Día del Discapacitado

Recuerda que en nuestra iglesia nadie puede quedar al margen. El próximo día 3 de diciembre se celebra el Día Internacional del Discapacitado. Esta jornada está destinada a hacer conocer "los problemas ligados a las incapacidades y a movilizar los apoyos en favor de la dignidad, los derechos y el bienestar de las personas discapacitadas", y el objetivo es "hacer conocer mejor las ventajas que pueden desprenderse de la plena integración de estas personas en la vida política, cultural, social y económica".

En la Diócesis de Huelva existen varios iniciativas de inspiración cristianas que trabajan directamente con este colectivo social: Frater, Obras Cristianas, Hogar de Nazaret, …, más de 20 residencias e instituciones a las que cabría añadir otras de orden civil, como Aspapronias, muy vinculadas a la Iglesia Onubensa.

Discapacitados físicos o intelectuales, que muestran el rostro necesitado y débil de la Iglesia, donde nadie debe quedar al margen porque todos complementamos el mismo Cuerpo Eclesial. 

Con la llegada del cristianismo y la predicación del Evangelio surgió una nueva forma de enfrentar la discapacidad. La sociedad y especialmente la Iglesia asumieron la protección de estas. Los primeros intentos de una educación y rehabilitación de los ciegos y los sordos, se llevaron a cabo entre los religiosos de la Edad Media. Paulatinamente, al ser educados y aprender ciertos oficios, los propios discapacitados reclamaron su justa aceptación e integración en la sociedad.

Hoy por hoy hemos comprendido que las personas con algún impedimento tienen todo el derecho a vivir en sociedad y es nuestro deber aceptarles, integrarles y crear formas que permitan su incorporación plena a la vida familiar, social y laboral. No sólo están los argumentos sociológicos, psicológicos y pedagógicos, sino también fuertes verdades bíblicas apoyan esta tesis.

El Instituto Nacional de Estadística acaba de hacer público, el pasado 4 de noviembre, el avance de resultados de la Encuesta de Discapacidad, Autonomía personal y situaciones de Dependencia (EDAD 2008). Según este avance, el número de personas con discapacidad residentes en domicilios familiares asciende a 3,85 millones, lo que supone el 8,5 por cien de la población. 

Sin embargo aún muchos no se dan cuenta que lo justo es la aceptación e integración de ellos como personas normales, con los mismos deberes y derechos que el resto de los individuos de la sociedad. Dios creó un solo mundo para ser disfrutado por el hombre, como dice aquella canción popular "¿Para qué vivir tan separados si la tierra nos quiere juntar? Este mundo es uno y para todos…" En la Biblia, Job asegura acerca de la discriminación que Dios "os reprochará de seguro, si solapadamente hacéis acepción de personas" (Job 13:10).

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