«Nuestros orígenes están marcados por el amor a África»

Diócesis de Málaga
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La diócesis de Málaga es una sede episcopal dependiente de la archidiócesis de Granada, en España. Su sede es la Catedral de la Encarnación de Málaga.

Las Misioneras de Nuestra Señora de África (Hermanas Blancas) celebran el 150 aniversario de su fundación. En Málaga se encuentran seis hermanas misioneras, tres en una residencia y tres en comunidad. Una de estas es la hermana Amalia García Mendoza, quien compartió casi 40 años en la República Democrática del Congo. Un problema de salud la trajo a Málaga.

Hermana Amalia, ¿cuál es su acción de gracias a Dios en este año jubilar?

Las Misioneras de Nuestra Señora de África, queremos, junto a esta Diócesis querida de Málaga, dar gracias a Dios por los 150 años de nuestra fundación. Por nuestro carisma al servicio del Evangelio y la promociónde la persona en su totalidad. Por África, por lo que hemos recibido de los africanos, por las alegrías y penas compartidas. Un patrimonio inmenso e inolvidable. Al celebrar este aniversario celebramos el amor de Dios al mismo tiempo que la audacia de nuestras hermanas que arriesgaron su vida, viajando a tierras lejanas con el solo objetivo de extender el Reino de Dios en África.

¿Cuáles fueron los orígenes de la congregación?

Cada nacimiento lleva en su origen un acto de amor. Nuestra historia parte también de ahí, de un acto de amor a la Iglesia, concretamente en África: «Amad a África, -nos decía nuestro fundador, el cardenal Lavigerie- amadla por sus heridas ensangrentadas y por sus gritos de dolor. Por sus grandes hombres y por sus santos. Amadla por sus recuerdos y leyendas, por sus tradiciones de respeto y de fe». Nuestros orígenes están marcados por ese amor gratuito a África y a la Iglesia en general. Nacimos en Argelia en el año 1869. Pero fue solo la puerta abierta al continente africano. Formamos comunidades internacionales en 28 países y cuatro continentes. Actualmente, estamos en 15 países africanos y en México.

¿Cómo fue la llegada de la congregación a Málaga?

Fue en 1980. El obispo D. Ramón Buxarrais pidió a nuestra congregación que si podíamos encargarnos de la acogida, en el Puerto y en Renfe, de los transeúntes del norte de África que estaban de paso a sus países respectivos. Hoy seguimos trabajando con los inmigrantes y las personas excluidas, colaboramos en Cáritas, en los talleres de capacitación de la mujer en las parroquias de la Palma-Palmilla, y seguimos trabajando en la animación misionera.

¿Cuál es su carisma?

En cada época de nuestra historia, guiadas por el Espíritu, hemos ido dando pasos para responder mejor a las necesidades del mundo y de la Iglesia, teniendo como horizonte el anuncio de Jesús y de su Reino y la liberación de la persona en su totalidad. De ahí la necesidad de construir puentes entre los pueblos, las personas, las culturas y las religiones. Estar a la escucha de los grandes problemas que afectan a la humanidad: migrantes, cambio climático, diálogo interreligioso… Dentro de nuestra debilidad, intentamos llevar el espíritu misionero donde quiera que estemos. Como nos dijo el papa Francisco, en la audiencia con nuestros superiores generales, este espíritu misionero es parte de nuestro ADN y que no olvidemos que el verdadero misionero es ante todo un discípulo.

¿Cuál fue el contexto histórico en el que nació la congregación?

Una epidemia, un terremoto acompañado de sequía hace que muera mucha gente y queden miles de huérfanos. Nuestras primeras hermanas trabajan para que los huérfanos no mueran de hambre. Argelia fue el punto de partida de nuestro nacimiento, y al mismo tiempo la puerta abierta al Continente africano. Unos años después de la fundación, las hermanas llegarán hasta África central seguida de muchos otros países, de África Oriental, Occidental y del Norte.

Nuestras hermanas se entusiasman por el proyecto de Dios en un contexto mundial en el que la trata de esclavos seguía siendo una practica establecida. Las hermanas junto con los Misioneros de África lucharon contra esta lacra. Nuestro fundador recorrió los países de Europa, para concienciar Iglesia y gobiernos a que se implicaran en esta causa. Cuando lanza la campaña en el año 1888 dirá:”Soy un hombre y nada que sea humano me es indiferente. Soy un hombre y el trato dado a estas personas me indigna profundamente.”

Por todos los lugares de misión, las hermanas creaban escuelas, hospitales, leproserías, talleres de formación profesional para la mujer….De esta manera se cumplía el deseo de nuestro fundador de formar una Iglesia local capaz de abastecerse a ella misma.” Vosotros (decía) sois los iniciadores, pero la obra duradera de evangelización será llevada a cabo por los propios africanos cuando sean cristianos y apóstoles”. En esta tarea nos hemos ido implicando, a lo largo de nuestra historia: formando agentes de pastoral, creando seminarios, hemos estado al origen de la fundación 22 congregaciones religiosas femeninas.

Encarni Llamas Fortes

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