Música en la Catedral: una riqueza de siglos que toma un nuevo impulso

Diócesis de Cartagena
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La diócesis de Cartagena es una sede episcopal dependiente de la archidiócesis de Granada, en España. Su sede es la catedral de Santa María, situada en la ciudad de Murcia.

En el día de santa Cecilia, nos adentramos en la Catedral para descubrir sus realidades musicales y la nueva entidad que las agrupa: la Capilla de Música de la Catedral de Murcia.

Históricamente, las catedrales han sido un foco de desarrollo para la música: composición, interpretación, conservación, formación… y esta riqueza musical continúa hoy.

La Catedral de Murcia cuenta actualmente con la Schola Gregoriana, que acompaña diversas liturgias; un Coro de la Catedral de carácter polifónico; un fondo musical desde finales del siglo XVI; y, por supuesto, el órgano, que suena en las celebraciones a diario.

Estas realidades, frente a otras que colaboran con la Catedral de manera ocasional, tienen en el templo catedralicio su principal servicio. Responden a una tradición de siglos y lo hacen ahora con una novedad: la Capilla de Música.

Un proyecto que vuelve después de siglos

«Gracias al apoyo incondicional del Cabildo, nos presentamos de nuevo, como hace siglos, como la Capilla de Música de la Catedral de Murcia», explica Javier Marín, director del Coro de la Catedral. Esta entidad, la Capilla de Música, permitirá coordinar las realidades musicales ligadas a la Catedral bajo una misma identidad, darle una mayor difusión a su trabajo e impulsar nuevos proyectos.

Es, en definitiva, una red; «una comunicación entre estos diferentes servicios, que en realidad son uno: la música que se trabaja y se potencia en la Catedral como parte del servicio de evangelización y de dignificación de la liturgia», dice Javier Marín. Todo en un lugar, la Catedral, que es muy significativo, por tratarse de «un foco de acercamiento de fieles, que acuden a todas horas a sus celebraciones»; un motivo más para cuidar de manera especial la música y evangelizar por medio de la belleza.

La Schola Gregoriana: el canto que es un «tesoro de la Iglesia»

Una de las realidades de esta Capilla de Música es la Schola Gregoriana de Murcia, que perpetúa una tradición presente en la Catedral desde sus orígenes: primero, como canto gregoriano, que hunde sus raíces en la Edad Media; después, como canto llano, que acompaña también a la polifonía y otros estilos. En concreto, esta Schola de voces masculinas nace en 1987, fundada por el tenor murciano Pepe Solano, para interpretar canto gregoriano y polifonía de la Edad Media. Desde entonces, diferentes directores –entre ellos Enrique González Semitiel– han contribuido a darle forma al grupo, que está integrado, además, en la Asociación Española para el Estudio del Canto Gregoriano.

Dentro de la Catedral, acompaña grandes liturgias y, más recientemente, la Misa vespertina de los terceros domingos de mes. «Pensamos que era interesante que la Schola participara en la Catedral al menos una vez al mes; no solo para continuar aportando a la liturgia con el canto gregoriano y que este se conozca más, sino también para que descubramos más repertorio», dice Eduardo Martínez Gracia, actual director de la Schola. Y esto porque «cada día del año tiene un repertorio propio en el canto gregoriano; un repertorio inmenso que conviene conocer, estudiar y cantar en su contexto, que es la liturgia».

Este canto, además, sigue siendo el oficial de la Iglesia después del Concilio Vaticano II: «La constitución apostólica Sacrosanctum Concilium sigue estableciendo el canto gregoriano como el propio de la liturgia, que hay que elegir en las catedrales, en la medida de lo posible, por encima de los demás», explica el director. «Y es un canto con una profundidad espiritual inmensa, un tesoro de la Iglesia que no se puede perder», añade.

La Schola Gregoriana cuenta en la actualidad con unos 25 cantantes, que se reúnen a ensayar todos los jueves en el Instituto Teológico de Murcia, OFM, de 19:30 a 21:30 horas; y está abierta a nuevas incorporaciones: «Cualquier hombre que quiera acercarse e interesarse por el canto gregoriano puede hacerlo. No es necesario tener grandes conocimientos para empezar; solo tener oído». Un canto que, desde el siglo XIX, está acompañado por el órgano.

El órgano Merklin-Schütze, un instrumento único

Construido por Joseph Merklin y por su cuñado, Friedrich Schütze, el órgano de la Catedral llegó a Murcia en 1857 y fue en su momento el más grande de Europa. «Es un órgano romántico de construcción muy especial. En uno tenemos tres, porque el interior –su estructura– es alemán, su sonido es francés y sus trompetas tienen las características de las españolas», explica Manuel Torregrosa, organista titular del Merklin de la Catedral. Pese a su complejidad, el organista explica que tiene un «sonido muy bello», con una «dulzura en sus registros difícil de encontrar en los grandes órganos».

Restaurado en profundidad hace 15 años, el Merklin suena cada día en la Misa de 10:00 y 12:00 horas, además de en otras celebraciones. Y protagoniza también otros eventos, como el actual VII Ciclo Internacional de Órgano Murcia, que ofrece conciertos de organistas de renombre cada jueves durante este mes de noviembre.

Los fondos musicales de la Catedral: un legado para darle vida

En toda esta riqueza, hay un patrimonio que no vemos: el de los fondos musicales conservados en la Torre de la Catedral, con obras desde finales del siglo XVI. Aunque mermado por el incendio que sufrió el templo catedralicio en 1854, el archivo guarda muestras muy interesantes: «Hay piezas que son exclusivas, hechas por maestros de capilla de la Catedral; y eso es un elemento que tenemos que promocionar como parte de nuestro patrimonio regional», dice Consuelo Prats Redondo, investigadora en este archivo.

Se trata de catalogar los fondos, revisar las distintas composiciones y reconstruir esa música para que, de nuevo, pueda interpretarse. «La música es para eso. Mientras está en los papeles no es música, son signos», defiende. «Y por supuesto, está hecha para darle más relevancia y expresión al texto que acompaña, algo fundamental en la liturgia de todas las épocas».

En esta música, además, se unen las dos tradiciones más importantes de la España del momento: la castellana y la levantina. «Murcia era un lugar bisagra entre Levante y Castilla. Aquí había una tradición castellana, pero venían muchos músicos de la zona levantina para aprenderla y poder así acceder a las capillas de otros lugares de España». Unas características, explica Consuelo Prats, que convertían a Murcia en un lugar muy atractivo para los músicos de la época.

El Coro de la Catedral de Murcia: la riqueza de la polifonía

La mayoría de las piezas conservadas en los fondos son polifónicas; un estilo representado en la Capilla de Música por el Coro de la Catedral de Murcia, que nace en los años 80 para solemnizar la liturgia con música culta. El coro, que ha pasado por varios directores –Gabriel Bastida, Juan Mario Moreno, Alfonso Guillamón, Carmen María Bastida…– ha ido evolucionando, siempre con el servicio a la Catedral como centro. En 2017, se instituyó también como Coral Canticorum Iubilo, y acompaña hoy el rezo y Misa de tercia de la Catedral una vez al mes, a las 10:00 horas.

En su labor musical, cuidan que los principales cantos de la Misa –kyrie, gloria, sanctus, Agnus Dei…– pertenezcan a un mismo compositor. El resto de cantos, llamados «libres», pueden proceder de distintos autores, con composiciones del siglo XXI, pero también piezas renacentistas, barrocas o del XIX. «Hay un repertorio muy variado, en el que tampoco hemos discriminado otros movimientos polifónicos, como podría ser la música de Taizé», explica el actual director del coro, Javier Marín. «En ese caso, son composiciones sencillas y facilitan que el coro polifónico conduzca una celebración donde, dentro de ese registro, la asamblea también cante».

Normalmente apoyado por el órgano, este coro se ha acompañado también con otros instrumentos, sobre todo en celebraciones diocesanas; y busca rescatar el acompañamiento de los llamados «ministriles»; intérpretes de instrumentos de música antigua que, en época barroca, tocaban junto a los coros e imitaban con sus melodías las distintas voces –tenor, bajo, contralto…–.

El coro ensaya los miércoles en el Instituto Teológico de San Fulgencio de Murcia, de 20:00 a 21:30 horas, para prestar un servicio con un futuro y una tradición que trasciende a sus miembros. «Eso hace que nos sintamos abiertos a que nuevas personas vengan, porque no están viniendo a un coro cualquiera; están viniendo a participar de la música polifónica de la Catedral de Murcia», dice Javier Marín; e invita a que nuevos cantantes se sumen al proyecto, seguro de que es perfectamente compatible con pertenecer a otras corales o servicios musicales.

Una realidad que, como todas las que conforman la nueva Capilla de Música de la Catedral, contribuye a vivir la liturgia, darle profundidad y evangelizar a través de la armonía y la belleza.

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