Más de 40 adolescentes participan en el Campamento organizado por la Parroquia de Villargordo

Diócesis de Jaén
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La diócesis de Jaén es una iglesia particular española sufragánea de la archidiócesis de Granada. Sus sedes son la Catedral de la Asunción de Jaén y Catedral de la Natividad de Nuestra Señora de Baeza.

La Parroquia de Villargordo ha celebrado unas jornadas de Campamento en la Sierra de Segura concretamente en Coto Ríos, en el CPR Alto Guadalquivir.
El párroco, D. Germán García Aguilera, 42 adolescentes (entre 13 y 16 años de las parroquias de Villargordo y Villanueva de la Reina) y 12 monitores, hemos experimentado la dulce tarea de conocer un poco más a Jesús sabiendo que es el centro de nuestras vidas.

Para ello, hemos tenido cuatro días de jornadas, donde hemos descubierto que Él nos da la vida. De Él nos alimentamos. Por Él crecemos. Por Él maduramos y por Él damos fruto.

Primera jornada
La primera jornada se desarrolló en Coto Ríos, en el CPR. Alto Guadalquivir, donde las aulas, cocina, comedor e instalaciones deportivas y lúdicas, elevaron la expresión anímica de los participantes. Y no digamos la excelente ubicación de dicho Centro Público, cerca del río Guadalquivir y junto a un gran camping de excelentes instalaciones y piscina pública que engrandeció más el tiempo de ocio.

Fue relevante la puesta en escena de la obra de teatro La Rapsodia “Quien soy yo” que marcó nuestro plan de trabajo con los adolescentes. Fueron ellos a través de su monitor quienes la prepararon y a su vez los que participaron a través de la misma en la motivación y reflexión a través del juego de la red multicolor. Este consistió en lanzar un ovillo de lana de un joven a otro y cada uno expresaba una virtud y un defecto, para que todos se fueran conociendo entre sí, así se fue sucediendo uno a uno hasta formar una gran red, comprobando que todos estamos unidos por Alguien (Jesús) que tenemos que conocerle, porque Él nos ayudara a encauzar nuestras vidas.

Con la puesta en común, siempre de la mano de D. Germán, descubrieron primero quien son los iguales, que son las muletas o excusas que utilizamos y quien es la Luz que nos orienta en la vida y nos ofrece un modo de vivir.

La meditación y el silencio les invitaron a comprobar lo distantes que estamos entre nuestras acciones y la luz.

Segunda jornada
Tras una noche de descanso y reflexión, donde chicos y chicas compartieron su alegría y derrocharon felicidad, iniciamos esta segunda jornada que estuvo marcada por la excursión a la Cerrada de Elías. Un paraje maravilloso con un recorrido de 20 Km (ida y vuelta) a lo largo del río Borosa, con cascadas, fuentes naturales y pozas de baños de increíble nitidez y frescura, que invitaba al baño y al paseo entre las sombras naturales del bosque.

La monitora encargada nos propuso un alto en el camino y nos ayudó a comprender que pese a las múltiples torpezas por las que pasa el hombre y que se vieron en la representación teatral de la Rapsodia, las personas tenemos que tener un ideal y marcarnos un Ítaca, algo por lo que lo luchar, una razón para dar sentido a su vida.

Nos ayudó igualmente a no confundir ideal con meta, porque la meta acaba (hacerse médico, maestro…..) en cambio el ideal perdura porque es mío, mis ideas, mis aspiraciones, mi referencia, es el cómo y el porqué de todo lo que hago, es el centro de mi vida, es abrir la ventana por la mañana y sentir que soy feliz.

Tras una encuesta receptiva de comprensión de lo explicado el grupo nos dispusimos a seguir el viaje de La Cerrada de Elías, haciendo una acampada al final del recorrido junto a unas pozas de baño, donde compartimos bocadillos y bebida refrescante, que con tanto esmero prepararon y nos llevaron nuestras monitoras cocineras, que siempre estuvieron pendientes de nosotros.

Disfrutamos del tiempo de ocio y baño previstos e iniciamos nuestro regreso al campamento.

La vuelta fue un poco más alterada, ya que algunas chicas tuvieron problemas musculares que le impidieron continuar andando. Esto supuso que pidiésemos la colaboración del 112 y la participación de los guardas rurales, que pusieron en marcha sus dispositivos para que todo transcurriera con normalidad. Nuestra llegada al campamento fue en torno a las 18:30 donde se disfrutó de la merienda y un baño en la piscina del camping.

Tras un breve descanso y aseo, los monitores encargados reunieron a los jóvenes para realizar la encuesta prevista sobre quién es Jesús para ti. Esta pregunta trajo numerosas respuestas, algunas curiosas que los chicos manifestaron a través de una hoja de reflexión. Se demostraron así mismos y mostraron a su vez que Jesús vive en nosotros y constituye nuestro ideal de vida. Y, lo más importante, reclama en nosotros ser felices y hacer felices a los demás.

D. Germán culminó la segunda jornada haciendo un repaso a las Bienaventuranzas y su comparación con nuestras vidas. Los que lloran, los mansos, los justos, los misericordiosos… porque son hijos de Dios.

Tras la cena, el paseo nocturno y la convivencia habitual nos disponemos a descansar.

Tercera jornada
Entramos en la tercera jornada. Tras la oración y el desayuno diario, los chicos y chicas, junto con sus monitores, entran a valorar la música como un medio de acercarse a Jesucristo. Se motivan con la canción “con vosotros está y no le conocéis”. Nos introducimos en la comprensión de la misma, con la participación de los seminaristas que nos acompañaron. Ellos hicieron comprender a los jóvenes que en la música están los valores del Reino.

La parábola del Sembrador, preparada por las monitoras encargadas, llegaron a los jóvenes con los testimonios de las ponentes que les hacen ver que el sembrador esparce la semilla para que dé frutos, igual que hace Jesús con su palabra entre nosotros, esperando que su semilla de un fruto bueno y abundante.

Después, los monitores de ocio llaman al Ángelus, preparan un Piscolabis, inician los juegos y culminan con la fiesta del agua. La armonía de equipo, la alegría del compañerismo y el buen ambiente festivo que reina entre los jóvenes, va marcando la tendencia de buena sintonía y complementa el espíritu aventurero que traían para encontrar a un Jesús amigo, a través de su cercanía con los otros.

Tras la comida y el descanso, nos disponemos a continuar con un ambiente relajado y proponemos representar una obra de teatro más informal, propia de un ambiente más del día a día. La obra la vamos a llamar “Ya estamos todos”. En ella experimentamos como un joven convive a diario con su estudio (instituto), su familia y su pandilla. Cada uno de los personajes que intervienen (el bueno, el pasota, el irresponsable, el pobre, el padre, la voz en off y el narrador) tienen una forma diferente de ser y de pensar. Pero está claro que ayudan a comprender mejor los valores de respeto, compañerismo, responsabilidad y otros que ellos ponen en práctica día a día.

Tras el éxito de esta representación, el monitor encargado, como reflexión, puso en práctica el juego “cada joven con su libro”. El libro es muy importante para el joven, le hace ser mejor y lo orienta en la vida. No quiere perderlo bajo ningún concepto. Colocan el libro sobre sus cabezas y pasean con el sin que se le caiga. El libro simboliza el Evangelio. Si cae al suelo su vida se paraliza y no puede moverse hasta que un compañero lo asiste y le ayuda a recogerlo. Si a este también se le cayese le pasaría lo mismo y volvería a su vida solo con ayuda.

Con este juego aprendieron perfectamente a auxiliarse y entendieron que solo ayudando a quien nos necesita podremos cambiar nuestra vida y la de los demás.

Terminada esta actividad el D. Germán consideró que era el momento de acudir al Paraje de baño “La Olla”, una excursión que sigue el sendero a través del caudal del río, hasta llegar a la zona conocida. Allí nos encontramos una piscina natural entre rocas, de gran profundidad, que permite practicar el salto desde los cinco metros de altura. La diversión estuvo garantizada y el espíritu libre y aventurero fue una realidad.

Vivida esta experiencia, y ya de regreso al campamento, D. Germán decide adelantar la celebración de la Eucaristía “Cristo entre los jóvenes”, prevista para el día siguiente. Considera que es lo mejor porque así podremos celebrarla al aire libre, sin calor y en el campamento. Así, todos nos ponemos en marcha, los monitores, seminaristas y algunos jóvenes, y preparamos el lugar, el altar y las colaboraciones.

La Santa Misa la celebramos de 9 a 10 de la noche. En el preámbulo D. Germán nos hace un balance de lo que ha sido el campamento: Nuestro encuentro con Jesús, nuestras actuaciones y participaciones de diario que nos han hecho encontrarnos con Él a cada momento.

Resultó una misa participativa y alegre donde la fe en su ambiente natural y fresco se hacía notar. Nos acompañaron Hilario y Pilar, una pareja cristiana de Cortijos Nuevos. Creo que los jóvenes y monitores, entendimos que teníamos que perseverar en todo lo aprendido y experimentado durante estos días. Así se reflejó en el mensaje que nos dejó D. Germán en la homilía.

Experimentamos la sensación de que las cosas se estaban haciendo bien. Esto nos llenó de gozo y satisfacción.

Una suculenta cena y el buen ambiente de ocio y descanso hasta las 12 de la noche, como cada día, nos invitaba a ir acercándonos a nuestros improvisados dormitorios en el campamento.

Última jornada
La oración matinal y la música nos animaban, como cada día, a iniciar nuestra última jornada en el campamento. Esta jornada se centró en la meditación en grupos sobre la “Comunidad desde el Evangelio” y la puesta en común de los participantes.

Los monitores, en este caso seminaristas, nos motivaron para que el joven entendiera qué significa ser Iglesia y nos dieron a entender que no están solos en su aventura de seguir a Jesús. Todos entendimos que la obra de Jesús a lo largo de su vida pública fue fundar una familia de Dios, crear un pueblo de Dios.

Terminada esta última parte nos disponemos a celebrar “la fiesta del aire”, con globos llenos de agua.

Llegadas las dos de la tarde, nuestras monitoras cocineras nos prepararon una paella con ingredientes frescos que algunas madres del colectivo de jóvenes cristianos de Villargordo nos habían traído. La paella estaba deliciosa y tras almorzar y descansar nos dispusimos a organizarnos para la limpieza del campamento y la recogida del equipaje.

Fue a las 5 de la tarde, cuando el párroco nos reunió a todos .Agradeció el trabajo desarrollado por monitores y jóvenes. Asimismo, se entregaron los crucifijos y camisetas con rótulos alusivos a las jornadas. María Carmona (una de nuestras monitoras) proyectó una película con fotos y videos de las cuatro jornadas. Y, a continuación, hicimos la foto de grupo junto al Puente de Coto Ríos. Finalmente, llevamos nuestro equipaje al autobús y a las 7 de la tarde salimos de Coto Ríos dirección Villargordo, llegando aproximadamente a las 10 de la noche.

Parroquia de Villargordo

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