Al sacerdote Francisco Girón, de la Diócesis de Huelva. El próximo día 28 de febrero, día de Andalucía, la Junta de Andalucía va a proceder a distinguir con la Medalla de Oro de Andalucía a distintas personalidades que a lo largo de su vida, han destacado por su servicio a la comunidad en diversos aspectos. Entre los elegidos para recibir este reconocimiento este año se encuentra el sacerdote de la Diócesis de Huelva, D. Francisco Girón Fernández. Esta prestigiosa condecoración viene a reconocer su labor apasionada y permanente entre las realidades más marginales de la capital onubense, donde ha trabajado en la concienciación social y creando iniciativas para la integración, la inserción laboral y la educación, principalmente en el campo de los jóvenes.
D. Francisco Girón es oriundo de Higuera de la Sierra, provincia de Huelva, aunque nació en Sevilla hace 85 años. Estudió derecho, compaginando su condición de abogado con los negocios familiares. Muchas veces hemos oído de sus labios cómo descubrió su vocación sacerdotal, dejó su trabajo y rompió sus relaciones con su prometida y se fue al Seminario de Vocaciones Mayores de Salamanca.
Finalizados sus estudios, fue ordenado sacerdote y destinado a Huelva donde, desde 1963, ha venido realizando una incansable labor, primero como Director Espiritual del Seminario y luego como Párroco de San Pablo en la Barriada de Fuentepiña, en la periferia de la capital onubense, y siempre como responsable de Cursillos de Cristiandad.
Amigo y servidor de todo quien le ha necesitado, incansable visitador de hospitales, a cualquier hora de todos los días, hombre cercano siempre, dispuesto a ayudar en cuanto pudiera a todos los que a él se han acercado. Su edad y sus condiciones de salud le han mantenido en su pueblo de Higuera de la Sierra, con deseos siempre de volver a Huelva, y abierto a servir, compartir y a disfrutar con los muchos amigos que le visitan.
D. Francisco Girón ha sido, por encima de todo, sacerdote, entregado a Cristo con un ministerio que se ha distinguido por la entrega al apostolado de los seglares y por la constante actitud de despertar en los cristianos su responsabilidad de servir a Dios en medio del mundo desde la realidad del trabajo y la profesión de cada uno, al servicio de los más pobres. Personalmente ha participado en cientos de Cursillos de Cristiandad en los que ha insistido siempre en esta misión del laico de organizar, de acuerdo con el proyecto de Dios, todas las estructuras y realidades de la vida de la sociedad. Él mismo, durante sus cerca de cuarenta años al servicio de la Parroquia de San Pablo ha promovido acciones sociales a favor de los jóvenes y familias con problemas, inspirando la creación de la Fundación Valdocco, al servicio de la juventud marginada y de Agua Viva, una institución para la promoción de la cultura y la educación entre los marginados. Su valiosa labor ha sido reconocida rotulando con su nombre, “Casa de Paco Girón”, una residencia para jóvenes que trabajan y se educan en el Centro de Valdocco.
La Junta de Andalucía acierta con la distinción que otorga a este sacerdote en el que se pudiera ver reconocida la labor de muchos sacerdotes que de una manera generosa y sacrificada están al servicio de los demás, en nombre de Cristo y de la Iglesia en tantos pueblos y ciudades de nuestra geografía andaluza, de España y del mundo entero.
