Pequeño Monasterio de la Paz

Inaugurado en Granada el monasterio de las Hermanitas del Cordero. El Arzobispo de Granada, D. Javier Martínez, bendijo el martes 3 de marzo en Granada el Pequeño Monasterio de la Paz, de las Hermanitas del Cordero, que tienen una comunidad en la ciudad y de cuya vocación al Señor dan testimonio a través de la atención a mendigos en las calles, a quienes cuidan y acompañan en medio de su indigencia.

Además de bendecir las discretas instalaciones de este monasterio -que se encuentra en la calle Paz, de Granada, y cuya construcción comenzó en noviembre de 2007-, Mons. Martínez presidió la Liturgia de la Palabra, a la que asistieron numerosos fieles y miembros de la Curia, que quisieron así acompañar a las religiosas en un momento tan importante para ellas.

Durante su intervención, el Arzobispo habló de la morada –“un concepto casi esencial a la vida humana”- y de la necesidad que tenemos de una casa, una familia y una patria: “Al final, descubrimos que la patria que buscamos se llama Dios, que la familia que buscamos se llama Dios, que el hogar que buscamos, nuestra verdadera casa, se llama Dios, o es el lugar donde uno puede compartir la vida con Dios. Y sin Dios no hay casa, ni familia, ni patria”.

En este sentido, Mons. Martínez subrayó el hecho de la Encarnación –“el primer momento en el que realmente la Sabiduría ha tenido una morada en este mundo”-: “Para mí, un motivo de contemplación muy sencillo, que me lo provoca siempre el rezo del Ángelus, es pensar que la Virgen tenía a su Niño en su regazo, o en su seno, o Le estaba dando de comer, y estaba en un templo. No tenía necesidad de pensar en un Dios que estaba más allá del mundo, de todas las cosas. Tenía a su hijo y allí estaba la gloria de Dios”, explicó.

Asimismo, D. Javier Martínez subrayó que “la Iglesia es el templo donde Dios mora, donde la Trinidad mora, donde el Hijo de Dios se une a nosotros y nos hace hijos de Dios”. “Y la morada de Cristo es la Esposa de Cristo”, concluyó.

“Pero lo sorprendente es que, cuando encontramos a Dios, resulta que es Él quien nos busca a nosotros. La sorpresa es que nosotros Le buscamos a Él y Le descubrimos a Él buscándonos a nosotros. Nosotros buscamos a quien satisfaga nuestro corazón y descubrimos que, para Él, su satisfacción es estar junto a nosotros”, continuó.

“Que el Señor os conceda a vosotras, a las que os vais a quedar y a toda la Comunidad del Cordero, ser un signo transparente de ese Amor, que es lo que más necesitamos los hombres”, rezó D. Javier Martínez durante la Liturgia de la Palabra en el Pequeño Monasterio.

A la bendición del Pequeño Monasterio de la Paz y Liturgia de la Palabra acudieron numerosos fieles que quisieron acompañar a las Hermanitas del Cordero, así como el párroco de la Magdalena, D. Francisco Montero, iglesia a la que pertenece el Monasterio; el Rector del Seminario Menor, D. Miguel Ángel Morell; el sacerdote diocesano y párroco de San Gregorio Bético, D. José Antonio Puerta, impulsor de la construcción de este Monasterio; y miembros de la Curia Metropolitana de Granada, entre ellos el Vicario General y Moderador D. Manuel Reyes.

La Asociación Pública de Fieles, Comunidad del Cordero, Hermanitas de Santo Domingo, fue erigida en Perpignan (Francia) por Mons. Jean Chabbert, Arzobispo-Obispo de Perpignan, el 6 de febrero de 1983, y sus Estatutos aprobados el 11 de febrero de 1987.

El entonces Arzobispo de Granada, D. Antonio Cañizares Llovera otorgó su consentimiento en 2002 para que la comunidad de Hermanitas del Cordero se establecieran en la Diócesis.

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