El amor como el único modo humano de vivir. Jueves Santo

Alocuciones de Mons. Javier Martínez ante las Sagradas Imágenes del Jueves Santo en las Estaciones de Penitencia de las Hermandades en la S.I Catedral.

1.- NUESTRO PADRE JESÚS DEL AMOR Y LA ENTREGA Y MARÍA SANTÍSIMA DE LA CONCEPCIÓN

«Enséñanos la racionalidad profunda del amor como el único modo humano de vivir»

Llamamos al Jueves Santo día del amor fraterno y todos tenemos la certeza en nuestro corazón de que lo que hace atractiva la vida son los gestos de amor, los gestos de entrega, los gestos de donación, y cuanto más gratuitos, más bellos. Y sin embargo, Señor, si Tú no te hubieras dado a nosotros, si no hubiera ese fondo último de amor que Tú nos has revelado como el ser mismo de Dios, siempre tendríamos la sospecha de si los gestos de amor no serían en el fondo algo estéril, algo inútil, una especie de pirueta en el vacío.

Señor, enséñanos la racionalidad profunda del amor como el único modo humano de vivir, precisamente porque somos imagen tuya.

Padrenuestro

Que estás en el Cielo

Santificado sea tu Nombre

Venga a nosotros tu Reina

Hágase tu Voluntad

En la tierra como en el Cielo

Danos hoy nuestro pan de cada día

Perdona nuestras ofensas

Como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden

No nos dejes caer en la tentación

Y líbranos del mal.

Amén.

+ Javier Martínez

Arzobispo de Granada

2 de abril de 2015

Plaza de las Pasiegas

 

2.- SANTÍSIMO CRISTO DE LA REDENCIÓN Y NUESTRA SEÑORA DE LA SALUD

«Señor, te confiamos nuestras vidas»

San Juan Pablo II comenzaba su primera Encíclica como Papa diciendo «Jesucristo, el centro del cosmos y de la historia, es el único Redentor del hombre». Con esa frase se hacía eco de algo que decían ya los Hechos de los Apóstoles: no se nos ha dado a los hombres bajo el cielo ningún otro nombre por el que podamos ser salvos. Y eso es lo que decimos en el fondo cuando confesamos a Jesús como Señor.

A Ti, Señor, que has conquistado nuestras vidas y las has liberado del poder del mal y del poder del enemigo; a Ti, Señor, que nos has conquistado con tu amor, te confiamos esas vidas nuestras. Pobres, a veces perdidos, confusos, perplejos, nos acogemos a tu Misericordia y al abrazo de tu amor.

Padrenuestro

Que estás en el Cielo

Santificado sea tu Nombre

Venga a nosotros tu Reina

Hágase tu Voluntad

En la tierra como en el Cielo

Danos hoy nuestro pan de cada día

Perdona nuestras ofensas

Como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden

No nos dejes caer en la tentación

Y líbranos del mal.

Amén.

+ Javier Martínez

Arzobispo de Granada

2 de abril de 2015

Plaza de las Pasiegas

 

3.- NUESTRO PADRE JESÚS DEL PERDÓN Y MARÍA SANTÍSIMA DE LA AURORA CORONADA

«Tu Pasión nos dice que todos estamos necesitados del perdón»

Para llegar hasta Ti, Señor, Tú no nos pusiste la condición de que no tuviéramos ningún defecto, de que no hubiéramos caído nunca, de que no hubiéramos tropezado en la vida de una manera o de otra. Sólo nos pusiste una: que perdonásemos a los demás con el mismo perdón que te pedíamos a Ti. Lo dijiste muchas veces, y sin embargo nosotros somos muy injustos. Para nosotros pedimos perdón, y tantas veces para los demás pedimos justicia, reclamamos justicia.

Señor, la lógica profunda de tu Pasión nos dice que todos estamos necesitados del perdón. Y con cada Padrenuestro que rezamos te pedimos que nos perdones como nosotros perdonamos. Vamos a decirlo con más conciencia en esta ocasión, en esta noche de Jueves Santo.

Padrenuestro

Que estás en el Cielo

Santificado sea tu Nombre

Venga a nosotros tu Reina

Hágase tu Voluntad

En la tierra como en el Cielo

Danos hoy nuestro pan de cada día

Perdona nuestras ofensas

Como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden

No nos dejes caer en la tentación

Y líbranos del mal.

Amén.

+ Javier Martínez

Arzobispo de Granada

2 de abril de 2015

Plaza de las Pasiegas

 

4.- NUESTRO PADRE JESÚS DE LA PASIÓN Y MARÍA SANTÍSIMA DE LA ESTRELLA

Ante los sufrimientos, «no se trata de resignarse, sino de que el amor venza»

Padecer es constitutivo de la condición humana, de nuestra existencia. Padecemos a lo largo de nuestra vida muchas cosas: condicionamientos, circunstancias, heridas de nuestras familias, incluso antes de que nosotros llegáramos al mundo, los límites de nuestro propio temperamento, los límites de los temperamentos de las personas que tenemos cerca (en la familia o en el trabajo), padecemos enfermedades, y padecemos, sobre todo, nuestra condición mortal, que ponen dramatismo en cada momento de nuestra vida.

Señor, el afrontar la pasión, las pasiones, lo que sufrimos en la vida exige una sabiduría especial que sólo Tú puedes dar, porque no se trata de resignarse: se trata de que el amor venza, se trata de que el amor pueda sobreponerse a nuestros límites o a los límites de los demás, se trata de que no estemos marcados por esos límites o por esas torpezas, sino por el amor más grande que lo transforma y lo transfigura todo.

Señor, danos esa sabiduría y aprender a padecer de forma que las dificultades de la vida nos sirvan para crecer como personas.

Padrenuestro

Que estás en el Cielo

Santificado sea tu Nombre

Venga a nosotros tu Reina

Hágase tu Voluntad

En la tierra como en el Cielo

Danos hoy nuestro pan de cada día

Perdona nuestras ofensas

Como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden

No nos dejes caer en la tentación

Y líbranos del mal.

Amén.

+ Javier Martínez

Arzobispo de Granada

2 de abril de 2015

Plaza de las Pasiegas

 

5.-SANTÍSIMO CRISTO DE LA MISERICORDIA (DEL SILENCIO)

«Señor, adorando tu Cruz, ponemos nuestras vidas en tus manos»

Ni el dolor ni la muerte es simplemente la expresión de un luto o de un dolor; es el silencio de la adoración. Adoramos tu cruz, adoramos el abismo de amor que tu cruz nos revela y el camino que nos abre de la noche de nuestra tierra hasta la luz del Cielo y de la vida eterna. Porque de ese agujero negro que es el espacio que va del Jueves al Domingo de Resurrección brota toda la alegría, todo el amor, toda la misericordia, que los hombres necesitamos para vivir una vida humana.

Señor, adorando tu cruz, nos ponemos ante Ti, ponemos nuestras vidas en tus manos y nos dirigimos a tu Padre con la oración que Tú nos enseñaste.

Padrenuestro

Que estás en el Cielo

Santificado sea tu Nombre

Venga a nosotros tu Reina

Hágase tu Voluntad

En la tierra como en el Cielo

Danos hoy nuestro pan de cada día

Perdona nuestras ofensas

Como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden

No nos dejes caer en la tentación

Y líbranos del mal.

Amén.

+ Javier Martínez

Arzobispo de Granada

2 de abril de 2015

Plaza de las Pasiegas

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