Creer, celebrar y vivir la Eucaristía

Carta Pastoral del Obispo de Cádiz y Ceuta, D. Antonio Ceballos Atienza, con motivo del Día del Enfermo. Mis queridos diocesanos:

El próximo día 17 de mayo, Domingo VI de Pascua, celebramos la Campaña del Enfermo.

1. Tiempo pascual

Dentro del Tiempo pascual en el que nos encontramos y en el que recordamos el triunfo de la vida sobre la muerte por la Resurrección del Señor, tiene una especial significación el dirigir nuestra atención y nuestra oración hacia el mundo del dolor y sufrimiento que es el de nuestros enfermos, y reflexionar sobre la Pastoral Sanitaria en nuestras instituciones hospitalarias y en nuestras comunidades cristianas.

Desde tiempos atrás, la intuición de fe de nuestros antepasados hizo del tiempo pascual una ocasión propicia, para que el Señor Resucitado hiciera brillar la claridad de su presencia en la oscuridad del mundo del dolor y de nuestros enfermos. Es la Pascua del enfermo la que celebramos. La Pascua del enfermo nos ofrece la posibilidad todos los años de movilizar a la comunidad parroquial para traer a la celebración de la Eucaristía a todos los enfermos que les resulte posible. Esta acción tiene un hondo significado.

2. Significación de la Pascua del Enfermo

 
La Pascua del Enfermo significa:

–  que Cristo Resucitado pone en toda enfermedad una semilla de esperanza;

– que Cristo Resucitado convierte el dolor y el sufrimiento en una continuación de su misterio de dolor, en una comunión con su pasión, en una fuente de santificación;

– que la enfermedad ya no tiene que ser una desgracia, que puede ser una gracia. ¡Todo es gracia!;
 
–  que muchas enfermedades pueden ser evitadas, porque son consecuencias de excesos o imprudencias humanas, fruto amargo del pecado; pero la Pascua vence al pecado;

– que la enfermedad como la misma muerte, son sólo un paso hacia la plenitud y la vida, en la que ya no habrá llanto ni dolor.

3. Creer, celebrar y vivir la Eucaristía

En la Pastoral de la Salud los Sacramentos tienen una gran importancia. A ellos se dedicó la Campaña del año 1994 con el lema “celebra la vida”. Este año, siguiendo el Plan Pastoral de la Conferencia Episcopal Española: “Vivir de la Eucaristía”, dedicamos la Campaña del Enfermo 2009 a la Eucaristía, con el siguiente lema: “Creer, celebrar y vivir la Eucaristía”.

El lema de este día no se refiere a la enfermedad sino a la salud, cuya fuente es Jesús, realmente presente en la Eucaristía: “es hora de creer, vivir y celebrar la Eucaristía”.

La salud es, sin duda, una aspiración frecuente del ser humano. Tal vez un  primer servicio de la Pastoral sanitaria de la Iglesia debería ser el capacitar a los hombres a entender mejor lo que es la salud integral, la salud de todo hombre. Una salud que hace más sano y más humano a los hombres, que le ayuda a buscar un sentido más pleno de la vida, que le empuja hacia la totalidad integral, y que nosotros, como creyentes, pensamos que sólo alcanza en la participación de esa vida que brota del misterio de la muerte y resurrección de Jesucristo.

4. Celebrar la Eucaristía en la Pascua del Enfermo

Es hora de creer, vivir y celebrar la Eucaristía en la Pascua del Enfermo, para trabajar con esperanza, totalmente renovada, y para hacer posible la luz de la Pascua que transforma nuestra vida. A ella debemos acudir y participar activamente con nuestras capacidades y carencias:

– Los enfermos con su realidad dolorosa, pero también con su carácter de testigos de que la fuerza de Dios brota de la debilidad.

– Los familiares, como verdaderos acompañantes, que comparten el dolor, el cariño y la ternura y el apoyo ante las dificultades materiales y espirituales.

– Los profesionales de la salud con la  generosa entrega y abnegación y el calor de los que siguen siendo capaces de hacer frente a la fatiga y el posible desengaño o desaliento.

– Todos juntos viviendo la Pascua del Enfermo, cada uno desde su misión y en comunión y fraternidad.
5. Necesidad pastoral de asegurar la asistencia espiritual de los enfermos

La Proposición 42 de la XI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos está dedicada a los enfermos, y en el Mensaje final, dirigiéndose a los que sufren, les dice que participan de una manera singular en el Sacramento de la Eucaristía, como testigos privilegiados del amor que de ella se deriva.

El Papa Benedicto XVI en la exhortación apostólica postsinodal Sacramentum Caritatis  “llama la atención de toda la comunidad eclesial sobre la necesidad pastoral de asegurar la asistencia espiritual a los enfermos, tanto a los que están en su casa como a los que están hospitalizados” (…) “Se ha de procurar que estos hermanos y hermanas nuestros puedan recibir con frecuencia la Comunión sacramental. Al reforzar así la relación con Cristo crucificado y resucitado, podrán sentir su propia vida integrada plenamente en la vida y misión de la Iglesia, mediante la ofrenda del propio sufrimiento en unión con el sacrificio de nuestro Señor Jesucristo”.

6. Nueva ocasión pastoral

Este mismo espíritu, con el lema del presente año, nos brinda una nueva ocasión para:

1. Considerar la íntima unión que existe entre el misterio eucarístico, el papel de María en el plan salvífico y la realidad del dolor y del sufrimiento del hombre.

2. Subrayar la importancia de la santa Misa, de la adoración eucarística y del culto a la Eucaristía para todos los cristianos, haciendo que las capillas en los centros de salud se transformen en el corazón palpitante en el que Jesús se ofrece incesantemente al Padre para la vida de la humanidad.

3. Suscitar en nosotros una solicitud amorosa en formar a los enfermos y de cuantos sufren, en los que la comunidad cristiana ha de reconocer el rostro de su Señor.

4. Encontrar la pastoral de la salud, sus agentes y los mismos enfermos, en la Eucaristía la fuerza espiritual necesaria y eficaz para llevar la cruz y valorar el sufrimiento como escuela de santidad y aportación salvífica.

5. Convertir el dolor, acogido con fe, en puerta para entrar en el misterio del sufrimiento redentor de Jesús y para llegar con Él a la paz y felicidad de su resurrección, “por la Cruz a la luz”.

6. Dar testimonio de que la única respuesta válida al dolor y al sufrimiento humano es Cristo, el cual al resucitar venció a la muerte y nos dio la vida sin fin.

7. Mostrar que la Eucaristía, distribuida a los enfermos con decoro y reverencia, es alimento y consuelo para quienes sufren cualquier forma de enfermedad.

7. Oración y agradecimiento

Jesús Eucaristía es, pues, nuestra salud en el sentido más pleno de la palabra. Debemos tener fe en que Él nos pueda curar, incluso de nuestras enfermedades, como lo hizo cuando pasó por este mundo “haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo” (Hch 10,38).

Seamos agradecidos con el Secretariado Diocesano de Pastoral de la Salud, comisión de profesi
onales sanitarios cristianos y de salud.

Os invito a participar en esta Campaña del Enfermo, y a que dirijáis vuestras oraciones por los enfermos, mostrando también vuestro agradecimiento a todas las personas que se entregan en su atención y cuidado, así como a las instituciones hospitalarias y comunidades cristianas.

Pongo bajo la advocación de la Virgen de Lourdes esta tarea pastoral suplicándole: “Oh María, Reina de los enfermos, Madre de los enfermos que hoy ponemos en tus manos, Virgen gloriosa y bendita”.

Reza por vosotros, os quiere y bendice,

+ Antonio Ceballos Atienza
Obispo de Cádiz y Ceuta

Cádiz, 8 de mayo de 2009

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