En el segundo día de la Solemne Novena dedicada a la Virgen Santísima de Araceli, presidió la Eucaristía el Obispo de Huelva, Mons. José Vilaplana Blasco.
Mons José Vilaplana concelebró la Santa Misa con el Vicario Episcopal, Jesús Poyato, y el sacerdote Iván Martín-Tejada. Con el templo de San Mateo completamente lleno, la procesión de entrada partió desde su capilla sacramental hasta el presbiterio, adornado con las flores ofrendadas a la Virgen en su fiesta.
La parte musical de la Novena corrió a cargo de la Coral Lucentina, dirigida por Antonio Villa Álvarez de Sotomayor y Oleh Petrovich Antonyak, que interpretó la primera Misa Pontifical de Perossi. Participaron en las lecturas y ofrendas, diferentes miembros de las cuadrillas de santeros de Bajada y de los traslados jubilares.
En su homilía, Mons. José Vilaplana destacó los tres pilares en los que debe cimentarse la celebración jubilar: un momento de purificación del alma, una ocasión para frecuentar y profundizar en el valor del sacramento de la Eucaristía y una llamada a vivir la fe de manera comunitaria. Indicó a los asistentes que el Año Jubilar concedido por el Santo Padre debe ser un año de gracia del Señor y una oportunidad de avivar la fe.
En la tarde del primer día fue el Secretario Canciller del Obispado de Córdoba, Joaquín Alberto Nieva García, quien predicó la Novena con sentidas palabras salidas de sus vivencias primeras en torno a la Virgen de Araceli.