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MONS. CARLOS AMIGO PIDE ORACIONES POR LA LLUVIA

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Sevilla. 02/09/2005. – Mons. Amigo ha hecho pública una carta pastoral, El agua, bendición de Dios y responsabilidad de todos, que comienza de la siguiente forma: "Hace ya algunos años, y con motivo de una visita al Rocío para suplicar la intercesión de la Señora, recordaba que mientras unos piden que hagamos milagros y señales portentosas, otros sugieren que olvidemos a Dios y busquemos otra protección y sabiduría".

 

Más adelante, el prelado señala que "si pedimos que lleguen las lluvias, no es sólo porque se agoten las fuentes del agua, sino porque tenemos fe. Y nuestra confianza en Dios nos lleva a pedir con perseverancia aquello que necesitamos". Aclara que la oración no sería sincera si olvidáramos otras obligaciones, concretamente la de "conservar los dones y bienes que de Dios se reciben". En este sentido hace un llamamiento para implorar la lluvia y trabajar en la búsqueda de nuevos recursos, "así como en guardar, cuidar y compartir un bien tan apreciado como es el agua".

 

En su carta, el cardenal hace algunas reflexiones cristianas sobre el agua. En primer lugar afirma que nadie tiene derecho a apropiarse del agua "como si de una propiedad particular se tratara. Corresponde a la administración pública la justa distribución del agua, atendiendo a las necesidades, ciertamente distintas, que pueden tener unos y otros individuos, unos y otros pueblos. No es justo que unos despilfarren y que otros padezcan sed. Que unos campos puedan producir abundantes cosechas y otros tengan que permanecer en barbecho", añade.

En segundo lugar reclama una atención permanente en torno al agua, y subraya que "más que lamentar la escasez, será por más inteligente y oportuno el cuidar bien de lo que se tiene". Aboga además por la educación, concretamente por "una auténtica pedagogía para educar una conciencia moral del uso del agua. Puede haber medidas coercitivas e incluso penalizaciones, pero siempre, a largo plazo, lo eficaz es una buena formación".

 

Recuerda el magisterio de la Iglesia en esta materia, donde se destaca el agua como "uno de esos derechos humanos con una función social fundada y justificada precisamente sobre el principio del destino universal de los bienes", y concluye la carta pastoral afirmando que el agua es "una bendición de Dios y su uso una responsabilidad moral y un capítulo en el ejercicio de la justicia y de la caridad cristiana".

 

 

CÓRDOBA. ORACIONES POR LA LLUVIA

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Córdoba. 06/09/2005. – Ante la grave situación de sequía que está padeciendo Córdoba y las duras consecuencias para la agricultura, medio ambiente y el consumo humano, el Obispo de Córdoba, Mons. Juan José Asenjo Pelegrina, ha remitido una carta a través del Iltmo. y Rvdmo. Sr. D. Santiago Gómez Sierra, Vicario General de la Diócesis, en la que se exhorta a “pedir a Dios, nuestro Señor, que por su misericordia nos libre de esta calamidad y nos bendiga con el agua que necesitamos”.

 

El Obispo ha expresado su deseo de que en todas las Misas y oraciones comunitarias que se celebren en la Diócesis se eleven súplicas por esta intención.

 

La carta recoge, además, la petición de responsabilidad en el uso del agua y la solidaridad por parte de todos ante las actuales circunstancias.

 

A continuación reproducimos la carta íntegra:

Córdoba, 5 de septiembre de 2.005

 

    A todos los sacerdotes, religiosos y religiosas y fieles cristianos

 

 

Queridos amigos:

 

    Cada día todos seguimos con preocupación creciente la grave situación de sequía que padecemos en Córdoba, como en buena parte de España. La escasez de agua está teniendo severas consecuencias para la agricultura y el medio ambiente, también amenaza las necesidades de abastecimiento de las poblaciones. Esta circunstancia exige a todos hacer un uso responsable y solidario del agua.

 

    Los cristianos sabemos que podemos convertir toda necesidad en objeto de petición a Dios. Cuando experimentamos que por ser criaturas no somos dueños de nuestras adversidades, podemos volvernos al Padre con audacia filial. Así nos lo enseña Jesús: “Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide recibe…”(Mt 7,7-11).

 

    En este estado de grave sequía, el Obispo exhorta a todos los sacerdotes, religiosos y religiosas, y fieles cristianos a pedir a Dios, nuestro Señor, que por su misericordia nos libre de esta calamidad y nos bendiga con el agua que necesitamos. Es su deseo que se eleven a Dios súplicas por esta intención en la celebración de todas las Misas y oraciones comunitarias que se celebren en la Diócesis.

 

    Aprovecho la ocasión para enviaros un saludo fraterno,

 

 

Fdo.: Santiago Gómez Sierra

TENERIFE. ORDENACIÓN EPISCOPAL DE D. BERNARDO ÁLVAREZ AFONSO

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Tenerife. 04/09/2005. – El sofocante calor no impidió que unas cinco mil personas participaran, dentro y fuera del templo, en la Ordenación Episcopal y Toma de Posesión Canónica de la Diócesis Nivariense de Bernardo Álvarez Afonso, que se ha convertido en el XII obispo de la sede Nivariense. Fue una ceremonia muy emotiva e histórica. La ciudad episcopal no era testigo de una ceremonia de este tipo desde hacía 58 años, cuando Domingo Pérez Cáceres se convirtiera en el octavo obispo de la Diócesis de San Cristóbal de la Laguna. Por su parte, el palmero Elías Yanes, también presente en esta ordenación, fue consagrado en su isla natal hace ahora 35 años. Monseñor Álvarez Afonso es, por tanto, el segundo diocesano ordenado para servir a su diócesis de origen.

 

la Eucaristía de ordenación del nuevo prelado asistieron 18 obispos: el nuncio de Su Santidad en España; el cardenal arzobispo de Guatemala; el cardenal Arzobispo de Sevilla; el arzobispo emérito de Zaragoza, Elías Yanes; el arzobispo de Tarragona; el obispo de Bilbao y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Ricardo Blázquez; el obispo administrador apostólico de Tenerife, Felipe Fernández; el obispo emérito de Tenerife, Damián Iguacen Borau; el obispo de Canarias, Ramón Echarren; y los obispos de de Gerona, Santander, Asidonia – Jerez; Alcalá de Henares Cádiz-Ceuta, Coria-Cáceres, Plasencia y auxiliares de Madrid y Oviedo. Igualmente participaron representantes de otras confesiones cristianas

 

La representación institucional fue amplísima. La encabezaba el presidente de Canarias, el del Parlamento, Delegado y Subdelegado del Gobierno, Presidente del Tribunal Superior de Justicia de Canarias y del Mando Militar, los cuatro presidente insulares, así como diputados, senadores y alcaldes de numerosos municipio.

 

D. Felipe Fernández fue el encargado de saludar a los presentes. Al nuevo obispo le dijo, entre otras cosas: “El trabajo comienza hoy y no acaba nunca. La Iglesia está siempre haciéndose y siempre por hacer, siempre construyéndose y siempre por construir, siempre restaurándose y siempre por restaurar, y a ti te corresponderá, como instrumento del Señor, seguir haciendo, seguir construyendo”.

 

«Muchos de los sacerdotes, religiosos, religiosas y feligreses de San Cristóbal de la Laguna me han expresado el deseo de que el Santo Padre les diera un buen pastor cercano, que les guiara en el camino a la felicidad eterna. Aquí lo tenéis en la persona de monseñor Bernardo Álvarez Afonso«.Con estas palabras comenzaba su homilía el nuncio del Papa en España, monseñor Manuel Monteiro.

 

Eran las 19:24 h. cuando el duodécimo obispo nivariense tomaba posesión de la Diócesis al sentarse en un sillón de madera noble. Para completar el hondo significado de este gesto, el ya obispo insistió a sus fieles que, desde entonces, «mi vida está totalmente expropiada e hipotecada a favor de ustedes. Desde este momento soy «de y para todos los diocesanos». Monseñor Álvarez pronunció con rotundidad una consigna que sirvió de hilo conductor en su alocución: «Nada de quedarnos en la persona de Bernardo, sino con mirada de fe, ver siempre en mí al obispo que, con mi ministerio, hace presente en esta Diócesis a Jesucristo, Cabeza y Pastor de la Iglesia».

 

El Nuncio de Su Santidad manifestó a su llegada a la isla  que “hay muchas posibilidades de que Benedicto XVI viaje a España el próximo año, con motivo del Encuentro Internacional de la Familia, que se celebrará en Valencia en agosto”. Monseñor Monteiro hizo estas manifestaciones a su llegada, el domingo, al aeropuerto de Los Rodeos, donde fue recibido por el nuevo obispo, monseñor Álvarez, y su antecesor, monseñor Fernández.

 

Monteiro señaló en rueda de prensa que la designación de un obispo es “un proceso lento y muy riguroso” y en el caso del presente se realizaron más de cien encuestas entre diocesanos y otras personas. “Con todo ese material, elaboré un informe cuidadoso, en el que ya incluía nombres posibles, que fue enviado a la Santa Sede para que un grupo pequeño de responsables estudiara cada caso y presentara sus pros y sus contras. Todo ese material se presenta al Papa que, tras un proceso de diálogo y oración, toma la última decisión asistido por el Espíritu Santo”. El nuncio reveló, asimismo, que en el proceso se barajaron también otros nombres de sacerdotes diocesanos, “porque esta Diócesis, dijo, tiene un clero excelente, capaz de asumir estas responsabilidades en el nombre del Señor”.

 

El Nuncio visitó las sedes del  Ayuntamiento de La Laguna, la subdelegación del gobierno y el Cabildo Insular. Posteriormente, junto con el obispo rezó en la Basílica de Candelaria el Ángelus y celebró la Eucaristía.

 

Por otra parte, D. Felipe Fernández partió  con destino a su tierra natal, San Pedro de Trones, en León, donde pasará algunos días con su familia. Luego se dirigirá a una residencia de ancianos en Astorga, donde ejercerá de capellán de los acogidos.

 

LA EUCARISTÍA, PROTAGONISTA EN LA UCAM

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La Eucaristía, corazón de la vida cristiana y fuente de la misión evangelizadora de la Iglesia. Bajo este título la UCAM está organizando el I Congreso Eucarístico Internacional Universitario en homenaje al Papa Juan Pablo II, con motivo de la Encíclica Ecclesia de Eucaristía y del Año de la Eucaristía que concluye el mes próximo.

El simposio de la UCAM se desarrollará del 9 al 13 de noviembre. Se trata de un acontecimiento sin precedentes en la historia de la Iglesia, según ha indicado el Papa Benedicto XVI, ya que por primera vez una universidad organiza un congreso eucarístico internacional, con lo que se abre una nueva vía en la Iglesia para la celebración de dichos congresos. Es por ello, que el Santo Padre, envía al mismo una Comisión Pontificia presidida por el cardenal Jozef Tomko, presidente del Comité Pontificio para los Congresos Eucarísticos. El congreso, que tendrá por lema “La Eucaristía, corazón de la vida cristiana y fuente de la misión evangelizadora de la Iglesia”, tendrá lugar en el Monasterio de Los Jerónimos, sede de la UCAM, así como en diversos templos y parroquias de la Región de Murcia. El simposio reunirá un amplio panel de autoridades eclesiásticas y representantes internacionales de diversos movimientos de la Iglesia. Diez cardenales han confirmado su asistencia, al igual que un importante número de arzobispos y obispos.

Entre los ponentes, figuran Kiko Argüello, iniciador del Camino Neocatecumenal; monseñor Javier Echevarría, prelado del Opus Dei; Jesús Carrascosa, responsable internacional de Comunión y Liberación; Andrea Riccardi, de la Comunidad de San Egidio; Salvatore Martínez, representante de Renovación Carismática; Salvador Corcuera, Director General de los Legionarios de Cristo, así como Nunziatina Cilento, cofundadora del movimiento de los focolares con Chiara Lubich. Respecto a los prelados que asistirán al encuentro, figuran, entre otros: el cardenal Jozef Tomko, presidente del Pontificio Comité para los Congresos Eucarísticos Internacionales; monseñor Manuel Monteiro, Nuncio Apostólico de Su Santidad en España; el cardenal arzobispo de Madrid, monseñor Antonio María Rouco; el cardenal arzobispo de Sevilla, monseñor Carlos Amigo; el cardenal Paul Poupard, presidente del Pontificio Consejo para la Cultura; el cardenal Julián Herranz, presidente del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos; el cardenal Alfonso López Trujillo, presidente del Pontificio Consejo para la Familia; el cardenal Nicolás de Jesús López, Primado de las Américas; el, y el presidente de la Conferencia Episcopal Española, monseñor Ricardo Blázquez. También intervendrán el cardenal Ricardo María Carles; el cardenal Javier Lozano Barragán, presidente del Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud; el cardenal arzobispo de Génova, monseñor Tarcisio Bertone; el cardenal Darío Castrillón, prefecto de la Congregación para el Clero y presidente de la Pontificia Comisión “Ecclesia Dei”; el arzobispo monseñor Paul Joseph Cordes, presidente del Pontificio Consejo “Cor Unum”; monseñor Antonio Cañizares, arzobispo de Toledo y vicepresidente de la Confencia Episcopal Española, y el arzobispo de Zaragoza, monseñor Manuel Ureña.

Las conferencias, mesas redondas y catequesis profundizarán sobre cuestiones relacionadas con la Eucaristía y la religiosidad popular; la Eucaristía, culmen de la iniciación cristiana; la presencia real de Cristo en la Eucaristía, o la Eucaristía como fuente de unidad en la familia, entre otras.

Más información en la Secretaría de Congresos, 968 278 607.
 

 

¿CÓMO SEGUIR HOY A JESÚS SIENDO UNIVERSITARIO?

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El III Encuentro de Jóvenes Universitarios Católicos Y, dejándolo todo, le siguieron, pretende dar respuesta a la pregunta más arriba formulada. Está destinado a todos los universitarios españoles y se desarrollará entre los días 16 y 18 de septiembre en el Colegio Mayor Hernando Colón de la Universidad de Sevilla.

Organizado por la Subcomisión Episcopal de Universidades de la Conferencia Episcopal Española, contará con la presencia e intervención de Mons. Carlos Amigo, Cardenal Arzobispo de Sevilla y de Mons. Agustín Cortés Soriano, Obispo Presidente  de la Subcomisión Episcopal de Universidades.

 

Inscripciones: Departamento de Jornadas de la CEE. C/ Añastro, 1. 28033. Madrid. Teléfono: 91 343 96 69

SEVILLA. ESCUELA DIOCESANA DE TEOLOGÍA

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El 13 de septiembre se abre el plazo de matriculación en la Escuela Diocesana de Teología (EDT), un centro al servicio de la formación humana y cristiana de todos los creyentes, dirigido a los seglares en general y, de forma especial, a los responsables e iniciadores de grupos y comunidades cristianas, educadores, padres de familia, catequistas, profesores, etc.

En la EDT se desarrollan cuatro cursos con un completo temario impartido por un claustro formado por veinticinco profesores. La sede se encuentra en el edificio del Seminario Metropolitano (avenida Cardenal Bueno Monreal, 43). La matriculación puede formalizarse hasta el 13 de octubre (para más información: tfnos: 954625252 y 954231313, e-mail: escut.segla-se@terra.es).

Inauguración el 30 de septiembre en la Catedral

La jornada inaugural tendrá lugar el 30 de septiembre, a las 20:00 h., con una Eucaristía que se celebrará en la Catedral bajo la presidencia del cardenal arzobispo de Sevilla, mons. Carlos Amigo Vallejo. El comienzo de las clases será el 4 de octubre, a las 19:00 h. en la Escuela de Teología.

 

 

D. CARLOS AMIGO. HOMILÍA PONTIFICAL VIRGEN DE LOS REYES

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1. «La Virgen Inmaculada, preservada inmune de toda mancha de culpa original, terminado el decurso de su vida terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial y fue ensalzada por el Señor como reina universal con el fin de que se asemejara de forma más plena a su Hijo, Señor de señores y vencedor del pecado y de la muerte» (LG 59).

 

                Después de esta verdad, proclamada solemnemente por la Iglesia, es lógico pensar que no podía conocer la corrupción del sepulcro la Virgen Inmaculada que concibiera al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Prefacio). Y no podía por menos que ser coronada como Reina y Señora la mujer más humilde y fiel, la más compasiva y la más misericordiosa.

 

2. Esta es la fiesta que celebramos: la Asunción de la Santísima Virgen María en cuerpo y alma al cielo. Es decir, que toda la persona de la Virgen María es glorificada por su hijo Jesucristo. El que estuvo en su seno, es el que ahora lleva a su Madre a la gloria más merecida. Cristo, al que alumbrara el vientre purísimo de María, hace nacer a su madre a una eternidad de bendiciones. El Señor, que proclamara bienaventurados a los pobres, a los justos y a los misericordiosos, reconoce ahora a esta bendita mujer como la más santa, la más pobre, la más colmada de justicia, la llena de gracia. 

 

                El Crucificado, el que llevara corona de espinas, es quien pone sobre su Madre la corona de las más hermosas bendiciones. Cristo, el que resucitó de entre los muertos, es el que llena de vida, para toda la eternidad, a la que lo siguió fielmente desde la cuna hasta el sepulcro.

 

                El que cree en mi tendrá la vida eterna, habría dicho Jesús (Jn 3, 15). Y la profecía se ha cumplido en la Virgen María. Dichosa tú, Virgen Santa, porque lo que te prometió tu hijo se ha cumplido.

 

3. La fiesta de la Asunción de la Santísima Virgen María en cuerpo y alma al cielo, nos invita a mirar a Jesucristo para escucharle, para hacer de su vida, y de su palabra ejemplo, alimento para la nuestra.

 

                Si estás rodeado de las tinieblas de la duda, mira a Jesucristo, escucha su palabra y podrás ver como se hace la luz para tu camino. Si estás entristecido por el mal que te rodea, busca a Jesucristo, que te hablará del trigo que se abre camino entre la cizaña, de cómo la mayor parte de las semillas siempre caen en tierra y producen fruto abundante. Si el rencor y el odio anidan en tu corazón y no te deja vivir en la paz que necesitas, recibe como mandato las palabras de Jesús: perdona siempre, recibe a tu enemigo como a un hermano. Si te ha herido la injusticia, busca en Jesucristo el camino del derecho y reafírmate en el propósito de trabajar siempre por la paz.

 

4. Esta fiesta de la Asunción lleva nuestros propios ojos a los de Cristo, para ver a su Madre como él mismo la veía, y estar junto a ella como su mismo Hijo lo estaba. Si llamamos a María madre de la esperanza y de la misericordia, no es por otra razón sino porque ella nos ha dado a Jesús, y porque Cristo hace de ella nuestra más eficaz valedora.

 

                Con el mismo amor del Hijo queremos amar a la Madre. Con la misma fidelidad de la madre queremos seguir la palabra y el ejemplo del Hijo. Siempre recordando «que la verdadera devoción no consiste ni en un afecto estéril y transitorio, ni en vana credulidad, sino que procede de la fe verdadera, por la que somos conducidos a conocer la excelencia de la Madre de Dios y somos excitados a un amor filial hacia nuestra Madre y a la imitación de sus virtudes» (LG 67).

 

5. Esta fiesta de la Asunción de la Virgen María, nos reclama un acercamiento a la Iglesia. Pues Cristo quiso a la Iglesia a imagen de su madre, la Virgen María, que es santa, humilde, misericordiosa, fiel…» Por algo dijo el concilio Vaticano II que la Virgen María es tipo y figura de la Iglesia. Así que la Iglesia es como la Virgen: santa, llena de bondad y de misericordia y espejo que hace ver el rostro de Dios.

 

                Puede ser que estemos viviendo momentos de dificultad para nuestra vida cristiana en unión con la Iglesia, pero como nos ha recordado Benedicto XVI: «Juan Pablo II, nos ha dejado una Iglesia más valiente, más libre, más joven… Que mira con serenidad al pasado y no tiene miedo al futuro» (Mensaje a los Cardenales 20-4-05). Hoy, como ayer, la tarea de la Iglesia es anunciar a Jesucristo en obras y con palabras. La Iglesia no está encerrada en sí misma ni vive para sí misma. La Iglesia no está ni envejecida ni inmovilizada… (Homilía de Pentecostés 15-5-05).

 

                Hemos de comprender que la Iglesia no puede estar obsesionada por adaptarse al mundo, claudicando de sus convencimientos más profundos. La Iglesia está en el mundo para evangelizar. Pues la Iglesia, ni se pertenece a sí misma, ni existe para ella misma, sino que es de Cristo y tiene que hablar del evangelio de Cristo.

 

 

                La Iglesia tiene que presentarse ante la humanidad como es. Con su originalidad evangélica. Sin complejos ni arrogancias. Pero sin olvidar que su obligación es la de hacer presente a Jesucristo en obras y en palabras.

 

6. Esta fiesta de la Asunción de María nos lleva, a mirar, también, a nuestra propia casa, nuestra Iglesia, a nuestra diócesis de Sevilla. Porque la devoción, tan arraigada y querida a la Señora de los Reyes, hacen de Sevilla casa de la Virgen donde nos sentimos acogidos y oímos las palabras de Cristo: esta es tu Madre, estos son tus hijos. La fiesta de la Virgen de los Reyes es fuente de una auténtica devoción a la Madre Misericordiosa de Dios y luz que guía nuestra peregrinación al encuentro con Cristo.

 

7. La devoción a la Virgen de los Reyes ha encendido la lámpara de fe en la Iglesia de Sevilla. Pero no se enciende la luz para ponerla debajo del celemín, sino que hay que ponerla bien alta para que a todos pueda alumbrar. Esta devoción a la Virgen de los Reyes nos ha de llevar a vivir el evangelio de Jesucristo y hacer que cada día la familia, el trabajo, la convivencia, la atención a los pobres…, se haga conforme a la voluntad de Dios. Porque si hacemos las cosas en contra de Dios, pronto las habremos hecho, también, en contra del hombre, de la misma humanidad.

 

8. En esta gran fiesta de la Asunción de la Virgen María en cuerpo y alma al cielo, nuestra Madre, ha preparado la mesa. A ella nos hemos sentado con todos los hombres y mujeres del mundo. Y Jesucristo, el hijo de María, ha bendecido el pan y nos lo ha dado como alimento, y hemos gustado la presencia y la vida del Cuerpo y de la Sangre de Cristo.

 

9. Es que la Madre de Jesús, «glorificada en los cielos en cuerpo y alma, es la imagen y principio de la Iglesia. Ahora, en esta tierra, hasta que llegue el día del Señor, antecede con su luz al Pueblo de Dios peregrinante como signo de esperanza y de consuelo….  Por tanto, ofrezcan todos los fieles súplicas insistentes a la Madre de Dios y Madre de los hombres, para que ella, que asistió con sus oraciones a la naciente Iglesia, ahora también, ensalzada en el cielo sobre todos los bienaventurados y los ángeles en la comunión de todos los santos, interceda ante su Hijo para que las familias de todos los pueblos tanto los que se honran con el nombre de cristianos, como los que aún ignoran al Salvador, sean felizmente congregados con paz y concordia en un solo Pueblo de Dios, para gloria de la Santísima e individua Trinidad» (LG 68, 69).

 

 

D. FELIPE FERNÁNDEZ. SALUDO Y BIENVENIDA

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Palabras de saludo y bienvenida de D. Felipe Fernández, Administrador Apostólico.

 

                Unas breves y sencillas palabras de cordial saludo y bienvenida a esta celebración.

                Bienvenidos sean todos los hermanos obispos aquí presentes. Cuya presencia, por sí misma, nos habla de otras Iglesias Diocesanas, de nuestra mutua comunión, y de la Iglesia Católica Universal, especialmente a través de  a la Conferencia Episcopal Española, cuyo presidente actual, el Sr. Obispo de Bilbao, ha tenido a bien acompañarnos. Vuestra presencia nos recuerda también, más allá de la Conferencia E. E., al Colegio Episcopal, cum Petro et sub Petro, al que también pertenecemos los obispos y al que va a pertenecer, desde hoy, el nuevo obispo de esta Diócesis, D. Bernardo Álvarez Afonso. ¡Bienvenidos sean todos los hermanos obispos, aquí presentes!

 

                Bienvenido sea el Sr. Cardenal Arzobispo de Sevilla, cuya cercanía, aunque estemos tan distantes físicamente, siempre he sentido y cuyo último gesto para mí, impagable, fue acompañarme, y por sorpresa, en la Eucaristía del pasado domingo. En una nota de fácil humor, creo que siempre hemos tenido un arzobispo amigo en el hoy Sr. Cardenal Amigo. ¡Bienvenido y gracias, Sr. Cardenal!

                Bienvenido sea el Sr. Cardenal de Guatemala, Mons. Rodolfo Quesada Toruño, que ya conoce bastante bien esta tierra y con cuya archidiócesis, a través del Santo Hermano Pedro, Santo de dos orillas, esta Diócesis está ya perennemente unida. Vuestra presencia aquí tiene un especial color y un especial sabor para nosotros que agradecemos sinceramente. ¡Sea bienvenido!

Bienvenido sea el querido obispo emérito de esta Diócesis, D. Damián, que, aunque lejos físicamente, ha estado siempre atento a esta Iglesia Diocesana y ha continuado sirviéndola en repetidas ocasiones y con diversos motivos. ¡Sea bienvenido!

Bienvenido sea el Sr. Arzobispo emérito de Zaragoza, hombre de estas tierras y de esta Iglesia, que también fue ordenado como obispo entre nosotros aunque no para esta Diócesis. Y que también tuvo la amabilidad de acompañarme, el pasado domingo, en la Eucaristía. Miembro ya del club de eméritos al que yo perteneceré al concluirse esta celebración, nos sentimos todos especialmente vinculados a él y le brindamos el mejor saludo y la más cordial bienvenida.

Bienvenido sea el Sr. Obispo de la Diócesis hermana de Canarias, Mons. Echarren, a la espera ya, también, de su futura jubilación, por razones de edad, y con el cual he tenido la alegría de trabajar conjuntamente al servicio de nuestras Iglesias.

Bienvenido sea el Sr. Nuncio de S S, Mons. Manuel Monteiro,  Obispo ordenante principal, cuya presencia aquí nos permite a los diocesanos todos gustar y explicitar públicamente nuestra plena comunión con el Obispo de Roma, el sucesor de Pedro, Benedicto XVI, a quien queremos hacer llegar nuestros firmes sentimientos de filial adhesión.

 

Bienvenidos seáis tantísimos sacerdotes de esta Diócesis, que con vuestra presencia queréis manifestar ya vuestra sincera actitud de cooperación con el que hoy va a nacer, delante de vuestros ojos, como vuestro nuevo Obispo. Bienvenidos seáis cuantos sacerdotes provenís de otras iglesia diocesanas con el mismo espíritu de dócil cooperación con vuestros propios pastores.

Bienvenidos seáis los seminaristas del Seminario Mayor y Menor, que tantas alegrías habéis dado y que, si Dios quiere, seguiréis dando, con la cooperación de no pocos, a toda la Iglesia Diocesana.

 

Bienvenidas sean la Autoridades Civiles y Militares, aquí presentes.

Bienvenido, Sr. Presidente del Gobierno de Canarias.

Bienvenido, Sr. Presidente del Parlamento de Canarias.

Bienvenidos, Sres. Diputados y Senadores.

Bienvenido, Sr. Delegado del Gobierno de España en Canarias

Bienvenido, Sr. Subdelegado del Gobierno en Santa Cruz de Tenerife.

Bienvenidos,  Sres. Presidentes de los Cabildos Insulares de Tenerife, La Palma, Gomera y Hierro.

Bienvenida,  Sr. Alcaldesa y bienvenidos seáis todos y cada uno de los miembros de la Corporación Municipal del Excmo. Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna.

Bienvenidos, señores Alcaldes aquí presentes.

Bienvenido Sr. Rector de la Universidad de La Laguna, con la que tan importantes relaciones ha tenido nuestra Iglesia Diocesana, relaciones que todavía pueden crecer en el futuro.

Bienvenido, Sr. General Jefe Supremo del Mando de Canarias con los cooperadores, que aquí le acompañan y quienes, según la enseñanza de la Iglesia, son instrumentos de seguridad, libertad y paz al servicio de la Patria.

Bienvenido Sr. Presidente del Tribunal Superior de Justicia de Canarias, que tan alta misión tiene encargada al servicio de la sociedad.

Bienvenido Sr. Decano del Honorable Cuerpo Consular, que tanto bien hacen con tan poco ruido.

Vuestra presencia aquí, la de tantas y tan distinguidas Autoridades Civiles y Militares, nos está diciendo la alta valoración, que por encima de cualquier viento contrario, os merece la misión del Obispo no sólo en la Iglesia sino en la misma sociedad. Y nos habla, por eso mismo, de vuestra disponibilidad para cooperar, desde la independencia y la autonomía, que son propias del orden civil, con la Iglesia Católica, igualmente independiente y autónoma en su propia misión.

Bienvenidos seáis religiosos y religiosas, que tanto bien hacéis siempre con vuestra vida y vuestras obras al servicio de la Iglesia y de la misma sociedad. Y bienvenidos seáis tantísimos fieles cristianos que, movidos por la sola fe, abarrotáis este templo catedralicio y que habéis llenado también el espacio exterior, preparado para esta celebración. Bienvenidos seáis conjuntamente con quienes siguen esta celebración por cualquier medio de Comunicación  Social, Radio o Televisión. Que todos os sintáis aquí en vuestra casa, en esta familia de los hijos de Dios que es la Iglesia, que hoy nos acoge a todos, como madre nuestra que es, y nos brinda la oportunidad de ver nacer como obispo a un hijo de sus entrañas.

Bienvenidos seáis todos, pues,  a esta celebración.

 

Y a ti, amigo Bernardo, no voy a decirte nada de particular. Solamente quiero subrayar el hecho de que vas a nacer como Obispo en un templo parroquial, porque el templo catedralicio está en obras y pendiente de obras. Lo cual, si por una parte, me genera una cierta inquietud y un cierto sentimiento de pena, por otra, me parece un precioso símbolo de lo que es la Iglesia y del trabajo que a ti te espera en ella. En efecto, parafraseando algunas palabras de Pablo VI, la Iglesia está siempre haciéndose y siempre por hacer,  siempre construyéndose y siempre por construir, siempre restaurándose y siempre por restaurar, y a ti te corresponderá, como instrumento del Señor, seguir haciendo, seguir construyendo y seguir restaurando esta Iglesia Diocesana, que se esparce en las numerosas comunidades parroquiales que conforman nuestra Diócesis. Con Pablo VI también nosotros podemos decir hoy: «¡La Iglesia está viva hoy más que nunca!  Pero, considerándolo bien, parece que está todavía por hacer; el trabajo comienza hoy y nunca acaba».

Para ese trabajo, amigo Bernardo, necesitas recibir una efusión especial del Espíritu Santo,  que hoy se te va a regalar por medio de la imposición de manos de los obispos aquí presentes y la oración de toda la comunidad. Y quizá sea este el momento de decir a todos que estamos convocados aquí, especialmente, para orar y pedir a Dios Padre y a su Hijo y Señor nuestro Jesucristo, que hagan descender abundantemente su Espíritu sobre este presbítero que delante de nuestros ojos va a nacer como pastor de la Iglesia.

A la intercesión y al cuidado maternal de Santa María, a quien tú te dispones a venerar no sólo bajo las advocaciones de las Patronas de estas Islas sino con el nombre, tan hermoso y tan jugosamente comentado por mi antecesor,  Mons. Damián Iguacen Borau, de Ntra. Señora del Buen Consejo, te encomiendo y te encomendamos todos esta tarde.

 

Con la famosa y conocida bendición de San Francisco de Asís, quiero que mis últimas palabras oficiales como Administrador Apostólico de esta Diócesis sean las siguientes: 

«El Señor te bendiga y te guarde,

Te muestre su rostro y tenga misericordia de ti.

Te dirija su mirada y te dé la paz.

El Señor te bendiga». Amén

 

 

MONS. MONTEIRO DE CASTRO. HOMILÍA ORDENACIÓN EPISCOPAL ÁLVAREZ AFONSO

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ORDENACIÓN EPISCOPAL Y TOMA DE POSESIÓN DEL NUEVO OBISPO DE SAN CRISTÓBAL DE LA LAGUNA (TENERIFE), MONS. BERNARDO ÁLVAREZ AFONSO

 

Homilía de Mons. Manuel Monteiro de Castro, Nuncio del Santo Padre en España.

 

 

Eminentísimos Señores Cardenales,

Excelentísimos Señores Arzobispos y Obispos,

Queridos sacerdotes concelebrantes y diáconos,

Excelentísimas Autoridades Civiles y Militares,

Estimados Seminaristas y miembros de los institutos de vida consagrada,

Representantes de distintas confesiones cristianas,

Queridos hermanos y hermanas en Cristo:

 

1. A todos vosotros, aquí presentes y a cuantos siguen esta celebración eucarística por radio o televisión, un saludo afectuoso de parte de Su Santidad Benedicto XVI, a quien tengo el honor de representar en España.

En este momento deseo manifestar mis sentimientos de viva gratitud a las Excelentísimas Autoridades que nos honran con su participación en esta solemne celebración.

Al Excelentísimo y Reverendísimo Señor Don Felipe Fernández García, celoso obispo, una palabra de profundo reconocimiento y felicitación por la valiosa labor apostólica realizada durante 14 años en esta diócesis.

 

2. Queridos hermanos y hermanas:

Muchos de los sacerdotes, religiosos, religiosas y feligreses de San Cristóbal de la Laguna me han expresado el deseo de que el Santo Padre les diera un buen Pastor, cercano, que les guiara en el camino a la felicidad eterna.

Aquí lo tenéis en la persona de Monseñor Bernardo Álvarez Afonso.

Su currículum personal y sacerdotal nos muestra una rica experiencia para la misión que el Señor le confía.

Nació hace 56 años en la isla de La Palma y más concretamente en Breña Alta. Tras cumplir sus estudios en el Seminario Diocesano de Tenerife, recibió la ordenación sacerdotal el 16 de julio de 1976, continuando posteriormente su formación en la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma, donde obtuvo la licenciatura en Teología Dogmática.

En esta diócesis nivariense ha ejercido distintas e importantes tareas pastorales, hasta ser nombrado en 1999, Vicario General. Además, a nivel de la Conferencia Episcopal Española, es miembro del Consejo asesor de la Subcomisión Episcopal de Catequesis y asiduo colaborador de la Comisión Episcopal del Clero.

 

3. Querido Bernardo, el Santo Padre te ha nombrado obispo.

3.1. Figura del obispo

3.2. Misión en la Iglesia

         3.2.1. Universal

         3.2.2. San Cristóbal de La Laguna

 

3.1. La figura del obispo

Los Obispos son los sucesores de los Apóstoles.

En Galilea, sobre todo en las orillas del lago de Genesaret, el Señor Jesús habló a las gentes sobre el Reino de Dios, les explicó las Escrituras, les mostró la importancia de seguir la Ley de Moisés y les manifestó la insignificancia de ciertas prescripciones; curó enfermos, expulsó demonios, operó prodigios.

Muchos le seguían. Han sido los primeros discípulos de Jesús de Nazaret. De estos escogió Doce, tal y como hemos escuchado en el texto de San Marcos.

En los Evangelios, en los Hechos de los Apóstoles y en las Cartas Apostólicas aparece muchas veces el conjunto de los Apóstoles con el nombre “los Doce”. El mismo Señor Jesús habla de “los Doce”. Aparecen como una persona moral, una persona jurídica. Así tenemos la Iglesia incipiente. A uno de ellos le dio la misión de mantener la familia unida. Rezó por él para que su fe no desfalleciera. Le dijo: “apacienta mis ovejas”. Más aún, le dio el poder de las llaves. Le ha dicho: “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia” (Mt 16,18).

El Señor Jesús ha querido fundar una Iglesia y la fundó con sus discípulos y con los Doce Apóstoles.

Después de su misión en la tierra, el Señor Jesús les ha dicho a los Apóstoles: “Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado” (Mt 28, 19).

Más aún. Les dijo que no tuvieran miedo: “Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin de los tiempos”.

Los Apóstoles así lo hicieron. En diversas regiones han fundado iglesias dejando al frente de ellas a sus sucesores, a los que llamamos obispos.

 

3.2. ¿Cuál es la misión del Obispo? ¿Cuál es tu misión como Obispo?

Es la misma de la de los Apóstoles: transmitir fielmente lo que has recibido del Señor: su Palabra y su modo de vivir. Los Apóstoles han recibido el mensaje del Señor, lo han vivido y han compartido la vida de Jesús. Excepto San Juan, todos los demás Apóstoles han dado su vida por Jesús, han sido martirizados.

Partiendo de la predicación del Evangelio de Jesucristo, tu cometido principal, querido D. Bernardo, es el de “anunciar al mundo la esperanza […]: la esperanza no solamente en lo que se refiere a las realidades penúltimas, sino también, y sobre todo, la esperanza escatológica, la que espera la riqueza de la gloria de Dios (…) La perspectiva de la esperanza teologal, junto con la de la fe y la caridad – leemos en la Exhortación Apostólica Postsinodal Pastores gregis –, ha de moldear por completo el ministerio pastoral del Obispo (n. 3)”. “… La figura ideal del Obispo con que la Iglesia sigue contando es la del pastor que, configurado con Cristo en la santidad de vida, se entrega generosamente por la Iglesia que se le ha encomendado, llevando al mismo tiempo en el corazón la solicitud por las iglesias del mundo (cfr. 2 Co 11, 28)” (ibid. n. 1).

 

3.2.1 Los Obispos, sucesores de los Apóstoles, tienen una misión en la Iglesia universal

“Así como, por disposición del Señor – leemos en la Constitución Lumen gentium, San Pedro y los demás apóstoles forman un sólo colegio apostólico, de igual modo se unen entre sí el Romano Pontífice, sucesor de Pedro, y los obispos sucesores de los apóstoles” (LG, 21). Desde los tiempos apostólicos, los obispos se reunían para tratar los asuntos más importantes, como lo demuestra la celebración de concilios. “Esto mismo lo indica también el uso, introducido desde antiguo, de llamar a varios obispos a tomar parte en el rito de consagración cuando un nuevo elegido ha de ser elevado al ministerio de sumo sacerdocio. Uno es constituido miembro del cuerpo episcopal en virtud de la consagración sacramental y por la comunión jerárquica con la Cabeza y miembros del colegio” (LG, 22). Los obispos son miembros del colegio episcopal y, por eso, tienen derecho a participar en los concilios ecuménicos.

3.2.2 Los Obispos tienen una misión especial en la diócesis que les ha sido confiada.

Tu misión consiste esencialmente en transmitir, con fidelidad, al mundo y particularmente a las gentes de la diócesis de San Cristóbal de La Laguna, el mensaje y el modelo de vida que el Señor Jesús nos ha dejado.

“Los obispos, como sucesores de los apóstoles – leemos en los documentos del Concilio Vaticano II – tienen por sí en las diócesis que se les ha confiado toda la potestad ordinaria, propia e inmediata, que se requiere para el desarrollo de su oficio pastoral” (Christus Dominus, 8).

Como obispo estás llamado a reflejar, con tu palabra y con tu vida, el tesoro de enseñanza que el Señor Jesús nos legó.

Una de las principales enseñanzas que contiene ese tesoro es la acogida y entrega sin límites por los hermanos. San Pablo lo explica maravillosamente en el texto de la Iª Carta a los Corintios que hemos leído y que coincide con el lema episcopal que has elegido para tu ministerio:“Porque, siendo libre como soy, me he hecho esclavo de todos para ganar a los más posibles. Me he hecho débil con los débiles, para ganar a los débiles; me he hecho todo a todos, para ganar, sea como sea, a algunos. Y hago todo esto por el Evangelio, para participar también de sus bienes”.

La tuya no es una misión fácil, pero sí hermosa, sublime. El mundo de hoy la necesita. Los aires que respiramos son de subjetivismo, de relativismo, de permisividad, de “haz lo que quieras”, de todo vale lo mismo. Más aún: algunos se califican de “auténticos” al decir que hacen lo que les apetece, sin tener ningún punto de referencia, sin la indispensable atención a valores fundamentales. Vivimos en una época “en cierto modo desconcertante. Tantos hombres y mujeres parecen desorientados, inseguros, sin esperanza, y muchos cristianos están sumidos en este estado de ánimo” (Juan Pablo II, Exhortación Postsinodal Ecclesia in Europa, 7).

Tantos hombres y mujeres de hoy esperan el ministerio de quien les ofrezca los valores contenidos en el tesoro que nos legó el Señor Jesús.

 

4. Deseo concluir esta breve reflexión recordando las palabras que hemos cantado en el salmo de la liturgia de hoy:

“Envía, Señor tu Espíritu

que renueve nuestros corazones”

Pedimos la asistencia especial del Espíritu Santo para esta nueva etapa de tu vida, en la que el Señor te confía particularmente el cuidado de los fieles de la Diócesis Nivariense, al tiempo que te aseguramos nuestras humildes oraciones.

En las manos de la Santísima Virgen María, Madre de la Iglesia y Reina de los Apóstoles —invocada por nosotros como Ntra. Sra. de Candelaria, patrona de las Islas Canarias, y las patronas insulares Ntra. Sra. de las Nieves, Ntra. Sra. de Guadalupe y Ntra. Sra. de los Reyes— ponemos esta intención, para que, con la ayuda eficaz de la misma Madre de Dios y de la intercesión de San Cristóbal, del Santo Hermano Pedro, del Beato José de Anchieta y de los Beatos Mártires de Tazacorte, pueda recorrer el itinerario de su tarea pastoral dando abundantes frutos para el bien de las almas y la gloria de Dios.

¡Que el Señor os bendiga hoy y siempre!

 

 San Cristóbal de La Laguna (Tenerife), 4 de septiembre de 2005

 

Mons. Manuel Monteiro de Castro

Arzobispo Titular de Benevento
Nuncio Apostólico

 

 

 

 

GRANADA. CRISTIANISMO Y RAZÓN SECULAR

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En los próximos días 8, 9 y 10 de septiembre, tendrá lugar en Granada un seminario con el tema “Cristianismo y razón secular”; organizado por el Arzobispado de Granada a través de la Fundación Nuevo Inicio. Participarán un grupo de unos 30 profesores de Filosofía y Teología, católicos y protestantes, sobre todo del mundo anglosajón. Entre ellos se contará con la presencia de figuras destacadas como los teólogos Stanley Hauerwas (metodista, profesor de la Duke University) y John Milbank (anglicano, uno de los inspiradores del movimiento teológico conocido con el nombre de “Radical Orthodoxy”, profesor de la Universidad de Nottingham).

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