Coronación de la Virgen de la Peña

Será coronada mañana, sábado 4 de julio por el Obispo de la Diócesis. La comarca onubense del Andévalo está de fiesta porque la Virgen de la Peña, venerada imagen de Puebla de Guzmán y desde siempre considerada como la imagen mariana con mayor devoción de todo el Andévalo onubense, será coronada mañana, sábado 4 de julio, tal y como anunciaba el Obispo de Huelva en su mismo santuario a principios de febrero del pasado año 2008.

La coronación de la Stma Virgen de la Peña tendrá lugar a las diez de la noche en la Plaza de la Cebadilla de la Puebla de Guzmán, de manos del Obispo de Huelva, Mons. José Vilaplana Blanco, y la compañía de una multitud de fieles congregados para el evento.

Una cuidada organización y fuerte dispositivo de seguridad se ha dispuesto para la ocasión, con la distribución de acreditaciones para acceder al recinto que abre sus puertas desde las 19:00 h y finalizando a las 21:00.

Por su parte, la Virgen, acompañada por una comitiva de honor, recorrerá las calles de la localidad en un recorrido excepcional, que dejará pocas vías sin pisar.

“La veneración a las imágenes de santa María Virgen frecuentemente se manifiesta adornando su cabeza con una corona real”. Esta frase tomada de los prenotandos del Ritual de la coronación de una imagen de santa María Virgen deja a las claras que es costumbre antigua. Desde el Concilio de Éfeso (431) se inicia esta costumbre, extendida tanto por Oriente como por Occidente. Al generalizarse se fue organizando el rito para dicha ceremonia, rito que fue incorporado en el S. XIX a la liturgia romana.

El fundamento teológico de esta costumbre de considerar e invocar a la Virgen como Reina se basa en que María es Madre del Hijo de Dios y Rey mesiánico, Madre del Verbo encarnado por medio del cual fueron creadas todas las cosas, celestes y terrestres. Es colaboradora augusta del Redentor ya que tuvo una participación relevante en la obra salvadora de Cristo y es la más perfecta discípula de Cristo ya que dando su asentimiento al plan divino se hizo digna merecedora de la corona de gloria. Además María es miembro supereminente de la Iglesia, bendita entre las mujeres, Reina de todos los santos.

Por todos esos méritos, no exhaustivamente expuestos, la costumbre de coronar a la Virgen está más que justificada. Pero si teológicamente tiene un fundamento claro hay otras razones, quizás de más peso aunque de tipo sentimental. Coronar una imagen de la Virgen es una muestra de amor, de cariño, de profundo respeto con el que los fieles devotos de dicha imagen pretenden expresar su entrega y agradecimiento a la Reina de los Cielos.

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