D. ANTONIO CEBALLOS ATIENZA. PENECOSTÉS

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Mis queridos diocesanos:

Pentecostés es la fiesta del Espíritu Santo y también la de la primitiva comunidad cristiana, llena de promesas. En Pentecostés, además, el Espíritu Santo hizo algo prodigioso: dio un impulso a un movimiento para que todos los hombres pudieran encontrarse y entenderse.

1. Pentecostés, fiesta del Espíritu

Pentecostés no es un acontecimiento del pasado, sino una realidad permanente en la Iglesia, porque el Espíritu Santo la sigue asistiendo y enriqueciendo con sus dones hasta el final de los tiempos.

El Espíritu Santo es el don que Dios nos da por Jesucristo para hacer nuevas todas las cosas. Es la fuerza que abre el camino hacia el futuro. Es el origen perenne de todo amor, de toda vida y resurrección. Es el fundamento de la esperanza. Sin el Espíritu de Dios todo envejece pronto y no tarda en pasar. La juventud siempre renovada del hombre y del mundo, sólo el Espíritu Santo lo hace posible.

2. Pentecostés, fiesta de los laicos y Acción Católica

Pentecostés es una fiesta particularmente querida por la juventud. Pienso que este día de Pentecostés es oportuno recordar que la efusión del Espíritu Santo alcanza a todos los fieles. Cuando estamos todos empeñados en promover una mayor participación de los laicos en la vida y misión de la Iglesia y en un relanzamiento del Apostolado seglar, la Acción Católica y los jóvenes, la confianza que debemos poner en nuestro laicado no se tiene que fundamentar en sus solas cualidades naturales, sino, sobre todo, en la certeza de que ha recibido la consagración del Espíritu Santo, que le hace capaz para la misión y le dará los dones y las fuerzas necesarias para cumplirlas.

3. Pentecostés fiesta del amor

También en este día de Pentecostés del 2005 tiene lugar las Bodas de Oro de Cáritas Diocesana. En el año 1955, mi predecesor D. Tomás Gutiérrez Díez, siguiendo las indicaciones de la Conferencia de Metropolitanos, tuvo a bien a erigir canónicamente la Cáritas Diocesana de Cádiz para que continuara la labor que hasta ese año había desarrollado el Secretariado Diocesano de Caridad, dependiente de la Acción Católica.

Hay que reconocer que, a partir de ese año y hasta la actualidad, Cáritas Diocesana ha desarrollado un trabajo destacado en la lucha por la justicia y en defensa de la dignidad humana, en especial de los más pobres y excluidos. Durante estas cinco décadas, Cáritas, animada por la fuerza del Espíritu, ha ido incrementando sus acciones a favor de los más pobres. El número de voluntarios y donantes ha ido creciendo y su implantación en el territorio diocesano es completa; allí donde hay una parroquia, hay un grupo de hombres y mujeres de Cáritas que dedican su tiempo y sus bienes para ayudar a los que más lo necesitan.

4. Invitación a participar

Aprovecho esta ocasión maravillosa de la celebración del 50 aniversario de Cáritas Diocesana para felicitar y agradecer a todos sus dirigentes, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos, por haber contribuido a que la Iglesia Diocesana a través de Cáritas, sea más fiel al mandato evangélico del amor y servicio a los demás.

Me es grato recordaros que entre los diferentes actos que Cáritas Diocesana ha organizado para conmemorar esta efemérides singular, está la celebración eucarística que presidiré el próximo domingo 15 de mayo, solemnidad de Pentecostés, en la Santa y Apostólica Iglesia Catedral de Cádiz, a la que invito a participar a las personas y miembros de los equipos de Cáritas, de Acción Católica, de Apostolado seglar y fieles de la Diócesis.

También os envío mi apoyo y aliento pues, aún hay muchos hermanos que, desde el borde del camino, nos tienden la mano para que los acompañemos en el camino de la integración.

Que Dios, Padre de misericordia, bendiga y cuide a Cáritas Diocesana por todo el amor derrochado.

5. Invocación a María

En este Pentecostés de 2005 invoquemos a María con las palabras del Papa Juan Pablo II, de feliz memoria, en la Exhortación «Christifideles laici».

«Tú que junto a los Apóstoles has estado en oración

en el cenáculo esperando la venida del Espíritu de Pentecostés,

invoca su renovada efusión sobre todos los fieles laicos,

hombre y mujeres, para que correspondan plenamente

a su vocación y misión,

como sarmientos de la vid verdadera,

llamados a dar mucho fruto

para la vida del mundo» (Ch.L. 64).

Reza por vosotros, os quiere y bendice,

  

Cádiz, 3 de mayo de 2005.

+Antonio Ceballos Atienza
Obispo de Cádiz y Ceuta

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