El pasado viernes, 1 de junio, el Obispo de la Diócesis de Cartagena, Mons. D. José Manuel Lorca Planes, presidió el Pleno Nacional del Movimiento de Cursillos de Cristiandad (MCC) en Madrid, que ha durado hasta ayer, 3 de junio. El acto tuvo lugar en la Casa de Ejercicios de Cristo Rey, en Pozuelo de Alarcón. Junto al Sr. Obispo, en este Pleno Nacional estuvieron Mons. D. Ángel Rubio, Consiliario Nacional y Obispo de Segovia, y Dñª. María Dolores Negrillo, Presidenta del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de España.
Según han comunicado desde este Movimiento, el tema de trabajo fue la Inserción Diocesana del MCC. A la reflexión y el diálogo de los participantes han contribuido de manera extraordinaria y profunda las tres ponencias fundamentales del encuentro: «La inserción del MCC en la Pastoral Diocesana» de Mons. D. José Manuel Lorca, Obispo de Cartagena; «Acciones concretas para una auténtica inserción» de D. Juan José Rodríguez, Delegado de Apostolado Seglar de la Diócesis de Getafe y «Presentación de la Carta Apostólica de S.S. Benedicto XVI, Porta fidei» de Mons. D. Raúl Berzosa, Obispo de Ciudad Rodrigo.
Después de las sesiones de trabajo, se elaboraron las siguientes conclusiones:
1º-. La Inserción Diocesana es un reto que el MCC tiene que afrontar hoy, para realizar eficazmente su tarea evangelizadora, especialmente ahora que tanto podemos aportar, en el ámbito de la Nueva Evangelización.
2º-. Por tanto, tenemos que seguir descubriendo y trabajando, la forma de realizar esa Inserción Diocesana, reflexionando, discerniendo y clarificando nuestros planteamientos y objetivos, los ámbitos, las posibilidades y los cauces concretos de actuación.
3º-. La Inserción Diocesana ciertamente requiere renovar una clara conciencia de nuestra identidad, que nos permita tener claro lo que somos y a lo que hemos sido llamados y seguir esforzándonos en asumir plenamente nuestro carisma, mentalidad, finalidad y método propio.
4º-. La Inserción Diocesana también implica el mantener unas estructuras de servicio (Escuelas y Secretariados) sólidas, dinámicas, conscientes y entusiasmadas, en las que se viva la comunión y se impulse al compromiso evangelizador.
5º-. Desde ahí, la tarea pasa por estar presentes y trabajar en la Diócesis en las estructuras de pastoral, con otros movimientos y asociaciones laicales y en las parroquias, dando pasos concretos que nos permitan poner al servicio de la Iglesia nuestro potencial evangelizador.
Movimiento de Cursillos de Cristiandad