Salesianos, comprometidos contra el trabajo infantil

El 12 de junio se celebra el Día Mundial contra el Trabajo Infantil. Por este motivo, Misiones Salesianas ha lanzado la campaña ‘No estoy en venta’, con la que pretende denunciar una situación que afecta a alrededor de 200 millones de niños en todo el mundo.

Aproximadamente la mitad de estos menores trabajadores desempeñan labores peligrosas para su integridad física o su salud. Más de 9 millones sufren esclavitud y alrededor de un millón de menores son víctimas del tráfico infantil. Pese al descenso en los últimos de los niños que trabajan, «son cifras con la que no podemos estar satisfechos porque el lugar de los menores son la escuela y el patio», según Ana Muñoz, portavoz de Misiones Salesianas.

Entre las causas de la explotación laboral de los menores, están la pobreza, la falta de educación, la desestructuración familiar e, incluso, la propia tradición. Los niños son empleados como porteadores, vendedores ambulantes, aparcacoches, mineros o para el servicio doméstico. En el peor de los casos, se les obliga a ejercer la prostitución, a mendigar o a convertirse en soldados. «Además, son trabajadores silenciosos porque desconocen sus derechos», apunta Muñoz.

La labor de los Salesianos

Los misioneros salesianos trabajan en más de 130 países para que estos niños tengan una oportunidad de futuro: casas de acogida, formación, alfabetización, aprendizaje de oficios, reinserción familiar y social, teléfonos de atención al menor, unidades nocturnas, observatorios… Su labor no se limita a atender y reinsertar a estos niños, sino que también afrontan el problema denunciándolo a las autoridades o enfrentándose con quienes tienen la intención de traficar con los menores si la situación es crítica y el riesgo asumible.

«Son niños, sobre todo niñas, que han sido vendidos para hacer trabajos en casa, pero hablamos de menores de 8, 9 ó 10 años», explica el misionero salesiano español José Luis de la Fuente, que conoce muy de cerca la realidad de miles de niños africanos que son vendidos para trabajar como esclavos domésticos.

Kawi es uno de esos menores víctimas del tráfico infantil. Nacido en el norte de Benín e hijo de padres alcohólicos, quedó a cargo de su abuela, que lo vendió en Nigeria a una familia que lo maltrataba. «La dueña de la casa abusaba de mí. Me pegaba, me quemaba y me hacía cortes con cuchillos», cuenta Kawi. Pese a conseguir huir, no encontró mejor vida en la calle. Hasta que fue rescatado: «Ahora estoy en un colegio de los Salesianos. Por la mañana me enseñan a leer y a escribir y por la tarde aprendo un oficio. Ahora sí estoy disfrutando e ilusionado con mi futuro».

El Papa denuncia la situación

También el Papa Francisco se ha unido a la denuncia del trabajo infantil. El Santo Padre ha pedido una reacción de la comunidad internacional en favor de «las decenas de miles de niños y niñas que son obligados a trabajar en condiciones degradantes, expuestos a formas de esclavitud y explotación, al igual que a abusos, maltratos y discriminaciones».

En la audiencia general de este jueves 12 de junio, el Papa también reclamó a las familias un esfuerzo para que los niños tengan una infancia serena, ya que así podrán mirar «con confianza a la vida y al futuro».

Misiones Salesianas presentará el documental ‘No estoy en venta’ el próximo 24 de junio, a las 18:00 horas, en el auditorio del CaixaForum de Madrid.

Contenido relacionado

Enlaces de interés