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El Seminario edita un nuevo número de Pastor Bone

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El Seminario Diocesano de Málaga edita un nuevo Pastor Bone, cartel informativo que reúne los últimos acontecimientos de la vida de los seminaristas, y que puede descargarse aquí para mostrarlo en parroquias y comunidades.

Bicentenario de San Juan Bosco

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Carta Pastoral del Obispo de Jaén, Mons. Ramón del Hoyo López en el Bicentenario de San Juan Bosco (16 de agosto de 2014 a 16 de agosto de 2015).

La Diócesis de Cartagena acogerá en noviembre el Encuentro de Pastoral Universitaria de las diócesis del sur

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La Delegación de Pastoral Universitaria de la Diócesis de Cartagena será la encargada de preparar este año el V Encuentro de Pastoral Universitaria de las diócesis del sur de España. Del 6 al 8 de noviembre, un centenar de jóvenes universitarios de las diferentes diócesis del sur visitarán Murcia para participar en este encuentro, que se ha realizado ya en Granada, Sevilla, Jaén y Málaga.

«Yo soy uno de ellos»

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Carta del Obispo de Asidonia-Jerez, Mons. José Mazuelos Pérez, en la Jornada de la Infancia Misionera.

Tercera sesión del II Ciclo de «Cine de Valores» que organiza la Cofradía de la Amargura

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En el marco de los actos preparatorios de la Coronación Canónica de María Santísima de la Amargura de Granada, el próximo viernes tendrá lugar la tercera y última sesión del II Ciclo de Cine y Valores Humanos y Cristianos que organiza la Cofradía de María Santísima de la Amargura.

Celebramos el Octavario de Oración por la Unidad de los Cristianos

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Mañana, viernes 23 de enero, a las 20.00 horas, en la Iglesia Conventual de San Francisco en Cádiz, tendrá lugar la celebración diocesana de Oración por la Unidad de los Cristianos. Dirigida por el director del secretariado diocesano de Ecumenismo y Relaciones Interconfesionales, Juan Piña, participarán pastores y miembros de otras Congregaciones e Iglesias.

Fuente Álamo festeja el 75 aniversario de la llegada de la nueva imagen de San Agustín al templo

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La parroquia de San Agustín de Fuente Álamo celebra con diferentes actos el 75 aniversario de la llegada al pueblo de la actual imagen del patrón. Este próximo domingo la imagen saldrá en procesión por las calles del pueblo para recordar su llegada al municipio. También el domingo comenzará un quinario en honor a San Agustín en el que predicarán: el párroco de Fuente Álamo, D. César Meca; continuará el martes con el vicario de Murcia y párroco de San Juan de Ávila, D. José Sánchez; el miércoles con el delegado de Liturgia, D. Ramón Navarro; el jueves con el director técnico del Museo de la Catedral, D. Francisco José Alegría; y el último día, el viernes 29, presidirá y predicará en el quinario el Obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes.

Llega a Granada el espectáculo musical de los Cantores Híspalis «La Pasión según Andalucía»

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Ya están disponibles las entradas para disfrutar de la obra musical «La Pasión según Andalucía», de los Cantores Híspalis, que se interpretará en nuestra ciudad el próximo 15 de febrero, en el Palacio de Congresos.

Diez años de «Iglesia en Córdoba»

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«Iglesia en Córdoba», esta revista semanal que tienes en tus manos, cumple diez años de vida. Hace diez años comenzó a publicarse, tal como la conoces ahora. Es motivo de gozo, de gratitud y de esperanza.

Jornada sacerdotal diocesana. Encuentro Presbiterio-Seminario (Casa Diocesana)

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Homilía pronunciada por el Obispo de Málaga, D. Jesús Catalá, en la Jornada sacerdotal diocesana. Encuentro Presbiterio-Seminario, celebrada en Casa Diocesana Málaga el 22 de enero de 2015.

JORNADA SACERDOTAL DIOCESANA

ENCUENTRO PRESBITERIO-SEMINARIO

(Casa Diocesana-Málaga, 22 enero 2015)

Lectura de “Hora Tercia”: Gal 5, 13-14.

1.- Vocación a la libertad de los hijos de Dios.

El texto de Gálatas nos ofrece hoy el tema de la libertad de los hijos de Dios. Hemos sido llamados a la libertad y eso es para todo cristiano, máxime para los sacerdotes, para todos nosotros.

Dice el apóstol san Pablo que no se trata de una libertad para la carne o para hacer la voluntad propia o lo que nos piden los deseos humanos, carnales, sino una libertad para el amor: «Sed esclavos unos de otros por amor. Porque toda la ley se concentra en esta frase: “Amarás al prójimo como a ti mismo”» (Gal 5, 13-14).

El tema de la libertad me encanta para todo cristiano, pero, sobre todo, para los sacerdotes. Me gusta mucho la frase «la gloriosa libertad de los hijos de Dios» (Rm 8,21). Si fuéramos realmente libres, en el sentido de no hacer lo que queremos, sino seguir al Espíritu, nuestro ministerio sería distinto. Una auténtica libertad por el otro y para el otro, para servir, no para servirnos del ministerio o de la Iglesia o de la posición. El papa Francisco tiene muchas frases, como ya hemos oído todos en distintas ocasiones, sobre el servicio de los sacerdotes a la Iglesia.

Vamos a pedir al Espíritu que nos concede la verdadera libertad, la gozosa libertad de los hijos de Dios. Y que, en el presbiterio, también reine esa libertad: Libertad para expresarse, libertad para aceptar al otro, libertad para ser sinceros, libertad para no esconder conductas que van contra nuestro ministerio, contra la Iglesia, libertad auténtica para que el Señor nos ayude a vivir entre nosotros; de ese modo ganaríamos mucho. A veces, caemos, como dice el papa Francisco, en la tentación de los dimes y diretes o de los comentarios o de que «no se entere la autoridad».

2.- Una libertad que exige esfuerzo y renuncia.

A veces, es conveniente que se saque a la luz todo, para que se solucionen los temas y los problemas. Apelo a vuestra conciencia para que vivamos con mayor libertad, verdaderamente como hermanos e hijos de Dios; que nadie nos arrebate esa libertad. Tampoco han de arrebatárnosla ni la sociedad, ni los políticos, ni las presiones que estamos sufriendo, que son fuertes.

Estos días anteriores, hemos estado los obispos de Andalucía reunidos en Córdoba, como hacemos habitualmente, y han salido estos temas propios de esa tensión que hay entre la Iglesia y los poderes públicos. Unos son los medios de comunicación, otros los partidos políticos, los lobbies, los grupos de presión que están realmente presionándonos para amordazarnos la voz, para que no hablemos, para que no denunciemos lo que hay que denunciar o digamos lo que hay que decir o promovamos lo que hay que promover.

El mundo necesita el testimonio de los cristianos. Necesita el testimonio de nuestra libertad: «La creación, expectante, está aguardando la manifestación de los hijos de Dios» (Rm 8, 19).

La libertad que nosotros perseguimos es una libertad que exige esfuerzo y renuncia, no es la libertad que sueñan los jóvenes para comerse el mundo.

Dice san Pablo a los romanos que «toda la creación está gimiendo y sufre dolores de parto» (Rm 8, 23). Nosotros, aguardando esa redención del Señor, también estamos con el dolor por este parto.

3.- Ser sacerdotes unidos a Cristo, Sumo Sacerdote.

La liturgia de la misa de hoy nos ofrece la carta a los Hebreos, que va muy directamente con nuestro ministerio, presentando a Cristo como el Sumo Sacerdote. Él presentó sacrificios de una vez para siempre (cf. Hb 7, 27). Su sacrificio es único. Los sacrificios de la Antigua Alianza se tenían que repetir, porque no transformaban al hombre, no lo cambiaban, era más bien una ascesis personal. Pero nuestro Sumo Sacerdote es «santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y encumbrado sobre el cielo» (Hb 7, 26), y Él está intercediendo siempre en favor nuestro (cf. Hb 7, 25).

Nosotros necesitamos realizar, actualizar, ese sacrificio de Cristo. En la misa actualizamos, no sólo hacemos memoria, como se dice vulgarmente; es una actualización del Misterio. Cristo se ofrece, se sigue ofreciendo, y eso que ofrecemos al Padre es el sacrificio de Cristo.

Pero necesitamos participar en él y no es suficiente participar en nuestra vida de una sola eucaristía; por nuestra naturaleza, necesitamos participar periódicamente. Según la época, las celebraciones se han realizado de un modo más o menos periódico. Había monjes que solamente celebraban el domingo. Eso de la misa diaria no ha sido siempre. Y eso de cuatro misas en un día no debería ser tampoco. Pero ya que somos ministros que ofrecemos a los demás el sacrificio, –ofrecemos a Dios el sacrificio se entiende, pero por los demás–, tampoco banalicemos nuestro ministerio y, por tanto, intentemos, –aunque sea la tercera misa–, hacer el esfuerzo de vivir lo que estamos celebrando.

4.- Fiesta del Seminario

Y, finalmente, nos hemos reunidos porque es la fiesta del Seminario, que tiene múltiples nombres: Seminario de san Sebastián, de santo Tomás, de la Inmaculada; a san José no hay que dejarlo fuera. Al final, va a resultar que no sabemos cuándo es la fiesta del Seminario: si la de san José, si ésta, si la de la Inmaculada. Pero bueno, como se llama de san Sebastián, lo celebramos en este famoso encuentro de Seminario y sacerdotes o presbiterio.

Es un día de gracia, de fraternidad, que podemos vivir con alegría. Siempre los santos nos dan un ejemplo. Estos días estamos celebrando a varios mártires: san Sebastián, santa Inés, san Fructuoso y san Augurio-Elogio en Tarragona, hoy san Vicente mártir en Valencia. Todos son de la misma época y dieron testimonio de su fe. Eso nos anima a ser testigos en la sociedad que nos toca vivir. No elegimos ni la cultura donde nacemos ni la sociedad donde vivimos, ni la sociedad a la servimos como ministros. Puede uno haber nacido en una cultura distinta, ­–como hay alguno entre nosotros–, y estar sirviendo al sacerdocio en una cultura diversa a la de su nacimiento. Pero el Señor nos ha querido aquí.

Ayer, en una información que nos dieron de las influencias, de los maleficios y de las posesiones diabólicas, me miraron a mí dos sacerdotes exorcistas y me dijeron: «señor Obispo de Málaga en su diócesis hay focos de todo tipo del maligno, explícitos y conocidos, más que en otras diócesis». Esto no nos debe alarmar, pero ese es el trabajo que nos toca hacer, servir a esta sociedad no a la que nos inventemos.

5.- Agradecimiento a los sacerdotes

Quiero agradecer vuestro trabajo, vuestra generosidad, vuestra comprensión, vuestra ilusión, la fidelidad al ministerio. Y pido al Señor que nos mantenga fieles a lo que Él nos pide, no a lo que nos gusta hacer. Hay cosas que no nos gusta hacer a nadie, pero hay que hacerlo. Hay que darse, hay que ser libres para ser esclavos del otro por amor, como nos ha dicho la carta de san Pablo a los Gálatas (cf. 5, 13).

Pido por nuestra fidelidad, por nuestra ilusión, por el Seminario: que el Señor nos regale santas vocaciones y santos sacerdotes. Nunca pido al Señor un número de sacerdotes; nunca se lo he pedido. Siempre he empleado las tres “eses” que decía el arzobispo en proceso de beatificación que me ordenó, que me confirió todas las órdenes y todos los ministerios. Las tres “eses” del sacerdote, –una “ese” ya es del sacerdote­–, son: sabio, sano y santo. Que nos dé sacerdotes sanos de mente y de cuerpo, por lo menos de mente; sabios, porque hay que dar buena comida a nuestros fieles; y santos, a semejanza del Sumo Sacerdote, el Santo de los santos.

Pedimos a la Virgen, nuestra Madre, que siempre esté con nosotros. Me gusta decir no que no nos deje, sino Madre nuestra que no te dejemos. La Virgen nunca nos deja, el Señor nunca nos deja, somos nosotros quienes nos alejamos. Pues que no nos alejemos, ni del Señor, ni de la Virgen. Que así sea.

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