El domingo 12 de Septiembre, coincidiendo con el Dulce nombre de María, ofició la Eucaristía Monseñor Juan José Aguirre, Obispo de Bangasou. En la homilía recordó el cariño que le tiene a esta parroquia de Cristo Rey y Nuestra Señora del Valle. En ella despertó a la fe en Cristo e hizo su primera comunión. También, ha celebrado muchas Eucaristías y sus feligreses han colaborado en su obra de misión en África.
El Obispo de Bangasou contó que en su Diócesis hay todavía lugares donde no ha llegado la palabra de Jesús. Don Juan José Aguirre visita muchas aldeas donde predica y oficia, y son muchos los kilómetros que distan de un pueblo a otro a través de la selva. A veces, le llega una notita y le piden que pase por alguna aldea.
En una ocasión, llegó a una tribu en la que no habían oído hablar del Evangelio, el jefe de la tribu reunió a todos bajo un gran árbol que es para ellos como el eje del mundo, y allí les leyó el Evangelio del becerro de oro y la parábola del hijo pródigo, lecturas que considera que son las más idóneas para introducir la fe por su valor de bondad y amor.
Después, visitó a los enfermos, a las mujeres aisladas, a los que tienen como endemoniados, a los leprosos, y les dio consuelo y cariño. Se fue satisfecho de haber sembrado la semilla de la palabra. Pasó un tiempo y no tuvo noticias, pero un buen día le llegó un mensaje del jefe del poblado diciéndole que querían volver a oírle hablar de Jesús; volvió pues al pueblo donde había unos pocos hombres bajo el gran árbol, y poco a poco fueron agregándose las mujeres y éstas trajeron a sus esposos. La semilla había fructificado Y es así como nació una comunidad.