Este año han misionado las parroquias de San Francisco y San Rodrigo de Cabra, Almodóvar del Río, Ojuelos Altos y Cardenchosa
Misión Despierta es la continuación de Misión País. En Misión País participan jóvenes universitarios, mientras que en Misión Despierta lo hacen jóvenes que ya han terminado sus estudios en la Universidad y se han incorporado al mercado laboral. Misión País suele misionar las parroquias durante tres años y una vez terminada la misión puede continuarse con los misioneros de Misión Despierta. Este año, casi un centenar de jóvenes han aprovechado el puente del 1 de mayo, día internacional de los trabajadores, para misionar las parroquias de Santa Bárbara de Ojuelos Altos, Santa Elena de La Cardenchosa, la Inmaculada Concepción de Almodóvar del Río y San Francisco y San Rodrigo de Cabra. La Misión ha durado cinco días, del 1 al 5 de mayo, y Mario González, párroco de San Francisco y San Rodrigo de Cabra, ha reconocido que es “un plan muy bonito” porque “se dedican a los más débiles”. Para Daniel Angulo, párroco de la Inmaculada Concepción de Almodóvar del Río, tener a un grupo de jóvenes de Misión Despierta misionando el pueblo ha sido “un regalo y una sorpresa”, porque ya habíamos terminado el tercer año de Misión País.
En los días que los misioneros de Misión Despierta han estado en la Diócesis, los jóvenes han visitado por las mañanas las residencias de ancianos y disminuidos, enfermos y personas que viven solas y colegios. Por las tardes han tenido retiros, rezo del Santo Rosario, misa y adoración. En Misión Despierta, el lado interno de se profundiza más que en Misión País, como han comentado los misioneros.
Rocío González es una de los treinta misioneros que ha participado en la Misión Despierta en Almodóvar del Río. Durante la Misión Rocío nos ha contado que, además de las actividades programadas cada mañana, han participado en las actividades propias de la parroquia. Rocío ha asegurado que en estos días lo principal ha sido “repartir el amor de Dios, dar a conocer a Cristo y a la Virgen”. Los misioneros “hemos venido a servir y a estar en Dios con el otro” ha destacado Rocío, que ha agradecido especialmente la labor del párroco, Daniel Angulo, así como el recibimiento de los vecinos de la localidad en los que hemos encontrado “muchos corazones que necesitan de Dios”.
En las parroquias de Santa Bárbara de Ojuelos Altos y Santa Elena de La Cardenchosa ha estado misionando Teresa Velilla y ha confesado que estos días han sido “un momento de parar, rezar, tener un encuentro con Dios” entre el revuelo que conlleva la vida laboral. Recuerda que sus comienzos en el movimiento de Schoenstatt fueron desde la infancia, su primera misión fue en familia, pasó por Misión País y ahora está en Misión Despierta. La Misión hace que no me quede en “mi comodidad” y salga de mi grupo de fe y ponga mis dones al servicio de los demás “para dar mayor gloria a Dios”, “mi vida tiene que ser un reflejo de Dios”, ha confesado Teresa.
Por su parte, María Abril, que también empezó su servicio misionero en Misión País, ha resaltado que en la continuidad de Misión Despierta “tiene mucho peso la parte interna” en la que, a través del Evangelio, reflexionan e intentan dejar de lado “la vida ajetreada” en la que están inmersos los jóvenes trabajadores. Para María la Misión es “un encuentro con Dios a través de los demás, de manera sencilla”.
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