Retiro sacerdotal de Adviento: “A través de la obediencia nos adherimos al plan que Dios tienes sobre nosotros”

Diócesis de Almería
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La diócesis de Almería es una sede episcopal sufragánea de la archidiócesis de Granada, en España. Su sede es la Catedral de la Encarnación de Almería.

El obispo diocesano fue el responsable de guiar la meditación a los sacerdotes al comienzo de este Adviento que ahora comienza. Como habitualmente los sacerdotes diocesanos y religiosos estaban convocados en la casa de espiritualidad de Aguadulce a las 11 de la mañana, del pasado lunes 28 de diciembre. Rezada la hora intermedia, D. Adolfo pasó a dar los puntos de meditación que luego servirían para la oración personal con el Santísimo.

En su meditación el obispo diocesano trató el tema de la obediencia. Partiendo de las palabras de María «Haced lo que él os diga» recordaba a los presentes que esa virtud “manifiesta con certeza la voluntad de Dios. Nos alejamos de nuestra pequeñez y nos adherimos al plan que Dios tiene sobre nosotros».

Abordó, así mismo, la situación del clero en la actualidad, especialmente de los más jóvenes. Partiendo de un documento realizado por la Comisión Episcopal del Clero de la Conferencia Episcopal, señaló algunos aspectos humanos más negativos que deben de corregirse con un cultivo de la oración. “La vida pastoral –señalaba el obispo- aparece entre luces y sombras. En el ejercicio del ministerio sacerdotal se puede percibir aburguesamiento, acedía y angustia ante la complejidad de la cultura de nuestro tiempo”. A esto de añadió, como aspectos positivos, la generosa entrega y la caridad pastoral de algunos sacerdotes, atendiendo a multitud de personas, especialmente a los más débiles.

“Las excesivas cargas de la nueva situación de la Iglesia impiden vivir con sosiego espiritual las obligaciones que el sacerdote tiene que cumplir. Hay que tener conciencia hasta donde se puede llegar y establecer prioridades, de acuerdo con las directrices del obispo”. “El aislamiento es el peor remedio. Una actitud sana y constructiva, requiere obrar de manera colegial. Porque si no se hace así, los riesgos son patentes: exceso de culto con abandono de la acción evangelizadora, misionera…”

Con la comida fraterna, concluyó este retiro que, sin duda, servirá a los sacerdotes para contagiar esperanza a sus respectivas comunidades.

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