Entrevista a D. Ramón del Hoyo López, Obispo Electo de Jaén
“Voy con la ilusión de servir al Evangelio, de caminar con ellos”
Enhorabuena por su nombramiento. Aunque supongo que, ahora mismo, los sentimientos serán un poco contrapuestos: la alegría del nombramiento como nuevo Obispo de Jaén pero también el dolor de dejar Cuenca.
Pues sí, verdaderamente. ¿Cómo no voy a sentir? Soy humano, me afecta, los sentimientos están ahí, me cuesta el dejarles. Es una Diócesis donde yo me he estrenado y he dado estos nueve años de mi vida con toda ilusión. Pero, bueno, Dios lo dispone así y lo acato y lo acepto con toda ilusión y toda mi fuerza.
En sus palabras para los fieles de Jaén ha expresado el deseo de caminar juntos. Ellos, ya sabe, están esperando Obispo desde hace algunos meses y le recibirán con los brazos abiertos. ¿Qué querría decirles ahora, desde Odisur, a todos estos fieles que, de hecho y por lo que nos han comentado, esperan ansiosos su llegada?
Que voy con esa ilusión de servir al Evangelio, de caminar con ellos, de aprender con ellos y, de verdad, responder a la Voluntad del Señor. Tenemos que hacer muchas cosas, tenemos que transmitir ese gran Tesoro que tantos siglos lleva ahí en Jaén. Transmitirlo a las nuevas generaciones y no imponiendo, sino proponiendo. Y ahí está la clave, cómo proponer con eficacia para que de verdad ese Tesoro se acepte en el interior de tantos bautizados que, a veces lo desconocen. No acertamos a veces a llevarlo para que sea vida en su interior. No saben lo que se pierden muchos, no saben lo que se pierden de vivir el Evangelio de verdad también en el siglo XXI.
En uno de sus primeros mensajes se dirigía a los sacerdotes. Entendemos que es una de sus prioridades. ¿Cuáles serían, además de ésta, las necesidades que ha de afrontar el nuevo Obispo de Jaén?
Animar de forma directa a todos. Para mí todos son personas y, por tanto, queridos por el Señor. Me preocupan los inmigrantes, me preocupan los alejados, me preocupan los que necesitan de nuestro apoyo. Ayer, por ejemplo, estuve dos veces en Cáritas Diocesana; por la mañana y por la tarde. Esta tarde salgo a confirmar a un grupo de jóvenes. El ministerio de un Obispo es dar su vida a los demás, en mil situaciones. Claro que me voy a apoyar en los sacerdotes, cómo no, son mis hermanos. Yo confío mucho en los laicos. De hecho, mi gran preocupación estos años ha sido crear un Instituto Superior, que al final ha sido una Escuela diocesana que en una ciudad como Cuenca –con 200.000 habitantes- tiene cuatro sedes, con doscientos alumnos; que es un hecho muy positivo.
Todo ese programa se irá desarrollando conforme a Dios lo quiera. Yo pongo a disposición del Señor mis cualidades y apoyado y unido a los demás vamos a ver si logramos evangelizar y hacer una Iglesia viva -como nos está diciendo el Papa-, una Iglesia fuerte, una Iglesia misionera, porque la idea de la misión y de la evangelización está muy metida en mi persona.
En todo lo que nos ha dicho, y también en su mensaje inicial a la Diócesis de Jaén, constatamos un profundo deseo de comunión, ¿cómo pueden construir juntos, el Obispo y sus fieles, esta comunión?
No entiendo otra Iglesia hoy en día, más que en comunión. Es la condición imprescindible, y por tanto es sumar y no buscar diferencias, es enriquecernos mutuamente. Todo nos viene de la Eucaristía y desde la fuerza del Espíritu. Es esa comunión con Dios es lo que a nosotros nos hace fuertes, de lo contrario nos vaciamos y no somos más que metal que suena, y nunca lograremos gran cosa. Por eso, lógicamente, el tema de la comunión es esencial.
Por último nos hacemos eco de la pregunta que todos los jiennenses se hacen ¿cuándo estará entre ellos su nuevo Obispo?
Quiero que sea cuanto antes. Así también me lo han dicho desde la Nunciatura. Tengo interés de que el Sr. Nuncio nos acompañe, por eso el dará la fecha. Probablemente será en la primera quincena de julio, lo más tarde. Pero no hay fecha todavía. En cuanto se sepa se comunicará.