Nuevo Catecismo «Testigos del Señor»

Carta Pastoral del Obispo de Jaén, Mons. Ramón del Hoyo López.

Queridos fieles diocesanos:

1. El pasado domingo, día 5 de octubre, se presentó el nuevo Catecismo de la Conferencia Episcopal Española «TESTIGOS DEL SEÑOR», por la Delegación Episcopal Diocesana de Catequesis.

Por Decreto de fecha 6 de septiembre pasado disponía su aplicación en nuestra Diócesis ya durante el presente curso pastoral recién iniciado y, aunque son muchos los que ya conocían esta novedad de tanta importancia para la catequesis, incluida la preparación para recibir el Sacramento de la Confirmación, sabrán disculparme de que siga insistiendo en un hecho de tanta trascendencia. No es un libro más. Enseñará a creer en Jesús a muchos nuevos cristianos.

Acompaño a esta carta el Comunicado de los Obispos de España, dirigido a todas las comunidades cristianas, especialmente a padres, sacerdotes, y catequistas, en que, de forma desarrollada, se refieren a la importancia de este nuevo catecismo en relación con el anterior: «Jesús es el Señor»1.

2. Los padres:

En los primeros años de la vida la familia es el núcleo insustituible y más importante para transmitir los valores que fortalecen el despertar de la fe en el bautizado.

Los padres y su entorno, sobre todo los abuelos, son quienes logran penetrar en la intimidad de los niños y las niñas, por cuanto se refiere a su educación y socialización. La familia deja una huella imborrable en el corazón de los pequeños, como también, por el contrario, su silencio religioso siempre es negativo.

Después de solicitar el Bautismo para sus hijos, quieren también que hagan su Primera Comunión y recibir el Sacramento de la Confirmación, como es su derecho, pero algunos apenas si ejercen influencia religiosa en ellos desde el seno del hogar, siendo así que están llamados a ser sus primeros catequistas.

La Diócesis, ante esta realidad ha elaborado para este curso también un programa de acompañamiento a familias en el despertar religioso de sus hijos de 0 a 6 años. Ruego, que a través de las Parroquias y Arciprestazgos, llegue este proyecto a manos de los padres, sin que dejemos de procurar asimismo una colaboración más directa de las familias para otras edades.

El nuevo Catecismo es un buen instrumento para ello. Sería de desear, por ello, que padres, sacerdotes, consagrados y catequistas, caminaran al unísono en este proyecto de hacer nuevos cristianos hoy. Su conocimiento puede ayudarnos a todos y debería estar en todos los hogares cristianos.

3. Los sacerdotes:

En el Rito de la Ordenación la Iglesia le encomienda al sacerdote, de parte del Señor, que corresponde a su ministerio «anunciar la palabra divina a todos» y «trabajar en la predicación y en la enseñanza» (n. 102). Esta importante misión, que presupone una sólida formación filosófica y teológica, no puede delegarse sin más por el sacerdote en otros, desentendiéndose, como primer responsable que es de la Comunidad cristiana que tiene encomendada.

Los fieles necesitan que sus Pastores, el primero el Obispo, les guíen y orienten en el anuncio del Evangelio. Ellos son los primeros catequistas de los padres y de todos los demás fieles a su cargo. Por ello, aunque los padres, consagrados y catequistas colaboren con ellos en tan importante misión, nunca podrán delegarla por completo. Ello supondría una gran dejación en una de sus obligaciones adquiridas delante de Dios y de la Iglesia.

Nunca será suficiente poner el catecismo o materiales para la catequesis en otras manos y desentenderse pues la responsabilidad directa y la dirección superior es del Pastor. Los sarmientos han de estar unidos a la vid para dar fruto (Cf. Jn 15, 5).

4. Los Catequistas:

Conocen muy bien lo decisivo que es en el catequista que su misión no quede en una mera transmisión de conocimientos técnicos sobre los misterios de Dios sino que se ayude a los niños, adolescentes y jóvenes a adoptar un modo y unos compromisos de vida cristiana.

Hemos de reconocer y elogiar su entrega generosa, en ese gran número de fieles laicos y consagrados que se esfuerzan por ayudar a las nuevas generaciones de cristianos a ser capaces no solo de aprender sino, sobre todo, vivir el don de la fe. El Señor les llama y la Iglesia les envía. De la llamada del Señor nace el deseo de anunciarlo y transmitir su fe en Jesucristo a otros. Es, sin duda, la mejor herencia que pueda dejar un cristiano.

El Papa Francisco destacó en el catequista estas tres notas características, en un Discurso del año pasado: a) Caminar desde Cristo, que es tener familiaridad con Él, b) Imitar a Jesucristo, que es salir de sí mismo para ir al encuentro del otro y c) No tener miedo de ir con Él a las periferias, a salir de nuestros esquemas para ir a Dios, ser creativos para hacer cristianos en la sociedad que vivimos2.

5. Los religiosos:

Hemos de ser también muy conscientes del importante papel catequético de las personas consagradas en nuestra Diócesis. Su estilo de vida les convierte ya en signos vivientes del Evangelio. Su vida es la traducción más cercana para no pocos padres y alumnos de los contenidos de las Bienaventuranzas, de quien deja todo por el Reino de los cielos.

Su colaboración a favor de la evangelización desde sus idearios y programas pastorales, en comunión con la Iglesia diocesana, son ofertas reales de gran eficacia a favor de la formación cristiana que llega a no pocos niños y niñas, adolescentes y jóvenes.

Por otra parte, no pocos de ellos, participan en las tareas catequéticas de las Parroquias o en conexión directa con ellas. La misma Constitución Apostólica Catechesi tradendae, del Papa san Juan Pablo II, señalaba el deseo de «que las comunidades religiosas dediquen el máximo de sus capacidades y posibilidades a la obra específica de la catequesis»3.

6. Que el nuevo catecismo «Testigos del Señor», ilumine nuestras mentes y nuestros corazones para avanzar en los contenidos de nuestra fe en Jesucristo y nos anime a ser sus testigos en el mundo.

Así se lo pedimos al Señor, por la intercesión de la Virgen María.

Con mi saludo agradecido en el Señor,

Jaén, 7 de octubre de 2014

+ Ramón del Hoyo López

Obispo de Jaén


[1]El Delegado Episcopal de Catequesis, D. Julio Segurado, manifestó estar dispuesto a presentar el nuevo Catecismo en los Arciprestazgos que lo soliciten. Sería, sin duda, de mucho interés. 

[2] Papa Francisco. Discurso a los participantes en el Congreso Internacional sobre la Catequesis, Sala de Pablo VI, Roma 27 de septiembre de 2013. 

[3]Juan Pablo II. Catechesi tradendae, 16 de octubre de 1979, AAS, pp 1277-1540.


Anexo Carta Pastoral «Nuevo Catecismo «Testigos del Señor»

Queridos catequistas, padres y sacerdotes:

La gran alegría de acompañar a los niños y a los adolescentes en el camino de crecimiento en la vida cristiana es tambié
n una grata respon­sabilidad para la Iglesia. Deseamos lo mejor para ellos, deseamos su felicidad y darles a conocer el sentido de su vida: que se encuentren con Jesucristo, amigo, guía y maestro de un nuevo estilo de vida, que le conozcan y amen más plenamente. 

Muchos de ellos ya han recorrido una parte del camino de la catequesis, y participan de la vida de la comunidad cristiana, especialmente el domingo en la celebración de la eucaristía; otros lo están iniciando. A través de la catequesis conocerán la historia, la tradición y la vida de la familia de Dios, que es la Iglesia, con sus convicciones, sus costumbres y su lenguaje. El Espíritu Santo, maestro interior de los que crecen en el Señor, les guiará en este camino y les ayudará a comprender mejor el Evangelio de Jesucristo, a encontrarse con él en la celebración de la fe, a vivir el mandamiento del amor y a orar confiadamente al Padre; a poner los cimientos de su personalidad de cristianos. 

En este tiempo de su vida experimentan la novedad de un crecimiento en todas las dimensiones de su ser. Crece su capacidad de conocer y relacionar cosas, intentan comprender mejor el mundo que les rodea. Son más sensibles a todo aquello que provoca alegría o sufrimiento y se hacen muchas pregun­tas: ¿cómo ser felices?, ¿cómo vencer las dificultades?, ¿por qué el sufrimiento?, ¿por qué Dios no impide el mal?, ¿hay contradicción entre la fe y la ciencia?… Es un tiempo nuevo, en el que crece el deseo de libertad y amistad, de pertenencia a un grupo de amigos, de búsqueda de la verdad sobre la fe en Jesús que la Iglesia nos transmite. Este tiempo de su vida es momento para descubrir que no se puede seguir a Jesucristo en solitario, sino unidos a todos los cristianos; que no se puede ser amigo de Jesús y no darlo a conocer a los demás. Necesitan recorrer un camino de formación acompañado del testimonio y la enseñanza de sus catequistas, la compañía de la comunidad eclesial, de sus familias y de otros educadores en la escuela, movimientos o asociaciones. Y como la fe es entregarse libre y totalmente a Dios y aceptar como verdadero lo que él nos ha comunicado, necesitan también conocerla más plenamente. 

Por eso los obispos ofrecemos a toda la comunidad eclesial el catecismo Testigos del Señor, que completa y desarrolla cuanto presenta el catecismo Jesús es el Señor. Su título expresa la orientación del mensaje que con­tiene: el Señor, fiel a su promesa, está siempre presente en su Iglesia, nos invita a participar de su vida para ser discípulos y misioneros de su amor, para ser luz del mundo, testigos de la verdad que nos hace libres. Él ha venido para que tengamos vida en abundancia, y esa vida sea impulso de renovación y de luz para nuestro mundo.

Testigos del Señor iluminará su mente y su corazón, y les ayudará a dar respuesta a sus inte­rrogantes. Es un libro muy valioso para todos aquellos que quieran avanzar en la fe en Jesucristo y aprender a ser sus testigos. Además, este catecismo ayudará de forma particular a quienes se preparan para celebrar el sacramento de la confirmación y así completan la iniciación cristiana. Ponemos en sus manos el tesoro de la fe de la Iglesia, que este libro presenta tejido de imágenes —recuerdo de que somos herederos de una gran historia que ha dado frutos de verdad, belleza y amor— y de narraciones que cuentan la historia de la amistad de Dios con los hombres, cuya plenitud es Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Aquel de quien nos fiamos los cristianos. 

La Vigilia pascual, manantial del que brota nuestra fe, inspira sus páginas y nos ofrece el camino para crecer en la fe y pasar con Jesús de la tristeza a la alegría, del egoísmo a la generosidad, del pecado al perdón, de la muerte a la vida. A su luz se estructura el conjunto del catecismo, en sus partes y temas, como después explicará el delegado de catequesis. 

Queridos catequistas: los obispos, que tenemos la misión de ser padres en la fe, os entregamos el catecismo Testigos del Señor con alegría y esperanza. Recordad que no es un libro más, pues presenta el tesoro de la fe de la Iglesia y, además, necesita ser leído en compañía de la Iglesia: el grupo de catequistas, el grupo de catequesis, sacerdotes, familia… No olvidéis que a veces nos toca vivir a contracorriente la belleza de la fe. No tengáis miedo. Son muchos los testigos del Señor que os acompañan. Como dice el papa Francisco: «Anunciar a Cristo significa mostrar que creer en él y seguirlo no es solo algo verdadero y justo, sino también bello, capaz de colmar la vida de un nuevo resplandor y de un gozo profundo, aun en medio de las pruebas» (Evangelii gaudium, 167). 

A la Virgen María, que acompañó a su hijo Jesús durante su crecimiento en sabiduría, estatura y gracia ante Dios y ante los hombres (cf. Lc 2, 52), le pedimos que os acompañe también en este crecimiento vuestro hacia el Señor para ser sus testigos en medio del mundo. 

Jaén, 7 de octubre de 2014 

+ Ramón del Hoyo López 

Obispo de Jaén





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