Celebración del segundo escrutinio de la Comunidad Neocatecumenal de Jaén

Diócesis de Jaén
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La diócesis de Jaén es una iglesia particular española sufragánea de la archidiócesis de Granada. Sus sedes son la Catedral de la Asunción de Jaén y Catedral de la Natividad de Nuestra Señora de Baeza.

El pasado jueves, 25 de mayo, el Obispo de Jaén, Don Amadeo Rodríguez Magro, presidía la celebración del segundo escrutinio de la Comunidad Neocatecumenal de Jaén.
En esta etapa nos encontramos frente al momento crucial del proceso de conversión que es el Camino Neocatecumenal.

El yo del hombre, separado de Dios, trata de enraizarse: en los afectos, para sentirse amado (primera tentación), en la proyección de sí mismo hacia el futuro (segunda tentación), y sobre todo en el dinero (tercera tentación). Estas tres realidades se aferran al corazón, a la inteligencia y a las fuerzas del hombre y lo atenazan haciéndolo esclavo. De ese modo, si no se siente amado, si no ve su futuro seguro y si no tiene dinero, se siente perdido.

Dice la carta a los Hebreos que Jesús fue “probado en todo igual que nosotros, excepto en el pecado” (Hb 4, 15). E inmediatamente antes de empezar su misión pública (cf Mt 4, 12-17), el Evangelio nos muestra al Señor llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo, es decir sometido al escrutinio del “Shemá”, del corazón de la revelación de Dios a Israel en el Sinaí. Jesús es sometido a este escrutinio que cumplirá plenamente en la cruz, para que se vea si para Él Dios es el único, si ama a Dios con todo su corazón (primera tentación), con toda su mente (segunda tentación) y con todas sus fuerzas (tercera tentación). Allí donde Israel, y todo hombre, salen derrotados del combate del “Shemá”, Jesús sale victorioso y abre un camino para todos nosotros y con Él podamos participar en el diálogo de amor con Dios como único y de amor con el prójimo, para tener vida eterna.

Durante esta celebración conclusiva de segundo escrutinio, 20 adultos renovaron ante la Iglesia la renuncia al demonio y manifestaron su voluntad de servir solo a Dios.

Por su parte, Don Amadeo, aseguraba que “ha sido una celebración preciosa”. Y añadió, dirigiéndose especialmente a los que culminaban esa etapa del Camino Neocatecumenal: “lo que habéis hecho es muy hermoso y tiene que dejar una huella en vosotros. En primer lugar, la huella del amor de Dios, porque el amor de Dios está con vosotros. En segundo lugar, una huella de alegría, de mucha alegría, porque ha sucedido algo grande. Y, en tercer lugar, una huella de mucha paz, porque le habéis dicho lo que le teníais que decir a Satanás. Y se lo habéis dicho, no sólo para que lo sepa, sino también para vivir en consecuencia”.

Comunidad Neocatecumenal de Jaén

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