Derecho a la igualdad de género

Carta del Obispo de Cádiz y Ceuta, D. Antonio Ceballos Atienza, con motivo de la solemnidad del Corpus Christi. Mis queridos diocesanos:

Pocas fiestas nos son tan entrañables como la del Corpus. Se nos convoca en ella a celebrar que Jesús, el Señor, está presente realmente en la Eucaristía. También celebra la Iglesia Española el Día de la Caridad.

La caridad es signo distintivo del cristiano y exigencia primordial de vida. La Iglesia desde su primitiva comunidad de Jerusalén ha tenido la caridad como un don y ha procurado hacerlo fructificar en obras en favor de los pobres, especialmente, los más necesitados y desfavorecidos.

1. Corpus Christi  2008

A la festividad del Corpus Christi, fiesta eucarística que goza de fuerte arraigo popular en nuestra querida Diócesis de Cádiz y Ceuta, se le ha unido la celebración del Día de la Caridad. La Iglesia Diocesana, acorde con la sensibilidad de los tiempos modernos, hace frente a todo tipo de marginaciones que segrega nuestra sociedad con la suprema ley del amor a Dios de todo corazón y al prójimo como a sí mismo (cf. Mt 11, 4-5).

La crisis económica se debe, en parte, a reajustes por razones tecnológicas, pero, fundamentalmente, es como la cara de fuera de una profunda crisis moral y religiosa. Lo económico no es nada separado y aparte, sino que es un reflejo de lo que somos, la economía no puede andar bien si el ganar dinero sin límites es el mayor bien de la vida y si, a la vez, el consumismo y la perversidad imperan en la sociedad de una ética social de solidaridad.

2. Día de la Caridad

El Día de la Caridad, celebrado en el ambiente litúrgico del Corpus Christi, nos recuerda el misterio de Cristo, quien “asumiendo la naturaleza humana, unió consigo a todo el género humano mediante cierta solidaridad sobrenatural, hasta constituir como una familia, e hizo del amor el signo distintivo de sus discípulos” (Concilio Vaticano II, Decreto Apostolicam actuositatem, n. 8).
   
Y la Iglesia, “se hace reconocer por este signo del amor y, sin dejar de alegrarse por las iniciativas de los demás, reivindica las obras de caridad como un deber y un derecho suyos, de los que no puede prescindir” (Ibid., n. 8).

3. Preferencia por los pobres de este mundo

Ya el Papa Juan Pablo II, de feliz memoria, nos dice que “la caridad con el prójimo, en las formas antiguas y siempre nuevas de las obras de misericordia corporal y espiritual, representa el contenido más inmediato, común y habitual de aquella animación cristiana del orden temporal, que constituye el compromiso específico de los fieles laicos” (Juan Pablo II, Exhortación Apostólica Christifideles laici, n.41). De ahí la necesidad de optar por los más pobres.

La evangelización y la vida cristiana comportan una especial preferencia por los pobres de este mundo. Todos los sectores de la población más necesitada tienen que ser hoy preocupación constante de la Iglesia y de los cristianos. Estos sectores, en cuyas filas se encuentran los “nuevos pobres” de la sociedad moderna, son: los ancianos solitarios, los enfermos terminales, los niños sin familia, las madres solteras, los delincuentes, drogadictos y alcohólicos, etc.

Cáritas propone cada año un lema especial del Día de la Caridad con la intención de promover acciones ordenadas al remedio de las necesidades específicas de los hombres.

4. Derecho a la igualdad de género

El lema del Día de la Caridad de este año 2008 incide sobre el Derecho a la igualdad de género. Hay que reconocer que en nuestra sociedad se han dado grandes pasos en el reconocimiento de los mismos derechos para hombres y mujeres, aunque todavía son insuficientes, tal y como lo demuestran determinadas realidades. Las cargas familiares, las dificultades en el acceso al empleo y la escasa formación convierten a la mujer con escasos recursos económicos en una persona con menos oportunidades para integrarse en la sociedad como sujeto de plenos derechos. 

La violencia de género, la discriminación salarial, el mayor desempleo femenino, la todavía escasa presencia de la mujer en puestos de responsabilidad social, política, cultural y económica o los problemas de conciliación entre vida personal, laboral y familiar muestran como la igualdad plena y efectiva entre mujeres y hombres es todavía hoy una tarea pendiente.

En este sentido necesitamos tomar conciencia de las desigualdades que se producen en nuestro entorno, y en especial las que afecten a los colectivos de mujeres más empobrecidas y vulnerables, y promover la igualdad de oportunidades para hombres y mujeres, teniendo como principio fundamental la protección social y la dignidad de todas las personas.

5. Eucaristía como signo eficaz de Caridad

La Iglesia, desde sus primeros tiempos, ha considerado la Eucaristía como signo eficaz de la caridad de Dios para el hombre, como vínculo que une el hombre a Dios y como sello de la unidad de caridad en que se juntan Dios y los hombres.

Esta Jornada ofrece la oportunidad de recordar a las instituciones eclesiales, especialmente a las comunidades parroquiales, que deben prestar atención organizada a las actividades caritativas y de promoción social.

6. Colaboración y generosidad

Las actividades caritativas y de promoción social necesitan de medios personales y materiales. La Jornada del Corpus Christi quiere ser una llamada a los cristianos para que colaboren económicamente, por eso ha de recomendarse la generosidad de la colecta que este año tiene un destino tan humano y urgente.

Que la Virgen, Santa María, acoja y bendiga a todos los que sufren necesidades o son víctima de la marginación social, y que por su intercesión nuestras comunidades reciban la gracia de ser signo real de la presencia del Amor de Dios, que invita a la fe.

Reza por vosotros, os quiere y bendice,

+ Antonio Ceballos Atienza
 Obispo de Cádiz y Ceuta

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