Domingo de la Palabra de Dios: no dejar empolvar la Biblia como uno de tantos libros

Los grupos de Lectura Creyente de la Palabra están invitados a participar en la Eucaristía que, con ocasión de esta jornada, presidirá nuestro obispo, José Vilaplana Blasco, este domingo a las 12.30 h., en la Santa Iglesia Catedral.

La Oficina de Prensa de la Santa Sede fue escenario, el pasado viernes 17 de enero, de la presentación del Primer Domingo de la Palabra de Dios, que se celebra este domingo 26 de enero, y que corrió a cargo de Rino Fisichella, Presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización.

“El Domingo de la Palabra de Dios puede ser esa capacidad del pueblo de comprender la Sagrada Escritura, porque no es sólo un libro es una Palabra, es algo vivo, es algo que toca nuestra vida. Y por eso en la liturgia, en todo lo que expresa la vida de la comunidad cristiana, la Palabra de Dios es un momento de unidad, es un momento en el cual damos la fuerza necesaria para la evangelización”, lo dijo Monseñor Rino Fisichella, Presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización durante la conferencia de presentación del Primer Domingo de la Palabra de Dios, que se celebra este domingo.

El Domingo de la Palabra de Dios es una iniciativa que el Papa Francisco confía a toda la Iglesia para que, “la comunidad cristiana se centra en el gran valor que la Palabra de Dios ocupa en su existencia cotidiana” (Aperuit illis 2). El 30 de septiembre pasado, durante el 1600 aniversario de la muerte de San Jerónimo, gran estudioso de la Sagrada Escritura y traductor de los textos originales al latín, el Papa Francisco hacía pública la Carta Apostólica Aperuit illis con la que instituía este Domingo.

Tras el Concilio Vaticano II con la Dei Verbum, y el Sínodo sobre la Palabra de Dios (2008) con la Exhortación Apostólica Verbum Domini, se han llevado a cabo muchas iniciativas pastorales diferentes en el mundo con el fin de poner en el centro el conocimiento, la difusión, la reflexión y el estudio de la Sagrada Escritura. Por eso el Papa ha querido “responder a las numerosas peticiones del pueblo de Dios, para que en toda la Iglesia se pueda celebrar con un mismo propósito el domingo de la Palabra de Dios”. Este Domingo de la Palabra de Dios es, por tanto, afirmó Monseñor Fisichella, una iniciativa pastoral de Nueva Evangelización, con el fin de reavivar la responsabilidad que los creyentes tienen en el conocimiento de la Sagrada Escritura y en mantenerla viva mediante un trabajo de transmisión y comprensión permanente, capaz de dar sentido a la vida de la Iglesia en las diversas condiciones en las que se encuentra.

Un paso más en el diálogo ecuménico

Además, el Presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización señaló que, “tampoco puede pasar desapercibido el gran valor ecuménico que posee este Domingo”. El Papa Francisco ha establecido que se celebre siempre el III Domingo del Tiempo Ordinario del año litúrgico, este año cae cerca del Día del Diálogo entre judíos y católicos y de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. “No se trata, pues, de una mera coincidencia temporal, sino de una elección que pretende marcar un paso más en el diálogo ecuménico, situando a la Palabra de Dios en el centro mismo del compromiso que los cristianos están llamados a asumir cada día”.

Como en las demás iniciativas del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, también ésta recurre a un logotipo característico, que sea como un espacio de catequesis que ayude a comprender el significado de la celebración de este domingo. En este caso se ha tomado una escena bíblica muy conocida: el camino de los discípulos a la aldea de Emaús (cf. Lc 24,13-35), cuando en un momento dado del trayecto se acerca Jesús resucitado. El icono destaca muchos aspectos que convergen en el Domingo de la Palabra de Dios. Se pueden observar, en primer lugar, los personajes. Junto al Cristo que tiene en sus manos el «pergamino del Libro», es decir, la Sagrada Escritura que se cumple en su persona, están los dos discípulos: Cleopa, como escribe explícitamente Lucas, y, según algunos exegetas, su esposa. Los dos rostros de los discípulos están vueltos al Señor; sus manos indican, respectivamente, la mano izquierda de la mujer a Cristo mismo, para afirmar que él es el cumplimiento de las antiguas promesas y la Palabra viva que debe ser anunciada al mundo; la mano izquierda de Cleopa indica, en cambio, el camino que los discípulos deben recorrer para llevar a todos la buena nueva del Evangelio.


Un instrumento que despierta nuestra fe

Al final de la celebración eucarística de este próximo domingo, el Papa Francisco hará un gesto simbólico: entregará la Biblia a 40 personas que representan tantas expresiones de nuestra vida cotidiana para indicar la atención que estamos llamados a conceder a la Palabra de Dios, para que no quede como un libro en nuestras manos, sino que se convierta más bien en una continua llamada a la oración, la lectura, la meditación y el estudio. Este domingo, quiere llamar a todos los cristianos a no dejar la Biblia como uno de los muchos libros en el estante de casa, quizás lleno de polvo, sino como un instrumento que despierte nuestra fe.

Enlace a la carta apostólica: Aperuit Illis, con la que se instituye este domingo de la Palabra de Dios.

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