Del 3 al 7 de agosto de 2022 tendrá lugar la Peregrinación Europea de Jóvenes (PEJ) a Santiago de Compostela. El lema de este Encuentro es «Joven levántate y sé testigo. El Apóstol Santiago te espera». El enviado especial del papa Francisco, el cardenal Antonio Augusto dos Santos Marto, obispo emérito de Leiria-Fátima, recuerda a los jóvenes que tienen delante «el escenario de la Iglesia en camino sinodal, su renovación evangélica y su misión para encontrar caminos, métodos y lenguajes nuevos», y les exhorta a responder a la llamada de «tomar en serio la responsabilidad por el hoy y por el mañana, por el presente, por el futuro de la Iglesia y de la humanidad».
El joven cristiano que cultiva su espiritualidad y su formación, que se compromete en la Iglesia y en el mundo, que procura ser solidario con los demás, y que transmite la alegría del Evangelio, se convierte en un auténtico testigo de Jesucristo en el mundo de hoy. No habla de memoria ni repite un discurso teórico. Lo que comunica es su propia experiencia, su vida nueva tras haber encontrado al Señor. El encuentro con Cristo, la unión con Él, la fe vivida con intensidad y con pasión suscita un estilo evangelizador, testimonial, convencido y convincente, porque quien ha encontrado a Cristo no puede reservarse ese tesoro egoístamente, sino que tiende a compartirlo con los demás. Un testimonio que se ofrece con la palabra y con la vida, sin ocultar nunca la identidad cristiana.
El joven ha de vivir su dimensión martirial a través de su testimonio de fe, a través del compromiso de la evangelización, a través de un testimonio de vida que se ofrece con el impulso de los orígenes, con un ardor renovado, en los areópagos del mundo moderno. Ha de ser consciente también de que en estos lugares de anuncio y de propuesta, el testimonio decidido y luminoso de Cristo puede ser objeto de rechazo, y que los areópagos se pueden convertir en modernos coliseos, es decir, lugares de persecución, aunque esta sea sutil e incruenta. Es el momento de recordar las palabras de Jesús: «Tened confianza, yo he vencido al mundo» (Jn 16, 33). En Cristo se hallará la fuerza para hablar sin temor, con coraje y libertad de espíritu.
El Apóstol Santiago nos espera. La referencia a Santiago nos invita a vivir este Encuentro desde la pertenencia y el amor a la Iglesia. No se puede vivir de forma individualista su fe, porque sería imposible, y sobre todo, porque Dios nos llama a vivir la fe en familia, en Iglesia. La Iglesia ha de vivir la comunión con Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, y también la comunión de los fieles que la integran entre sí, participando de la vida divina y formando un nuevo pueblo, la familia de los hijos de Dios. En su ser más profundo, la Iglesia es misterio de comunión con Dios y entre las personas. La incorporación a la Iglesia se realiza por el Bautismo, que es como la puerta; la Eucaristía es la raíz, el centro de la vida del cristiano y de la Iglesia. El joven cristiano ha de tener conciencia clara de su pertenencia a la Iglesia, ha de amarla y defenderla con pasión de hijo, y ha de recorrer su camino desde la unión inseparable a Cristo y a la Iglesia.
Si no vivimos la unidad, no podemos ser creíbles cuando presentamos el mensaje cristiano. Por eso es especialmente importante el compromiso de todos para hacer de cada comunidad cristiana, una casa y escuela de comunión y para formar a los jóvenes en la conciencia de pertenencia a la Iglesia y en el amor a la Iglesia. Este es el camino, esta es la peregrinación de la vida que recorremos en comunión y sinodalidad, tal como nos recuerda tan a menudo el papa Francisco.
+ José Ángel Saiz Meneses
Arzobispo de Sevilla