Conoce tu vocación para vivir desde el Evangelio

Carta de Fr. Severino Calderón, Provincial de los franciscanos en la Provincia Franciscana de Granada, Nuestra Señora de Regla, con motivo de la clausura del VIII Centenario de la consagración de Santa Clara al Señor

Queridas Hermanas Pobres de Santa Clara, Hermanos Menores y Familia Franciscana:

¡Que el Señor os conceda la Paz!

El día once de agosto de 2012 clausuramos el VIII Centenario de la consagración de Santa Clara al Señor, en manos de nuestro padre San Francisco, con el que comienza la fundación de la Hermanas Pobres, las clarisas. Como si de una cadena entrelazada se tratara, año tras año, y así hasta 800 años, poniendo eslabones de fidelidad a una vocación: recibida, agradecida y profundizada por Clara, y por vosotras, en su visión evangélica, a la que el Señor la llamó, y sigue llamándoos hoy para vivir el Evangelio de Jesucristo pobre y crucificado.

1. Clara mujer tocada por el Amor de Dios. A lo ancho de su «larga vida» este fue su alimento

y la propuesta que hizo a sus hermanas a través de un amor fiel, vivido en suma pobreza y sincera humildad, desde una honda relación con Aquel que la llamó a vivir una pasión.

2. Clara de Asís un camino de Luz. Proceso que va descubriendo en sus búsquedas y que le

acompañan en «sus noches oscuras», y que ilumina sus tinieblas en aquel que es la Luz, que engendra alegría y sencillez, vividas en fraternidad y libertad por Amor y para amar y generar una vida nueva, viviendo la misma pasión que Francisco. No olvida su punto de partida: El Santo Evangelio que es la luz que la acompaña, y que agradece en esa limpia historia de amor de Dios entregado por ella y por toda la humanidad.

3. Clara, mujer de compromiso. Oyendo la llamada de Dios no se hizo «la sorda» sino que se

puso a discernir con el Hermano Francisco cual era !su misión y de ahí que cambiara la nobleza por la pobreza, distribuyendo sus bienes entre los pobres y haciéndose pobre para abrazar al Cristo pobre y vivir la alegría y la sencillez de la gracia, vivida en fraternidad.

Clara contempla la cruz, ve a Cristo el más pobre, el más despreciado y se desposa con este Esposo que enamora a la humanidad a la que salva. Se puede adivinar en el corazón de Clara el eco de la espera; de espera enamorada del Cantar de los Cantares: «tus amores son mas dulces que el vino. Son tus ungüentos agradables al olfato. Es tu nombre un perfume que se difunde, por eso te aman las doncellas» (Cant. 1,3). Escribe Clara: «engalánate, toda entera, interior y exteriormente de todas las virtudes» (4 Cta. Cl 16). Este amor contemplativo de Clara la lleva a vivir el compromiso de la pobreza y anonadamiento que ha descubierto en Cristo, gracias a la contemplación

4. Clara de Asís, la mujer fraterna. Descubre Clara por gracia la común filiación divina, enraizada en el seguimiento de Jesucristo y en su proyecto de vida en hecho de fidelidades, vivido en fraternidad. Clara está convencida que el autor de su vocación es Dios, el Padre de las misericordias, que nos recuerda en su testamento, al que hemos de restituir todos los bienes recibidos a través de los hermanos y hermanas. Esta mujer creadora de fraternidad vive evangélicamente madura como se manifiesta en su continúa alegría y serenidad, ante las situaciones desagradables que le toca afrontar. La alegría de la vida es un conjunto de pequeños gestos de amor, de afecto y atención. En comunidad hemos de vivir gozosamente: «manifestando el amor que interiormente nos anima.

5. Clara, espíritu orante. Nos exhorta a trabajar para poseer el Espíritu del Señor y su santa operación. Inspirándose en la Regla del Francisco de Asis, Clara nos invita a poseer ese Espíritu que nos ayuda a armonizar trabajo y oración. Sus escritos rezuman una oración dirigida al Señor y educando a sus hermanas para que rezasen por su ciudad; por el mundo entero; por la iglesia. Ora por sus hermanas y les pide que oren por ella. La persona de Jesús es el hilo conductor de todo lo que Clara expresa en la carta que escribe a Inés: «…cuyo amor enamora, cuya contemplación reanima, cuya benignidad llena, cuya suavidad colma, cuyo recuerdo ilumina suavemente, cuyo perfume hará revivir a los muertos…» (4 Cta Cl. 9.14).

Nos debemos preguntar si ofrecemos a los demás la belleza de nuestra vocación, de ser buscadores de Dios en el camino de la vida, donde apostamos por el Dios de la vida.

6. Clara de Asis, una vida transparente. Vida fundamentada en el seguimiento confiado en Jesús. Clara es la mujer espejo en el que se manifiesta su profética y luminosa figura, al mirar con los ojos del corazón y descubrir al Otro y a los otros como hermanas y hermanas: «…Mira atentamente a diario este espejo y observa sin cesar en él tu rostro…y observa a Aquel que es puesto en un pesebre y envuelto en pañales».

7. Clara la mujer evangélica. La Palabra de Dios atraviesa todos sus escritos, ya que era ésta su alimento diario. El evangelismo de Clara es patente. Su lectura era inspirada por el Espíritu, perseguía su encarnación en lo cotidiano. Clara es actual porque el evangelio nunca pasa de moda. Para todo creyente en el Señor Jesús, su vocación es escuchar esa Palabra viva y poner en acto lo escuchado. Hacer la Palabra vida supone tocar todas las dimensiones de la persona: sentimientos, inteligencia, memoria, voluntad, manos y pies…En esta encarnación de la Palabra, Clara nos puede ayudar a realizar hoy «una nueva evangelización», al comenzar el Año de la Fe (octubre de 2012-Noviembre 2013)

Que Clara nuestra madre y maestra interceda por nosotros para vivir el carisma recibido y contagiar la alegría de la Fe, y la esperanza de anticipar ya los nuevos tiempos con una mirada transparente, sirviendo con gozo a los hermanos. En esta jornada final de celebración del VIII Centenario de las Hermanas Pobres siento la necesidad de felicitar a toda la Familia Franciscana, a todos los Hermanos Menores y todos los que nos hemos enriquecido durante el jubileo franciscano. Sois un tesoro escondido para nosotros.

¡GRACIAS HERMANAS Y FELIZ FIESTA DE SANTA CLARA!

Cádiz, Curia Provincial, seis de agosto de 2012. Festividad de la Transfiguración del Señor.

Fr. Severino Calderón Martínez, ofm

Ministro Provincial

Contenido relacionado

Enlaces de interés