El Vaticano, en primera línea para ayudar a los refugiados ucranianos

La Santa Sede se ha puesto al servicio de la instauración de la paz en Ucrania y dos cardenales están viajando hacia el país para llevar a cabo una misión de apoyo a la población

Durante el Ángelus de este domingo, 6 de febrero de 2022, el Papa Francisco ha reiterado el compromiso de la Santa Sede por mediar en el conflicto entre Rusia y Ucrania en favor de la paz y ha informado que dos cardenales se han desplazado a Ucrania para servir a su pueblo y llevar las ayudas: se tratan del Limosnero Pontificio, el card. Konrad Krajeswski y el Prefecto Emérito del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral, el card. Michael Czerny.

“Esta presencia de los dos cardenales es la presencia del Papa y de todo el pueblo cristiano que quiere acercarse y decir que ¡la guerra es una locura, deténgase por favor, miren esta crueldad!”, exclamó el Papa Francisco.

El Cardenal Krajewski llegará a la frontera entre Polonia y Ucrania este lunes, y el Cardenal Czerny llegará a Hungría el martes, 8 de marzo, para visitar algunos centros de acogida para los migrantes procedentes de Ucrania. Ambos se dirigen a Ucrania y dependiendo de la situación llegarán al país en los próximos días.

Pero, ¿quiénes son estos dos cardenales que están ahora mismo en Ucrania?

El card. Krajewski, ya bautizado como el “Robin Hood” del Vaticano, lleva a cabo los proyectos de caridad del Papa Francisco, financiados a través de las donaciones y de la venta de pergaminos con la bendición papal. Durante el invierno, el prelado polaco recorre cada noche las calles de Roma para llevar mantas y un plato caliente a las personas sin hogar que sobreviven en las calles de la Ciudad Eterna. Organiza almuerzos en compañía del Pontífice y ha puesto en marcha un ambulatorio que da asistencia sanitaria a quienes no pueden pagarla. Dedica la mayoría de su tiempo a los “sin techo” a los que ha instalado duchas y alojamiento en la Ciudad del Vaticano.

En el año 2017, Krajewski se trasladó a vivir a su oficina para ceder su apartamento a una familia de refugiados sirios llegados a Italia a través de los corredores humanitarios organizados por la Comunidad de San Egidio. Durante la pandemia del coronavirus no ha dudado un momento en ayudar a los más necesitados, y aunque no vista como un cardenal y rechaza cualquier protocolo de poder o jerarquía, en Roma no para de ayudar a los más pobres.

Ahora en Ucrania quiere “llegar a la gente que sufre y llevarles la cercanía del Papa, decirles que los ama, y rezar con ellos porque la oración también puede detener la guerra”. El card. Krajewski estuvo estos días ayudando en la basílica romana de Santa Sofía para llevar todo lo que podía necesitar la comunidad ucraniana.

En declaraciones a Vatican News, Krajewski asegura que por ahora se irá a “Polonia, porque desde allí estoy seguro de que podré entrar en Ucrania. Entonces veremos hasta dónde se puede llegar para alcanzar a estas personas y mostrarles la cercanía del Papa, para decirles que les quiere, que reza por ellos, que quiere animarles. También voy a entregar los rosarios del Santo Padre porque con la oración podemos mover montañas y también detener la guerra”.

Preguntado por si desde Polonia viajará a Kiev, el card. Krajewski ha afirmado que cuando estará en la frontera, “veremos qué posibilidades hay. Sabemos que el alcalde de Kiev ha preguntado a todos los religiosos si pueden venir y estar con ellos para rezar y defender la ciudad con la oración”.

El trabajo del card. Czerny en Hungría

Mientras tanto el card. Czerny llegará a Hungría este martes, 8 de marzo, y seguirá señalando la triste similitud entre los sufrimientos de los ucranianos y los conflictos de larga duración que ya no atraen la atención del mundo.

Además, planteará su preocupación por que se permita a los residentes africanos y asiáticos en Ucrania, que también sufren miedo y desplazamiento, buscar refugio sin discriminación. También hay informes preocupantes sobre el aumento de las actividades de tráfico de personas y la introducción ilegal de inmigrantes en las fronteras y en los países vecinos.

Dado que la mayoría de las personas que huyen son creyentes, afirmará que debe ofrecerse asistencia religiosa a todos, con sensibilidad a las diferencias ecuménicas e interconfesionales. Por último, en los loables esfuerzos por ofrecer respuestas humanitarias y organizar corredores humanitarios, hay una gran necesidad de coordinación, de buena organización y de estrategia compartida, para abarcar el sufrimiento de la gente y proporcionar una ayuda eficaz.

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