Con el acto de reconocimiento a las voluntarias que durante este curso académico han impartido los diferentes talleres ha concluido el programa formativo que Cáritas Diocesana de Jaén desarrolla en la prisión Jaén II. En las diferentes actividades, que se retomarán pasado el verano, han participado unos doscientos internos.
Diecisiete han sido los talleres impartidos de temáticas tan variadas como iniciación al inglés, lengua de signos, habilidades sociales o relajación musical. «Lo de menos es el contenido o el nivel de la formación. Lo importante es que estos talleres son para ellos un punto de encuentro, de aprendizaje o esparcimiento, y, sobre todo, un lugar de escucha donde lo que importa son ellos como personas», explica Francisco Oya, responsable del Programa de Reclusos de Cáritas Diocesana de Jaén.
Más de una veintena de voluntarios, en su mayoría alumnas de la Universidad de Jaén, han hecho posible el desarrollo de los talleres. Durante el acto de clausura de los cursos, el director de Cáritas Diocesana de Jaén, Rafael López Sidro, les agradeció su dedicación y su esfuerzo al tiempo que destacó la importancia de su trabajo «por mostrar a la sociedad aquello que no quiere ver, por hacer visible la realidad de la prisión y contribuir a romper miedos y prejuicios».