Desde el pasado domingo día 22, a las 7 de la tarde, en la parroquia de Santa María de Huéscar se rezan las vísperas, coincidiendo con la octava del Corpus. Tienen lugar en el coro de dicha parroquia, con la peculiaridad de que se hacen cantadas en latín.
Acude un gran número de fieles, la mayoría de ellos hermanos de la Hermandad del Santísimo. También asiste un grupo de sacerdotes, sobre todo los hijos del pueblo de Huéscar, que acompañan a los sacerdotes de dicha parroquia.
Al finalizar el rezo de vísperas, estando en todo momento el Santísimo esta expuesto en el altar mayor, se celebra una procesión claustral en dicho templo.
Y todo ello gracias a la Hermandad del Santísimo que, después de cerca de quinientos años de existencia, sigue viva y pujante. A ella pertenecen más de cuatrocientos hermanos, entre hombres y mujeres.
Las visperas finalizarán, cuando el próximo jueves, la Hermandad del Santísimo, saque a la calle la hermosísima «Torrecilla», en el trono que adquirieron el año pasado. La procesión se detendrá de nuevo en cada uno de los pequeños altares que se realicen y la Capilla Musical interpretará cada uno de los villancicos, supervivientes de una centenaria tradición musical que hunde sus raíces en los primeros años del siglo XVI. Una vez más, religión, belleza y cultura se aúnen para rendir culto y adoración a Jesús Sacramentado.
José Antonio Martínez Ramírez
Vicario Parroquial de Huéscar