21 de agosto de 1711, fue un presbítero jesuita y el primer y principal apóstol en España de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.














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Martes, 14 de mayo

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Dossier de prensa diario elaborado por la Delegación diocesana de Medios de Comunicación Social de la diócesis de Córdoba.

20240514 ABC

20240514 Dossier de prensa

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Ocho catecúmenos celebraron el Rito de Entrada a la Iniciación Cristiana

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El pasado domingo, en el día de la Ascensión del Señor, la Catedral de Cádiz acogió a ocho catecúmenos adultos en la celebración del Rito de Entrada a la Iniciación Cristiana, presidida por el obispo, Mons. Rafael Zornoza.

El prelado en su homilía señalaba «nosotros valoramos mucho el bautismo, porque en así se nos introduce a esta vida de Dios. El Señor ya nos encomienda una misión; seréis mis testigos hasta el confín de la tierra. El Señor victorioso siempre se hace paso para llegar a los corazones de los hombres, para ser santos de Dios».

Mons. Zornoza se dirigió a los catecúmenos «hoy es un día en el que tenemos que dar gracias y mirar al cielo. Habéis entrado en la Iglesia con el signo de la Cruz en vuestra frente, oídos, boca, pecho, en la espalda…el Señor os da con la Cruz su protección y sobre todo, el signo de ese amor poderoso que nos da la libertad de dar la vida por amor. Perseverad en esta preparación al bautismo, contáis con la oración de toda la Iglesia. Para nosotros también sois el recuerdo de que debemos vivir ejemplarmente nuestra fe».

Los catecúmenos, ya han comenzado este peregrinaje hacia el Bautismo, un camino de fe que el Señor concede a los fieles. De manera que ahora, deberán vivir un periodo sólido y prolongado en el que concluirán con los escrutinios y las entregas.

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“Pedimos al Señor que aumente en nosotros el don de la esperanza”

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Homilía del arzobispo Mons. José María Gil Tamayo, en la Eucaristía celebrada en el día de la solemnidad de la Ascensión del Señor, el 12 de mayo de 2024, en la S.A.I Catedral. Durante la Eucaristía, grupo de 13 adultos recibieron el Sacramento del Bautismo.

Queridos sacerdotes concelebrantes;
querido diácono, especialmente queridos párrocos de estos catecúmenos;
queridos amigos, hermanos catecúmenos, vosotros y vosotras que venís hoy a recibir los Sacramentos de la salvación;
queridos hermanos y hermanas, que les acompañáis, catequistas, familiares, amigos:

Hoy celebramos un día grande, un día grande para vosotros, el más importante. Vais a recibir la salvación de nuestro Señor Jesucristo. Y lo hacéis en el marco de esta celebración pascual, la Ascensión del Señor, en la que contemplamos ese partir de este mundo y a Jesucristo glorioso, Resucitado, al Padre, a Dios. Cristo no está en un lugar. Cristo no es una idea ni es un recuerdo. Es alguien vivo. Alguien que sale de Dios y viene a nosotros para salvarnos. Esa primera venida del Señor es la humildad y en la humanidad de nuestra carne. Esa primera venida del Señor para compartir lo que es propio del hombre, todo excepto el pecado. Esa primera venida del Señor que nos muestran los Evangelios en su paso por la tierra. Pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el mal. Esa venida del Señor, que culmina con su Pasión, muerte y Resurrección. Lo central de nuestra fe, entregado como víctima de propiciación por nuestros pecados; resucitado para nuestra justificación, como nos dice San Pablo. Cristo asciende a los cielos, vuelve al Padre. Pero el Cristo que vuelve al Padre lleva consigo nuestra humanidad, glorificado, ciertamente. Pero, como hemos escuchado, ya nos precede en los cielos como cabeza nuestra, aquel de quien formamos parte como cuerpo.

Queridos catecúmenos, vosotros ahora, dentro de un momento, vais a entrar a participar de esa victoria de Cristo, de esa salvación de Cristo realizada de una vez para siempre, en el sacrificio de la Cruz. Vais a entrar a participar de Cristo Resucitado. Vosotros sois el Cuerpo de Cristo, dice San Pablo. Y vais a entrar a participar y se os aplicarán los méritos de nuestro Señor Jesucristo. Vais a ser cristificados. Perceptiblemente, no vais a notar nada, pero, vais a salir distintos de como habéis entrado.

Queridos hermanos y hermanas, esto es lo que se va a producir en vosotros. Habéis entrado como simples personas con una dignidad infinita, inalienable, a imagen y semejanza de Dios. Pero vais a ir configurados por Cristo, nuestro modelo, nuestra vocación suprema. Vais a ser injertados en Cristo, revestidos de Cristo, incluso de manera visible. Esa vestidura blanca que os impondremos será signo y señal de vuestra condición nueva de cristianos sin mancha. Van a ser perdonados vuestros pecados. Vais a recibir el don del Espíritu Santo, bautizados en el Espíritu Santo con sus dones y, al mismo tiempo, con todas sus gracias, para ser testigos de Jesús, para enseñarnos a los cristianos viejos, vosotros que sois conversos y habéis conocido a Cristo, ya de mayor, que no podemos ser cristianos a medias, que no podemos ir tirando, que no podemos quedarnos unos cristianos para una temporada cuando nos van las cosas mal, o reducir nuestro cristianismo a algo tan privado que no se manifieste en nuestras obras. Y, es más, muchas veces nuestras obras contradicen a nuestra propia fe, porque no somos coherentes.

Queridos hermanos y hermanas catecúmenos, enseñadnos el testimonio de la coherencia cristiana, con naturalidad, con fe sencilla. Mostrad al mundo y mostrad en vuestros ambientes que habéis encontrado la perla preciosa; que habéis encontrado el tesoro escondido; que os habéis encontrado con Cristo. Enseñadnos que no se puede estar con Cristo y contra Cristo, como Él mismo nos dice. Y como Él nos dice también, no se puede estar recogiendo y desparramando a la vez.

Queridos hermanos, ser fieles a Cristo que os ha llamado, que os va a transformar y que os invita a vivir su misma vida como vais a profesar. Por una parte, las renuncias en la vida interior al pecado y, al mismo tiempo, la manifestación y la profesión de fe, esa fe que nos gloriamos de profesar en Cristo Jesús, Señor nuestro. Vais a entrar a formar parte de su Cuerpo, que es la Iglesia. Esta Iglesia justa y pecadora a la vez. Esta Iglesia que la componemos nosotros, pero que en ella ha habido multitud de santos que ya nos han precedido al Cielo. Esta Iglesia, que está extendida por toda la tierra como una gran familia y muchos hermanos nuestros perseguidos por el nombre de Jesús. Esta Iglesia nuestra, que peregrina en Granada con sus santos, con su Gloria, pero también con su presente y su futuro, del que entráis a formar parte. Esta Iglesia que es el Cuerpo de Cristo, que ya está en los cielos el Señor. Y nos invita, como nos ha dicho San Pablo en la Carta a los Efesios: “El Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la Gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo. Ilumine los ojos de vuestro entendimiento, para que conozcáis la esperanza a la que os llama, la riqueza de gloria que dan en herencia los santos”.

Queridos catecúmenos, tened muy presente que vamos peregrinando hacia el Cielo; que somos una Iglesia que camina. Una Iglesia que peregrina. Eso significa parroquia, pueblo que camina. Y ese es el itinerario, como nos muestra San Lucas también en los Hechos de los Apóstoles y antes en su Evangelio. Esa ascensión de Cristo hacia Jerusalén. Primero esa venida de Cristo a nuestra humanidad y esa venida que continúa en ese camino de ascensión hacia Jerusalén, donde se entrega por nosotros en el misterio pascual. Y ese caminar de Cristo, esa ascensión al cielo de donde había venido. Y como hemos escuchado también en la carta del apóstol San Pablo a los Efesios, este Cristo que ha sido resucitado de entre los muertos y sentado a la derecha en el Cielo, por encima de todo principado, poder y fuerza, dominación; y por encima de todo nombre conocido, se cumple lo que dice San Pablo en la Carta a los Filipenses, cuando nos habla del abajamiento de Cristo hasta hacerse uno de nosotros muriendo en la cruz. Y nos dice también, “en nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, y toda lengua proclame ‘Jesucristo es el Señor, para la gloria de Dios Padre’”. Que Jesús sea vuestro modelo. Que Jesús sea vuestro camino y vuestra meta. Que Jesús sea vuestra vida. Que os haga salir de la muerte y de la caducidad, de tantas y tantas cosas terrenas que no llevan a nada. Que Cristo sea vuestra verdad, que dé respuesta a vuestros interrogantes profundos y tengáis con el don de consejo esa capacidad iluminada por el espíritu de compartir con los hombres y mujeres con los que tratáis y con los que vivís el anuncio cristiano con sencillez, proponiendo a Cristo con vuestra propia vida.

Queridos hermanos, vivamos este gozo y, al mismo tiempo, le pedimos al Señor que aumente en nosotros el don de la esperanza, de que un día, nosotros también, si seguimos la estela de Cristo, si vivimos como Él vivió, a pesar de los pesares, de que somos poca cosa y somos pecadores y necesitamos el perdón de Dios una y mil veces; un día también nosotros estaremos con Él en el Cielo.

Queridos hermanos, esta es una fiesta de alegría. El Señor se ha ido, pero como nos dirá el prefacio de la Eucaristía de este día, no se ha desentendido de nosotros, no se ha desentendido de nuestro mundo. Y nos invita a nosotros también, que, aspirando a los bienes de allá arriba, como nos dice San Pablo, “donde está Cristo, hagamos un mundo mejor, un mundo con los valores del Evangelio, con la enseñanza de Jesús. Un mundo donde seamos esa sal de la tierra que transforme esa levadura, esa luz del mundo, que será significada también el entregarnos la vela encendida del cirio que simboliza a Cristo, para que alumbre así vuestra vida, vuestras obras y den gloria a vuestro Padre del Cielo.

Queridos hermanos y hermanas catecúmenos. Vais a recibir también la Eucaristía, esa presencia de Cristo que nos dice en el Evangelio “El que come mi carne y bebe mi sangre, habita en mí y yo en él. Lo mismo que el Padre vive y yo vivo por el Padre
-nos dice en el capítulo seis del Evangelio de San Juan- “El que me come, vivirá por mí”.

Sin Eucaristía no podemos vivir los cristianos. Que la misa dominical forme parte de vuestra vida. Que os acerquéis con hambre de Cristo a recibirlo. Que viváis su presencia en medio de nuestros tabernáculos, de nuestras iglesias y de esa presencia de Dios continuo en vuestro trabajo, en vuestra vida de familia, en vuestros estudios, en vuestras relaciones sociales. Que viváis la Eucaristía como un incentivo para querer a los más necesitados, a los más pobres, con el amor de Cristo que ha sido derramado -como nos dice San Pablo también en la Carta a los Romanos- con el Espíritu Santo que nos ha dado. “Porque la esperanza no defrauda”, dirá antes de esas palabras. Con esa esperanza hoy, miramos a Cristo, resucitado y ascendido a los cielos. Y miramos a María, que ya también participa de manera plena con su Cuerpo, también, no sólo con su alma, de la misión, de la posesión, de la vida eterna, de la Resurrección de Cristo. No podía conocer la corrupción del sepulcro, aquella que albergó en sus purísimas entrañas al Verbo de la vida, al Verbo hecho carne.

Que Santa María os cuide, os proteja y os ayude en vuestro camino de cristianos. Que deis testimonio de Jesús. Que amáis a Cristo y amáis a los demás. En definitiva, que viváis el amor a Dios y el amor al prójimo, que es nuestro distintivo.

+ José María Gil Tamayo
Arzobispo de Granada

15 de mayo de 2024
S.A.I Catedral de Granada

Homilía en la fiesta de San Juan de Ávila,

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Querida Comunidad, hermanos presbíteros y diácono, vida consagrada, familiares y amigos que un año más nos congregamos en torno a la fiesta de San Juan de Ávila, para sentir y celebrar nuestra fraternidad presbiteral y diaconal, del patrón del clero español. Como siempre que celebramos la Eucaristía, Dios establece con cada uno de nosotros un diálogo personal y renueva su Alianza.

Antes de nada, dar gracias a Dios por todos y cada uno de los que hoy celebráis vuestras bodas de oro y plata sacerdotales. Querido Eduardo Fernández, que celebras 50 años de sacerdote y vosotros mis queridos Manuel Pozo, Ramón Bogas, Victoriano Montoya, Antonio de Mata, Ramón Carlos Rodríguez, Alejandro Moreno y Jorge Cabús, que celebráis las bodas de plata. Sabéis que boda significa compromiso público y solemne, y vosotros de una y otra manera, pasando por dificultades (supongo) y momentos de gozo, habéis mantenida encendida la lámpara de vuestro ministerio y sois también ejemplo para todos nosotros los que aún caminamos con vosotros en esta hermosa vocación y misión.

Quizás deba comenzar por una advertencia de aquel quien escuchó predicar en Granada a nuestro Patrón siendo colegial [Francisco Terrones]  y, siendo obispo de Tuy, lo describió, en su Instrucción de Predicadores como ejemplo de cómo se debe predicar. Primero el predicador –describiendo a san Juan de Ávila- debe estar motivado, con ganas de llevar a Cristo a los que le escuchan. Después, para predicar no revolver muchos libros, ni decir muchos conceptos para presentarse como un erudito, para nuestra gloria. Basta con decir una razón y una convicción que abrase las entrañas de los oyentes. ​No nos lo ha puesto fácil, pero todos debemos aprender este arte de la predicación que, mirándolo bien, nace del mismo Jesucristo.

Hoy la oración colecta dice: “Oh Dios, que hiciste de san Juan de Ávila un maestro ejemplar para tu pueblo, por la santidad de su vida y por su celo apostólico, haz que también en nuestros días crezca la iglesia en santidad por el celo ejemplar de sus ministros.”  Profundizar en esta oración, sería suficiente, en palabras del santo: “Si me mandáis, Señor, hacer lo que vos hicisteis, dame vuestro corazón”.

Si el Siglo de Oro fue también un tiempo que descolocó a muchos por tantas novedades y por cambios sociales tan radicales, la motivación de san Juan de Ávila debe ser también la nuestra, en estos tiempos en los que nos ha tocado vivir que son germen de algo distinto y totalmente nuevo. Su movimiento del alma fue el afán de llevar a Cristo a los demás.

Este impulso misionero le hace plantearse ir al Nuevo Mundo. Pero se lo impiden y es encarcelado por la Inquisición. Cinco acusadores cincuenta defensores. Asume que “sus Indias están en Andalucía” y se entrega con mayor amor, a aquel clero que le ha llevado ante los tribunales y a prisión.

Benedicto XVI el día que proclamó Doctor de la Iglesia a San Juan de Ávila, aquel 7 de octubre de 2012, dijo: “Quisiera ahora reflexionar sobre la «nueva evangelización», relacionándola con la evangelización ordinaria y con la misión ad gentes. La Iglesia existe para evangelizar. Fieles al mandato del Señor Jesucristo, sus discípulos fueron por el mundo entero para anunciar la Buena Noticia, fundando por todas partes las comunidades cristianas. Con el tiempo, estas han llegado a ser Iglesias bien organizadas con numerosos fieles”.

Hemos resumido la vida de san Juan de Ávila en una de sus frases: “Sepan todos que nuestro Dios es amor”. Esto es una llamada a la santidad, en toda regla, y a mantener un corazón misericordioso por encima de la ley. Recordad la parábola del padre bueno y los dos hijos. Es una de las ideas clave del renovado impulso del Concilio Vaticano II: los santos son los verdaderos protagonistas de la evangelización en todas sus expresiones. A este respecto os invito a leer los números del 39 al 42 de la Constitución Lumen Gentium.

En ellos descubrimos, los pioneros y los que impulsan la nueva evangelización: con su intercesión y el ejemplo de sus vidas, abierta a la fantasía del Espíritu Santo, muestran la belleza del Evangelio y de la comunión con Cristo a las personas indiferentes o incluso hostiles, e invitan a los creyentes tibios, por decirlo así, a que con alegría vivan de fe, esperanza y caridad, a que descubran el «gusto» por la Palabra de Dios y los sacramentos, en particular por el pan de vida, la Eucaristía. Santos y santas florecen entre los generosos misioneros que anuncian la buena noticia a los no cristianos, tradicionalmente en los países de misión y actualmente en todos los lugares donde viven personas no cristianas. La santidad no conoce barreras culturales, sociales, políticas, religiosas. Su lenguaje – el del amor y la verdad – es comprensible a todos los hombres de buena voluntad y los acerca a Jesucristo, fuente inagotable de vida nueva.

En este sentido releamos Evangelii Gaudium, [nº 262], nosotros que hemos sido llamados a trabajar en comunión en este bienio pastoral bajo el lema: “Juntos peregrinamos para evangelizar”, nos dice el Papa Francisco: “Evangelizadores con Espíritu quiere decir evangelizadores que oran y trabajan. Desde el punto de vista de la evangelización, no sirven ni las propuestas místicas sin un fuerte compromiso social y misionero, ni los discursos y praxis sociales o pastorales sin una espiritualidad que transforme el corazón. Esas propuestas parciales y desintegradoras sólo llegan a grupos reducidos y … mutilan el Evangelio. Siempre hace falta cultivar un espacio interior que otorgue sentido cristiano al compromiso y a la actividad. Sin momentos detenidos de adoración, de encuentro orante con la Palabra, de diálogo sincero con el Señor, las tareas fácilmente se vacían de sentido, nos debilitamos por el cansancio y las dificultades, y el fervor se apaga”.

El Papa clama por que seamos evangelizadores con Espíritu. Y por tanto reclama un compromiso cristiano en favor de los más necesitados, la Iglesia “pobre y para los pobres”, que nos lleve a un mundo mejor por medio del mensaje evangélico del Reino. Pero esto, dice, sólo puede conseguirse por la conversión previa del corazón por una vida espiritual de comunión con Dios.

Queridos hermanos sacerdotes y diáconos, querida comunidad, la santidad no polariza la vida. También nosotros, podemos polarizar nuestra vida sacerdotal, bien enfatizando unas formas tradicionales de la espiritualidad cristiana … o centrándonos en el compromiso temporal. Por ello, para potenciar la unidad del presbiterio por encima de las distintas sensibilidades, que las tenemos y pueden separarnos cuando son exclusivistas. Deberíamos escuchar la recomendación del Papa San Juan Pablo II, en su Carta Apostólica Novo Millennio Ineunte [nº 45], al concluir el Jubileo del año 2000, palabras que tanto tienen que ver con la sinodalidad: “La teología y la espiritualidad de la comunión aconsejan una escucha recíproca y eficaz entre los pastores y los fieles, manteniéndolos por un lado unidos en todo lo que es esencial y, por otro, impulsándolos a confluir normalmente incluso en lo opinable hacia opciones ponderadas y compartidas”.

La misericordia es el latido del corazón del pastor. Querida comunidad, que san Juan de Ávila nos guíe, acompañe e impulse a renovar nuestras vidas y nuestra pastoral.

+ Antonio, vuestro obispo

Los Obispos del Sur de España celebran su Asamblea Ordinaria

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Se ha celebrado en Córdoba, los días 13 y 14 de mayo, la CLVI Asamblea Ordinaria de los Obispos del Sur de España, que comprende las diócesis de Sevilla, Granada, Almería, Asidonia-Jerez, Cádiz y Ceuta, Córdoba, Guadix, Huelva, Jaén y Málaga. La Asamblea, con la participación del Obispo de Málaga, D. Jesús Catalá, comenzó con un tiempo de retiro y adoración del Santísimo, dirigido por D. Francisco Jesús Orozco, Obispo de Guadix, que habló, en la meditación, del ministerio episcopal en el contexto actual a la luz de las enseñanzas de san Juan de Ávila.

Además, al finalizar la primera jornada, tras la celebración de la Eucaristía, los Obispos han venerado las reliquias de San Juan de Ávila, que recorren de manera itinerante las diócesis españolas.

Uso extralitúrgico de lugares sagrados

La Asamblea ha revisado y ratificado el documento “Usos extralitúrgicos de las iglesias dedicadas al culto”, que fue aprobado por los Obispos de las Provincias Eclesiásticas de Granada y Sevilla, con sede en el territorio de Andalucía, para sus respectivas Diócesis, en el transcurso de la CXXIX Asamblea Ordinaria, celebrada en Córdoba, en octubre de 2014.

Se trata de un documento que presenta un marco normativo común, en sintonía con lo establecido por la Iglesia a este respecto, que ayuda a clarificar y discernir la idoneidad de los actos que se pretendan celebrar en lugar sagrado. Además, se ofrecen indicaciones claras para el mejor desarrollo de los mismos.

Seminarios

Los Obispos también han dialogado sobre los Seminarios Mayores en Andalucía, al hilo del documento “Criterios para la actualización de la formación sacerdotal inicial en los Seminarios Mayores de las Iglesias particulares que conforman la Conferencia Episcopal Española”.

Pastoral de la Salud

D. Sebastián Chico, Obispo de Jaén y delegado en la Asamblea para la Pastoral de la Salud, ha informado del proceso de renovación del Convenio entre la Iglesia Católica y la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía (SAS), que regulará la asistencia religiosa en los centros hospitalarios dependientes de dicha Consejería.

Enseñanza

D. Teodoro León, Obispo auxiliar de Sevilla y delegado de Enseñanza en la Asamblea, ha informado de la participación de las diócesis andaluzas en el Encuentro de delegados de Enseñanza organizado por la CEE y en el Congreso de Educación celebrado en Madrid, en febrero. También, de los trabajos realizados para la renovación del convenio con la Junta de Andalucía en materia de Enseñanza.

Economía

La Asamblea también ha abordado algunos temas relacionados con la economía y el sostenimiento de la Iglesia.

Causa de los Santos

Finalmente, los Obispos han dado su plácet al Obispo de Córdoba para abrir el proceso diocesano sobre la vida, virtudes y fama de santidad de la hermana Belén de la Cruz, Carmelita Descalza del Convento “Nuestra Señora de la Sierra”, de San Calixto, Hornachuelos (Córdoba), que falleció el 5 de abril de 2018.

Córdoba, a 14 de mayo de 2024

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Comunicado de la HOAC ante la muerte de un trabajador

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La Comisión Diocesana de la HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica) de Málaga publica un comunicado tras la muerte de un trabajador en una obra de Torremolinos.

Muere un trabajador de 47 años al caer desde el andamio en una obra en construcción el pasado jueves 9 de mayo en Torremolinos (Málaga). De nuevo las medidas de seguridad que tenían que garantizar la prevención del accidente no han evitado dicha desgracia. 

A pesar del desarrollo en materia de prevención de riesgos laborales, lo cierto es que siguen produciéndose muertes en el trabajo. No sólo es un problema de los implicados en el ámbito laboral, sino que es una realidad que exige el compromiso de toda la sociedad (administraciones, empresarios, trabajadores, sindicatos, partidos políticos, asociaciones, etc.) ya que es un problema social y político. 

Ante este nuevo suceso de siniestralidad laboral, la HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica) de Málaga, queremos expresar nuestro dolor y solidaridad con los familiares, amigos y compañeros de este trabajador. 

Como personas cristianas y como Iglesia Católica reafirmamos lo que se dice en la Doctrina Social de la Iglesia: “Es un deber recordar siempre la dignidad y los derechos de las personas trabajadoras, denunciar las situaciones en las que se vulneran dichos derechos, y contribuir a orientar los cambios sociales para que se realice un auténtico progreso de la persona y la sociedad” (Laborem Exercensm n. 1d). No hemos de olvidar que el verdadero valor del trabajo, no está en su rentabilidad económica, sino en la persona que lo realiza. Dios quiere que el trabajo sea para la vida, y no al contrario. 

El trabajo es para la vida. ¡Ni una muerte más! 

Comisión Diocesana de la HOAC de Málaga  

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Emilio Martín: «Me siento llamado a seguir impulsando el trabajo que ya se viene haciendo para cuidar a los laicos de parroquia»

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A partir del próximo mes de septiembre, el malagueño Emilio Martín se incorpora a la Comisión Permanente de Acción Católica General como responsable de adultos. Tras recibir el nombramiento, expresaba su acción de gracias a Dios y su ilusión en los programas religiosos de COPE Málaga.

«Cuando pienso en mi vida, me imagino que voy en un coche y estoy sentado en el asiento del copiloto y quien conduce es el Espíritu Santo. Él siempre me lleva hacia Jesucristo. Esta llamada al seguimiento no la percibo de forma aislada, sino junto con otros y para otros. Por eso, ahora que he sido elegido como el próximo responsable nacional de Acción Católica General en el sector de adultos, me siento llamado a seguir impulsando ese trabajo que ya se viene haciendo por cuidar a los laicos de parroquias en todas sus dimensiones: en la espiritualidad, en la formación, en la misión apostólica, a través de ese instrumento que es la Acción Católica General», afirmaba en el programa El Espejo de COPE Málaga. 

Emilio y su esposa Mónica Rielves partirán para Madrid para vivir «esta apuesta por servir a la Iglesia en el proyecto evangelizador de ACG», afirman.

Emilio está comprometido en su parroquia de la Amargura, en la que tiene su equipo de vida. Fue responsable diocesano de adultos de ACG en Málaga y ahora sigue formando parte de la coordinadora de adultos diocesana. 

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