Benedicto XVI
Estamos viviendo acontecimientos importantes para la vida de la Iglesia y el futuro del mundo. Estoy pensando en la muerte de Juan Pablo II, y no menos en la elección del cardenal Ratzinger como nuevo Obispo de Roma y, por tanto, como sucesor de Pedro… Son, sin duda, momentos importantes y a ellos me estoy refiriendo en estas líneas.
Sobre Benedicto XVI cabría decir muchas cosas…
Sí quiero decir en primer lugar que, aparte de la mentalidad que él tenga y que, como todos, también él tiene derecho a tener, no es ese personaje atrozmente conservador, casi fundamentalista, que nos quieren presentar determinados medios de comunicación social. Es, de hecho, un gran pensador, un gran teólogo, un hombre cultísimo, siempre preocupado por la fe de la Iglesia y el diálogo con quienes tengan cualquier pregunta sobre ésta. Abierto y dialogante. Sobrio y seguro. Que ha cumplido a la perfección la misión que Juan Pablo II le encomendó de velar por la fidelidad a la fe en
Ahora bien, los católicos, a la hora de acoger a un nuevo Papa, no tenemos en cuenta sólo cuestiones como las apuntadas. Tenemos en cuenta, sobre todo, muy sobre todo, el dato de que haya sido elegido por el Señor, a través de la mediación eclesial. Y por eso, con estas palabras deseo invitar a mis diocesanos a recibir con el mejor espíritu evangélico a Benedicto XVI, el nuevo sucesor de Pedro, el Pastor Universal visible que está llamado a hacer presente en la Iglesia al verdadero Pastor Invisible que es Jesucristo Resucitado. Como el Presidente de
No debe acabar aquí nuestra actitud de acogida ante el nuevo Papa. Él mismo se ha confiado a nuestra oración, y esa oración pido ahora a mis diocesanos. De ahí que deseo que en todas las comunidades cristianas de la Diócesis se rece intensamente por quien es ya el Cabeza Visible de
En este marco hay que situar la Eucaristía en Acción de Gracias que, presidida por
Estoy seguro, una vez más, de que la afirmación de Monseñor Blázquez al Papa Benedicto XVI diciéndole «que cuenta con las oraciones fervientes de los católicos españoles para que el Señor le asista con su luz y su fuerza en el ministerio que Él mismo le ha confiado», será también una plena realidad entre nosotros.
¿No lo haremos?
Permítaseme un último apunte. Es significativo que haya querido llamarse Benedicto XVI, sucesor de Benedicto XV. Eso nos está diciendo algo importante. Que él no quiere ser una mera fotocopia de Juan Pablo II a quien, no obstante y con razón, tanto ha admirado y con quien tanto ha cooperado. Que quiere seguir las huellas de quien fue un verdadero servidor de la causa de la paz en el mundo con ocasión de la I Guerra Mundial, que por tantos medios quiso evitar, y un verdadero servidor de las víctimas de la guerra, sin distinción de colores ni regímenes, como lo demostró con la ayuda que prestó en momentos de tanto apuro a las mismas en la Unión Soviética.
Benedicto XVI… Los católicos y todos los hombres de buena voluntad tenemos muchos motivos para estar contentos y esperanzados. Agradecidos al Señor.
† Felipe Fernández García
Obispo de Tenerife