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XXIII Jornada Mundial del Enfermo

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Carta Pastoral del Obispo de Jaén, Mons. Ramón del Hoyo López.

Hoy se celebra la Campaña de Manos Unidas contra el Hambre

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Hoy, domingo 8 de febrero, se celebra la jornada de Manos Unidas contra el Hambre. En todas las parroquias habrá colectas para hacer efectiva nuestra solidaridad con los más necesitados. Unas colectas que serán destinadas para construir una escuela de Bachiller en Madagascar, en la que puedan estudiar unos 300 chicos y chicas cada año. Conscientes de que la inversión en educación es la mejor manera de combatir la pobreza, Manos Unidas de la Diócesis de Guadix nos invita a ser solidarios y a aportar nuestro donativo contra el hambre.

El Obispo de Guadix invita en su carta Pastoral a luchar contra la pobreza

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El Obispo de Guadix, Mons. Ginés García, ha escrito una Carta Pastoral con motivo de la campaña de Manos Unidas contra el hambre, que la Iglesia celebra el domingo 8 de febrero. Se puede consultar en la web de la diócesis y se ha distribuido por las parroquias. En ella, el prelado invita a tomar conciencia de esta realidad de pobreza y de hambre que afecta a tantas personas. «La pobreza y sus consecuencias ni son lejanas ni nos pueden dejar indiferentes como si fuera un asunto que nada tiene que ver con nosotros», dice Mons. García en su carta e invita a implicarse: «contra la pobreza hay que luchar, no podemos mirar a otra parte, ni dejar la responsabilidad a los demás».

Visita pastoral a la parroquia de Santa Rosalía Maqueda (Málaga)

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Homilía pronunciada por el Obispo de Málaga, D. Jesús Catalá, en la visita pastoral a la parroquia de Santa Rosalía Maqueda (Málaga) celebrada el 8 de febrero de 2015.

VISITA PASTORAL

A LA PARROQUIA DE SANTA ROSALÍA MAQUEDA

(Málaga, 8 febrero 2015)

Lecturas: Job 7, 1-4.6-7; Sal 146; 1 Co 9, 16- 19. 22-23; Mc 1, 29-39.

(Domingo Ordinario V-B)

1.- Estamos celebrando la Eucaristía como centro y culmen de la vida cristiana, y como momento álgido e importante de la Visita Pastoral. Celebrar el misterio Pascual de Jesús, su muerte y resurrección, es celebrar nuestra fe. Así lo decimos después de la consagración.

            El Señor, como dice el Concilio Vaticano II, tiene una voluntad salvífica universal. Es decir, la muerte de Cristo es para todos los hombres. La muerte salvífica de Cristo la ofrece con su resurrección por la salvación de todos los hombres. Dios tiene una voluntad de salvar a todos los hombres, de todas épocas, de todas las razas, de todas las culturas, e incluso de todas las religiones.

El sacrificio no queda baldío, sólo para unos cuantos, es para todos. Los destinatarios de la salvación de Jesús somos todos.

2.- En las lecturas de hoy, los destinatarios de la acción milagrosa de Jesús aparecen descritos como enfermos, poseídos, a los que él cura. Jesús es el centro de acción y de atención: «todo el mundo lo busca». Dice el Evangelio de Marcos: «Al atardecer, a la puesta del sol, le trajeron todos los enfermos y endemoniados» (Mc 1, 32); «Jesús curó a muchos que se encontraban mal de diversas enfermedades y expulsó muchos demonios. Y no dejaba hablar a los demonios, pues le conocían» (Mc 1, 34).

Jesús quiere curarnos también a nosotros. Jesús sana nuestros corazones, siempre que nos dejemos sanar. No hay peor enfermo que el que no reconoce su enfermedad. Incluso una enfermedad grave, difícil, como puede ser un cáncer, si una persona no acepta que está enferma, por no aceptar y no querer llevar a cabo el tratamiento oportuno, puede que lo lleve a la muerte en poco tiempo.

3.- ¿Qué es importante? Que reconozcamos nuestra situación, que aceptemos que necesitamos la salvación de Jesús. Y todo el mundo, excepto la Virgen -aunque Ella también vivió la salvación, sólo que no cayó en pecado, pero Cristo también la salvó a Ella, por eso la hizo inmaculada-, necesitamos la salvación de Dios. Todos los seres humanos hemos sido redimidos por Jesucristo. Todos necesitamos decirle: «danos tu salvación, cúrame, sana mis heridas, perdona mi egoísmo y mis pecados».

Además de esa idea de la salvación universal, que Dios quiere para todas las personas, en las lecturas de hoy aparece un denominador común.

4.- En las tres lecturas aparece el término servicio. En la lectura del libro de Job dice: «¿No es una milicia lo que hace el hombre en la tierra? ¿No son jornadas de mercenario sus jornadas?» (Job 7, 1). ¿Acaso la vida del hombre no es un trabajo, no es un servicio?, se pregunta Job.

San Pablo en la carta a los Corintios hablando del servicio al Evangelio, el anuncio al Evangelio, dice: «Si lo hiciera por propia iniciativa, ciertamente tendría derecho a una recompensa. Mas si lo hago forzado, es una misión que se me ha confiado» (1 Co 9, 17).

Pablo es consciente que anunciar el Evangelio es una tarea que Dios le ha confiado. Nos hemos encontrado previamente con los mensajeros y mensajeras; y también con los que anunciáis el Kerigma, el ofrecimiento de la fe a los padres de los niños pequeños, el despertar religioso.

            El servicio de ser catequistas, de ser mensajeros, de anunciar la Palabra, de encontrarse con el vecino para decirle que Dios le ama, ese servicio, en realidad es un regalo que Dios nos hace. No pensemos que somos nosotros los que estamos dando a Dios nuestro tiempo, nuestro trabajo, nuestro servicio…, es al revés. El Señor nos permite y nos confía un servicio que, al mismo tiempo, nos enriquece en primer lugar a nosotros. Es un regalo que nos hace Él. Nosotros correspondemos a una llamada de Dios, pero la llamada la hace Él primero.

5.- A ver, queridos padres, sobre todo, queridas madres, ¿Quién ama primero: los padres a los hijos o los hijos a los padres? ¿Quién es el primero en amar? (Respuesta de los feligreses: “los padres”). Los padres aman primero. Y el hijo, ¿qué hace? El hijo, cuando es consciente, empieza a corresponder al amor de los padres, y no siempre. El primero que da son los padres, el que toma la iniciativa de amar al otro son los padres. En primer lugar, le transmiten la vida, después cuidándole y haciéndole crecer.

Pues Dios hace lo mismo con nosotros. Empieza regalándonos la vida. ¿Por qué estamos aquí? Porque el Señor nos ha regalado la vida. Él nos invita a nosotros a que le correspondamos a ese amor primero. No somos nosotros los que regalamos a Él nada, porque todo lo que podamos regalarle: tiempo, recursos económicos para otras personas, la fe, el amor… todo eso ya lo habíamos recibido antes de Dios.

Por tanto, no nos ufanemos de hacer lo que hacemos. San Pablo dice que él no se ufana, que anunciar el Evangelio es su recompensa (cf. 1 Co 9, 16). Porque, de otra manera, ¿cómo agradecería a Dios que me haya dado todo lo que me ha dado?

6.- Como vemos el tema del servicio está en las tres lecturas, en cada una de distinto modo. En la lectura del libro de Job se muestra como la vida del hombre es un servicio. Para Pablo anunciar el Evangelio es un servicio de agradecimiento.

Y ahora vemos qué nos dice el Evangelio: «La suegra de Simón estaba en cama con fiebre; y le hablan de ella. Se acercó y, tomándola de la mano, la levantó. La fiebre la dejó y ella se puso a servirles» (Mc 1, 30-31). La suegra de Simón, una vez curada, se pone a servir a Jesús y a sus amigos. Los exegetas dicen que este servicio se refiere no sólo al servicio de la casa, sino a servir a Jesús como discípula; servir equivale a seguir a Jesús. La suegra de Simón, curada, les sirve siguiendo a Jesús. Nuestro servicio debe ser, por tanto, un seguimiento como discípulos de Jesús. A eso es a lo que nos invitan las lecturas de hoy.

7.- Anunciar el Evangelio es un deber del fiel cristiano: «Predicar el Evangelio, –como ha comentado san Pablo– no es para mí ningún motivo de gloria; es más bien un deber que me incumbe. Y ¡ay de mí si no predicara el Evangelio!» (1 Co 9, 16).

Los que tenemos la gracia y el don de la fe, recibido como regalo de Dios, ¡ay de nosotros si no predicamos el Evangelio, si no anunciamos, si no educamos a las nuevas generaciones en la fe, si no anunciamos al no creyente, al pagano…, ay de nosotros! Pero como respuesta agradecida a Dios.

8.- La Visita pastoral, que estamos realizando hoy, pretende, además de conocernos, acercarnos, querernos más…, que nos ayudemos mutuamente, nos animemos a vivir como cristianos. Deseo que este encuentro, que estamos teniendo hoy, nos anime a todos a ser mejores discípulos del Señor, mejores mensajeros, mejores anunciadores del Evangelio, mejores cristianos comprometidos.

El Señor nos pide que, con su luz, vayamos transformando la sociedad, haciéndola más humana, más fraterna, con mayor comunión, más misericordiosa, menos tensa.

Nosotros los cristianos debemos, con la ayuda del Espíritu, ir transformando la sociedad a mejor: que respete más la vida humana, que atienda mejor al enfermo, al anciano, al necesitado, que comparta cada uno lo que tiene, especialmente la fe y la luz del Evangelio. A eso es a lo que el Señor nos invita.

En esta Visita Pastoral os animo a que sigáis formando una hermosa familia de cristianos; una comunidad parroquial que vive la fraternidad y la comunión, que celebra la fe; cree el Credo, celebra la vida litúrgica, vive los mandamientos y, después, comparte y anuncia. Esa es la tarea de toda comunidad cristiana.

9.- San Pablo, además de evangelizar, sabe acercarse a todos, en especial a los más necesitados: «Me he hecho débil con los débiles, para ganar a los débiles. Me he hecho todo a todos, para salvar a toda costa a algunos» (1 Co 9, 22). Pablo se acerca a todos. Los cristianos hemos de estar dispuestos a acercarnos a todos, sobre todo, a los más necesitados, que no son sólo los más necesitados de las cosas materiales, que también. Hay muchos ricos económicamente que no tienen fe, que están necesitados de salvación como nosotros, que necesitan escuchar la Palabra de Dios y el Evangelio.

Acercarnos a todos: ricos y pobres, jóvenes y ancianos, niños, hombres y mujeres, a todos, eso es lo que nos pide la Palabra de Dios hoy.

Y esta comunidad cristiana viviendo la fe será capaz de transmitirla, de anunciarla, de proclamar, de anunciar el Evangelio.

10.- Jornada sobre el tráfico de seres humanos. Hoy, además de la Visita pastoral, la Iglesia celebra varias cosas; dos de ellas muy importantes. Una: estamos en la campaña de Manos Unidas, de la que sois conscientes; por ello, entre todos lleváis a cabo las actividades propias de esta campaña. Y, por tanto, en nuestra Eucaristía de hoy, vamos a rezar también por los más necesitados, por aquellos que serán los destinatarios de nuestra ayuda en el proyecto que sea, en América del Sur, en China o en Japón. Vamos a rezar por los destinatarios de esas ayudas que les llegarán a través de Manos Unidas. Vamos a sensibilizarnos de que necesitamos compartir lo que Dios nos ha dado.

Pero, además, el papa Francisco, por primera vez, nos pide hoy que recemos por un problema muy grave: el tráfico de seres humanos, la trata de personas.

11.- Hoy, 8 de febrero, es la fiesta de una santa que fue una esclava, santa Giuseppina Bakhita. Un servidor tuvo la suerte de estar en su canonización en la Plaza de San Pedro, Roma. Como esclava, esta mujer fue pasando de unos patrones a otros, siendo maltratada.

Finalmente, la providencia hizo que saliera de la esclavitud, que le dieran la libertad y el Señor la llamó a ser religiosa. Entró a formar parte de la Congregación de las Hijas de la Caridad, Canossianas. Esa mujer, esclava sudanesa, murió como religiosa, pero vivió toda su vida como una mujer que sirvió a Cristo en los demás. Sirvió a Cristo como esclava, sirvió a Cristo como religiosa.

En esta Jornada, que lleva el lema “Enciende una luz contra la trata”, el Papa ha querido invitarnos a rezar para que desaparezca la lacra de la trata de los seres humanos. Vamos a pedir, por intercesión de santa Giuseppina Bakhita, que nos ayude a rebelarnos contra todo tipo de manipulación contra otra persona.

A la Virgen le pedimos que nos acompañe, que interceda por nosotros, que esté a nuestro lado en este caminar como familia cada vez más unida y como testigos de la fe. Que así sea.

Ver este artículo en la web de la diócesis

La familia y la vida consagrada en el órgano más representativo de la Diócesis de Córdoba

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El Consejo Diocesano de Pastoral se reúne una vez cada curso, en esta ocasión el sábado 7 de febrero, en la Casa de Espiritualidad de San Antonio en Córdoba. Cuenta con 52 consejeros y en él están representados los sacerdotes, consagrados y laicos; y a su vez estos provienen de las distintas zonas de la Diócesis y de todos los ámbitos de la pastoral.

El Encuentro Diocesano de la Juventud reúne a más de 650 jóvenes en Chiclana

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Más de medio millar de jóvenes de todos los puntos de la diócesis han llenado las instalaciones del Colegio San José de la Salle de Chiclana en el Encuentro Diocesano de la Juventud. El obispo de la diócesis, Mons. Rafael Zornoza ha compartido esta jornada festiva con los cientos de chicos y chicas que han conocido de primera mano iniciativas como la internacional Mayfeelings o las distintas realidades de nuestra iglesia diocesana.

La Pastoral del Enfermo celebrará el día de la Virgen de Lourdes el próximo 11 de febrero en el Santuario de San Juan Grande

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El Día del Enfermo contará con la ponencia ‘El acompañamiento al enfermo al final de su vida: un camino hacia el bien morir’, a cargo del sacerdote Manuel Jesús Rodríguez, capellán del Hospital del SAS de Jerez, y posterior misa por todos los enfermos e impedidos de la Diócesis de Asidonia-Jerez.

Las adicciones actuales, analizadas en la XIX Semana de la Familia, que se celebra del 9 al 14 de febrero

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Policías, trabajadores sociales, psiquiatra, psicopedagoga, médico e informático sumarán su visión a la pastoral en conferencias y mesas redondas bajo el título genérico ‘La familia como esperanza ante las adicciones hoy’.

Jornada diocesana de Pastoral de la Salud (Hermanas Hospitalarias-Málaga)

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Jornada diocesana de Pastoral de la Salud, celebrada en las Hermanas Hospitalarias de Málaga el 7 de febrero de 2015.

JORNADA DIOCESANA DE PASTORAL DE LA SALUD

(Hermanas Hospitalarias – Málaga, 7 febrero 2015)

Lecturas: Heb 13, 15-17.20-21; Sal 22; Mc 6, 30-34.

1.- Descansar con el Señor

El Señor nos convoca para estar con Él, como nos ha dicho el texto del evangelio de hoy. El Señor invita a sus apóstoles: «Venid vosotros a solas a un lugar desierto a descansar un poco» (Mc 6, 31).

Hoy es un día de encuentro, de retiro, reflexión y descanso con el Señor. Hay que agradecerle que Él nos anime, de vez en cuando, a estar con Él para después saber mirar como Él.

“Estar con Él para mirar como Él”. En la Jornada de hoy este es el lema o «leitmotiv». Pero ¿es posible mirar con la mirada del Señor cuando nuestra mirada no es la misma, pues a veces está turbia y no siempre tiene buena intención? Más aún, incluso teniéndola limpia, sin darnos cuenta, nuestro egoísmo puede poner otras motivaciones.

A pesar de todo, el Señor es capaz de limpiar nuestra mirada, de transformarla desde dentro para que, al final, miremos como Él, pensemos como Él y tratemos al enfermo como Él. Por tanto, es posible tener una mirada nueva y con un corazón como el suyo.

Esta Jornada pretende agradecer al Señor tantas cosas, tantos dones, incluso el que nos permita estar y acercarnos al enfermo. Es un don del Señor, si no lo fuera podríamos pensar que todo depende de nosotros, pues nosotros somos los protagonistas, somos los que damos calor, los que damos compañía… Y al final, resulta que no, que hasta recibimos del otro, del que visitamos, mucho más de lo que le damos.

El Señor nos permite estar al lado del enfermo, nos permite acompañarlo, nos permite acercarnos a Él. Y si está dentro de nosotros lo haremos como Él, con su mirada, con su estilo, con su corazón.

Demos gracias a Dios por este encuentro, por esta Jornada diocesana y pidámosle que sea Él el que vaya transformando nuestra mirada, nuestro corazón, nuestras intenciones, nuestras motivaciones… para que vayamos asemejándonos cada vez más a Él.

En el texto de la carta a los Hebreos, que se ha proclamado, encontramos, en sentido telegráfico, como cinco flashes. Son cinco frases que, con sus cinco verbos, piden cinco acciones. Hay que ver cuánta riqueza encierra una lectura tan corta. Las meditamos según el orden en el que aparecen en el texto:

2.- Confesar el nombre de Jesús: sacrificio de alabanza

«Por medio de él, ofrezcamos continuamente a Dios un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de unos labios que confiesan su nombre» (Heb 13, 15).

Y estamos aquí para confesar el nombre de Jesús, para alabarlo, para decir que somos cristianos, que queremos seguirle, que queremos mirar con su mirada. Lo que hacemos no es fruto de otras motivaciones, no buscamos que me vean, ni sentirnos bien… El sentido final es alabar, confesar el nombre de Jesús.

3.- Hacer el bien: sacrificio de alabanza

«No os olvidéis de hacer el bien y de ayudaros mutuamente; esos son los sacrificios que agradan a Dios» (Heb 13, 16).

Dentro de poco empezaremos la Cuaresma y comenzaremos los tradicionales sacrificios. Está bien vivir la cuaresma con espíritu de sacrificio, de renuncia a las cosas que nos gustan y que son buenas; pero el sacrificio de alabanza que quiere el Señor es hacer el bien. Y como voluntarios de la pastoral de la salud hacéis el bien y ese es el sacrificio que al Señor le gusta y quiere. Hacer el bien. Es verdad que luego recibimos mucho bien, pero inicialmente hemos de salir de nosotros mismos para hacer el bien. ¡Qué mejor campo que acoger a Cristo en el enfermo! Como dice el papa Francisco: «acercarse a la carne enferma de Cristo». Hacer el bien a Cristo enfermo, a Cristo en los enfermos.

¡Tenemos que dar gracias a Dios, pues esto es precioso! El Señor nos regala la felicidad de poder visitarlo en los enfermos.

4.- Obedecer a los pastores

«Obedeced y someteos a vuestros guías, pues ellos se desvelan por vuestro bien, sabiéndose responsables; así lo harán con alegría y sin lamentarse, cosa que no os aprovecharía» (Heb 13, 17).

Obedeced a vuestros pastores, esto creo que os cuesta menos. Se supone que los pastores, sobre todo los sacerdotes ordenados para el orden sagrado, damos lo mejor para todos. Cuando hacemos o decimos alguna orientación no es por puro capricho, es por el bien de la comunidad y por el bien de la Iglesia particular en la que estamos, por el bien de la Iglesia universal a la que pertenecemos todos.

Hay que fiarse un poco más de los pastores, no tener en los labios la crítica hacia los sacerdotes, los párrocos, los obispos.

Fijaos en la carta a los Hebreos si es antigua y desde entonces nos dice que obedezcamos y nos sometamos a nuestros guías y pastores, esto hace ya más de dos mil años.

5.- Cumplir la voluntad de Dios

«Que el Dios de la paz, que hizo retornar de entre los muertos al gran pastor de las ovejas, Jesús Señor nuestro, en virtud de la sangre de la alianza eterna –Hace un preámbulo el autor de la carta para proseguir diciendo– Os confirme en todo bien para que cumpláis su voluntad.» (Heb 13, 21).

Todo lo que Cristo ha hecho, su ofrenda en la cruz como Sumo Sacerdote, como el Cordero que ha roto el velo del templo, que se ha rasgado a sí mismo y nos ha abierto las puertas… Todo es pura cristología. Y todo, dicho de Jesucristo, nos lo ofrece esta preciosa carta a los Hebreos, que os recomiendo leáis un día de corrido, para que veáis cómo ilumina el sentido del sacerdocio de Jesucristo, el sacrificio del único Señor.

6.- Retirarse con Jesús para retomar fuerzas

Y unido a todo lo dicho, siguiendo el Evangelio, el Señor dice a los apóstoles: «Venid vosotros a solas a un lugar desierto a descansar un poco» (Mc 6, 31).

El ajetreo de las gentes que iban y venían no le dejaban ni comer, ni reposar. Entonces, Jesús invita a los íntimos a ir a un lugar a parte, a un lugar tranquilo para descansar, para rezar y alabar a Dios, para compartir juntos los avatares de la vida, para disfrutar de la tranquilidad de Dios, dejando a un lado la dinámica que nos absorbe y nos saca de nosotros mismo.

Hay que volver hacia dentro, hay que retornar a la compañía de Cristo Jesús, hay que estar con Él. Y eso es lo que estamos haciendo en esta Eucaristía. Volver a estar con Él. Todos los días, si es posible, dedicad un rato para la Eucaristía y para la oración, y sobre todo en la pascua dominical. Porque necesitamos estar con Él y Él nos lo pide: «Venid vosotros a solas a un lugar tranquilo para descansar un poco. Yo os animaré, os descansaré el corazón, os daré palabras que os aliente, que os den alegría para que no desfallezcáis» (cf. Mc 6, 31-32).

Y eso, es como el Tabor. Donde Jesús llevó a los apóstoles para poder afrontar la muerte tan cruel y tan dura, que iba afrontar. Jesús escogió a los tres más íntimos y se los llevó allí, para transfigurarse delante de ellos, para que recobrasen fuerzas en los momentos difíciles y duros que vendrían después. En la vida hay muchos momentos duros y difíciles de encajar. Vamos a darle gracias a Dios que nos permite estar con Él.

7.- Mirada a Madre

Termino retomando el inicio de la reflexión. Con Él, otra mirada es posible. Con Él, nuestro corazón se renueva.

Vamos a pedirle al Señor, que nos dé su mirada y que renueve nuestro corazón y lo haga semejante al suyo.

Por supuesto, no podemos olvidar la presencia de nuestra Madre. La Madre estuvo desde el momento de la concepción hasta el final, al pie de la cruz. Y la Madre está con nosotros.

Estamos celebrando las oraciones, la eucología de la Virgen por ser sábado. Pues, recordar a la Madre nos hace bien, estar con Ella nos ayuda. Que Ella siga caminando con nosotros, rezando con nosotros y alabando a Dios con nosotros. Que así sea.

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Ha fallecido la madre del sacerdote Domingo Fernández Navarrete

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El día 6 del presente mes de febrero fallecía la madre del sacerdote diocesano de Almería y párroco de Garrucha, Domingo Fernández Navarrete. La celebración de la Misa de exequias por el eterno descanso de su alma será el sábado 7 de febrero en la parroquia de su pueblo, La Loma de Albox, a las 11:00h. Descanse en paz quien con sus cuidados y oraciones protegió el ministerio sacerdotal de su hijo y cuidó con entrañas de madre el hogar en el que reinó la fe en Cristo resucitado.

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