Mons. Sebastián Chico ya es Obispo auxiliar de la Diócesis de Cartagena

Diócesis de Cartagena
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La diócesis de Cartagena es una sede episcopal dependiente de la archidiócesis de Granada, en España. Su sede es la catedral de Santa María, situada en la ciudad de Murcia.

Mons. Sebastián Chico Martínez ya es Obispo auxiliar de la Diócesis de Cartagena. A las 14:00 horas finalizaba la celebración de su ordenación episcopal en la Catedral de Murcia, a la que han asistido más de 2.500 personas.

 

A las 9:30 horas se abrían las puertas de la Catedral para acoger a los fieles. Ha presidido la celebración y actuado como ordenante principal el Obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes, y como concelebrantes principales el Nuncio Apostólico de Su Santidad en España, Mons. Renzo Fratini, y el Arzobispo de Valencia, cardenal Antonio Cañizares. Han participado también los arzobispos de Granada y de la Seu de Urgel y obispos de Cuenca, Asidonia-Jerez, Santander, Cádiz-Ceuta, Getafe, Orihuela-Alicante, Almería, Albacete, Guadix, Canarias y de Idiofa (República del Congo); auxiliares de Barcelona, Madrid y Valencia; y los eméritos de Burgos, Zaragoza y los dos de Orihuela-Alicante.

Tras invocar al Espíritu Santo con el canto del “Veni Creator”, los dos sacerdotes que acompañaban a Mons. Chico –directores espirituales del Seminario San Fulgencio– han pedido a Mons. Lorca que lo ordenara obispo, momento en el que el Obispo de Cartagena ha mandado que se leyera la bula papal del nombramiento.

En su homilía, el Obispo de Cartagena ha destacado que el ordenando está llamado en su nuevo ministerio al servicio y le ha animado a tener siempre de referente a Jesús, “modelo de fidelidad” y ser así “instrumento de comunión y de paz”; y a imitar a María para “responder ante las sorpresas de Dios con generosidad”.

De las cualidades del nuevo ministerio que Mons. Chico afronta a partir de hoy también le ha hablado en su homilía: de la cercanía, la sencillez, la humildad, la alegría y la dulzura de carácter; y todo, para dar fruto: “Un obispo no puede ser de secano, está llamado a dar frutos y en su rostro se deben manifestar las señales de la intrepidez y de la valentía para hacer patente la abundancia de la gracia y la misericordia de Dios; está llamado a cuidar de los hermanos para que permanezcan unidos y es promotor de caridad, porque es testigo del amor más grande del mundo”.

Una vez más, Mons. Lorca ha destacado que, con la presencia de Mons. Chico, podrá estar más cercano a la Iglesia que pastorea, contando también con la ayuda de Mons. Francisco Gil, Arzobispo emérito de Burgos, que desde su jubilación reside en Murcia. “Nos pondremos en marcha los dos; con parresía, los dos; con la ilusión por la misión, los dos; hasta que nos falten las fuerzas a los dos. Por servir a todos, que para eso nos ha llamado el Señor. Ya sabes que contamos con la ayuda inestimable de nuestro hermano mayor, Don Francisco Gil Hellín, un arzobispo que vive en el júbilo de estar siempre disponible”.

El Obispo recordó a los sacerdotes enfermos y pidió a toda la Iglesia diocesana mantenerse en comunión: “Os pido caminar juntos, mirar el presente y el futuro juntos; celebrar la fe en comunión y en caridad y vivir con un solo corazón y una sola alma. Dios os bendiga”.

La celebración ha continuado con el rito de la ordenación. En un primer lugar con la promesa del elegido y la letanía de los santos en la que, mientras se canta, el elegido, como signo de humildad, se postra en tierra. El rito principal de la ordenación es la imposición de manos. Después de hacerlo Mons. Lorca, todos los obispos han impuesto las manos sobre el ordenando, que es el gesto por excelencia con el que la liturgia invoca al Espíritu Santo sobre una persona. Después, el celebrante principal ha ungido la cabeza del elegido con el Santo Crisma y le ha entregado el libro de los evangelios y los signos episcopales: el anillo, la mitra y el báculo. Tras el abrazo de los obispos, como acogida dentro del episcopado ha transcurrido la liturgia eucarística.

Uno de los momentos especiales ha sido cuando, tras la comunión, el nuevo obispo ha recorrido el templo catedralicio bendiciendo a los fieles, acompañado por el Arzobispo emérito de Burgos y el Arzobispo emérito de Zaragoza, Mons. Manuel Ureña (quien siendo Obispo de Cartagena ordenó sacerdote a Mons. Chico).

Antes de finalizar la celebración, el Obispo auxiliar de Cartagena se ha dirigido a los presentes. Su acción de gracias ha comenzado refiriéndose a Dios, “por el don del Espíritu Santo” recibido en la Ordenación. Ha tenido palabras de agradecimiento también para el Papa Francisco por su nombramiento; para el Nuncio de Su Santidad, el Cardenal, arzobispos y obispos presentes en la celebración.

Emotivas han sido las palabras dirigidas al Obispo de Cartagena “por la paternidad que siempre me ha manifestado”; y para los sacerdotes del presbiterio diocesano, “¡Qué orgulloso me siento de ser uno de vosotros e iniciar mi ministerio junto a vosotros!”.

También se ha dirigido a su familia, a los seminaristas, religiosos y religiosas, así como a los más de 90 voluntarios que han colaborado en la celebración y al coro y la orquesta, con 80 personas de diferentes corales y coros parroquiales. Al Cabildo le agradeció la presencia de la Virgen de la Fuensanta, patrona de Murcia en la Catedral, que ha retrasado el regreso a su santuario para estar en esta celebración.

María de León

 

Homilía de Mons. Lorca Planes

Palabras de Mons. Chico Martínez

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