El pasado fin de semana finalizó el Triduo en la parroquia Nuestra Señora de la Encarnación de Cuevas del Almanzora en honor a María, en la Advocación de la Medalla Milagrosa. La Asociación de la Medalla Milagrosa, junto con la Comunidad de las Hijas de la Caridad, eligió a Antonio Jesús Martín Acuyo, párroco de esta localidad, para la predicación de este acto de piedad.
Tuvo un cariz especial debido a que coincidía con el final del centenario de la aprobación Pontificia de dicha asociación, además de celebrarse el año Jubilar para la familia Vicenciana, donde se conmemoran los 350 años de la muerte de San Vicente de Paúl y Santa Luisa de Marillac, fundadores de la Sociedad de Vida Apostólica de la Hijas de la Caridad presentes en Cuevas del Almanzora desde 1850.
El primer día del triduo se presentaron las urnas con la imagen de la Virgen María que visita las casas de la localidad, para meditar sobre la influencia de la Madre de Dios en la vida familiar. En el segundo día se bendijeron las medallas de la Asociación de la Medalla Milagrosa que fueron impuestas a sus miembros, junto a la insignia. El último día se repartieron a todos los feligreses las medallas de la Milagrosa, tan venerada en esta localidad del levante almeriense de Cuevas del Almanzora, para finalizar con la meditación sobre “María, signo de la evangelización y el testimonio de vida para descubrir a Cristo”.