La pasada semana los alumnos de Infantil y Primaria comenzaron las clases en los doce centros de la Fundación Diocesana de Enseñanza de Victoria Díez de Sevilla. Este lunes fue el turno de los adolescentes y jóvenes de ESO, Formación Profesional y Bachillerato. Precisamente para comentar esta ‘vuelta al cole’, el delegado diocesano de Medios de Comunicación, Leonardo Sánchez, entrevistó el pasado viernes en El Espejo de la Iglesia de COPE Sevilla a Fernando Emilio Borrego, delegado episcopal para las escuelas diocesanas, y a Antonio Macías, nuevo gerente de esta fundación diocesana.
¿Cómo ha sido este año de acercamiento a la realidad educativa?
Justo como acabas de expresar: un acercamiento, un ir conociendo, en primer lugar, la realidad de esta Fundación Diocesana de Enseñanza, con su historia, su trayectoria, sus fines y también sus inquietudes y propuestas. Y desde ahí ir conociendo, tomando contacto y entrando más o menos en profundidad. Con el tiempo, todo va ayudando en esos centros educativos que conforman la fundación, con una riqueza hermosísima de docentes, de técnicos, personal auxiliar y, por supuesto, de alumnos y familia.
¿Cuál es el cometido de esta delegación y su misión?
Hay que entender esto desde un punto de vista práctico, porque muchas veces la gestión de los centros educativo puede correr el riesgo de volverse demasiado empresarial. No podemos olvidarnos de cuáles son los fines de verdad y cuál es la motivación que tiene la Iglesia para estar inmersa e implicada en la tarea educativa.
Creo que la apuesta del arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses, de nombrar a un sacerdote como delegado episcopal para estas tareas pone de manifiesto la identidad católica, la identidad cristiana de la propia fundación y de los centros. Y ayuda, de alguna forma, a la dinamización de las tareas y a la misión evangelizadora de la Iglesia.
Por otra parte, Antonio Macías ha asumido hace pocos meses el cargo de gerente de la Fundación. Si bien, el funcionamiento de los colegios no le es desconocido, porque antes de aceptar esta responsabilidad fue director del Colegio Diocesano San Bernardo durante más de veinte años. ¿Cómo está viviendo esta nueva responsabilidad?
Con mucha ilusión. Es un reto muy importante tanto a nivel personal como profesional, pero me pongo al servicio de la Iglesia para lo que necesiten de mí.
¿Cuántos alumnos han iniciado este nuevo curso?
Estamos en torno a los 2750 alumnos. Hay algunas etapas educativas, sobre todo la de los mayores como Formación Profesional y Bachillerato que todavía están pendientes de definir, pero estaremos rozando, una vez que concluya este mes de septiembre, los 2800 alumnos aproximadamente.
¿En qué se diferencian los colegios diocesanos de otras propuestas educativas?
Todas las propuestas educativas tienen una misión muy clara, que es la formación de los alumnos. Y la nuestra en particular nos diferencia de otras en que hacemos énfasis en la promoción de los valores cristianos y la promoción de la fe en los estudiantes, en todos, desde el primer ciclo de Infantil hasta el alumnado de Bachillerato y Formación Profesional.
¿Qué nuevos proyectos o novedades tiene la Fundación entre manos?
Como novedad, este curso estamos acogiendo un nuevo centro, o sea que en pocos meses pasaremos a ser trece colegios. Se asume, además, un centro que tiene mucho que ver con la propia historia de la Fundación y con la realidad en la que se gesta. Se trata de un Centro de Educación Infantil de primer ciclo gestionado hasta ahora por la Parroquia Juan XXIII de Sevilla, que durante cuarenta años ha funcionado como guardería parroquial.
Los nuevos tiempos, necesidades y criterios han favorecido que este año pase a la titularidad de la Fundación, sin perder, sin embargo, la vinculación con la propia parroquia.
Para hacer esto posible es imprescindible un amplio equipo de profesores, equipo directivo, administrativo, personal auxiliar… En definitiva, una gran familia.
Así es. El personal docente y no docente que trabaja en la línea de batalla con los alumnos y, por consiguiente, también con las familias, deben ser una de nuestras prioridades. Primero en su selección y después en el acompañamiento, porque no nos dedicamos únicamente a dar clases; no se trata de mantener colegios porque sí, sino de utilizar y de servirnos de la tarea educativa como promoción de la persona, y hacerlo desde los valores cristianos, desde el humanismo cristiano. Entonces no solamente buscamos profesionales en la docencia ‘pura y dura’, sino, sobre todo, testigos de la fe que sepan y puedan transmitirla.
Y este profesorado está, además, acompañado por los capellanes, muy presentes en los centros.
Son fundamentales desde el inicio de los colegios. No en vano, en su mayoría surgen como realidades parroquiales que después se van asociando hasta llegar a lo que hoy es esta Fundación Diocesana de Enseñanza Victoria Díez. En este sentido, la presencia del párroco es total. Él debe ser el promotor, el presidente de las celebraciones litúrgica, el animador de la actividad pastoral con jóvenes, niños y familias. Y, por otro lado, servir de nexo para fomentar la comunión eclesial con la parroquia, que el centro escolar debe sentir como propia y sentirse parte de la comunidad cristiana.
¿Cómo podemos conocer un poco más de cada colegio?
Para ello remitimos a la página web de la Fundación, donde se encuentran las novedades y toda la información relevante sobre esta entidad y el enlace a los distintos centros que la integran.
E igualmente, visitar los propios colegios. Nuestras puertas están abiertas y a quien tenga cualquier inquietud, le invitamos a confiar en nosotros. Las familias no se arrepentirán de apostar por esta línea de enseñanza de la Iglesia en Sevilla.
Finalmente, invitamos a toda la familia de la Fundación y a toda la comunidad educativa que la conforma a unirnos en una gran celebración eucarística que tendrá lugar el próximo martes, 1 de octubre, a las siete y media de la tarde en la Catedral de Sevilla. Estará presidida por el arzobispo, monseñor José Ángel Saiz Meneses.
Se trata, no obstante, de la segunda edición de este encuentro, organizado por la Delegación Diocesana de Enseñanza, en colaboración con la Fundación Victoria Díez, y en el que participa el profesorado cristiano y otras realidades educativas cristianas presentes en la Archidiócesis hispalense.
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