Los jóvenes de la Adoración Nocturna celebran su primera vigilia diocesana en Jaén

Diócesis de Jaén
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La diócesis de Jaén es una iglesia particular española sufragánea de la archidiócesis de Granada. Sus sedes son la Catedral de la Asunción de Jaén y Catedral de la Natividad de Nuestra Señora de Baeza.

El Seminario de Jaén ha acogido a más de cien jóvenes llegados de toda la provincia y de otros lugares de España, con el único fin de pasar una velada junto a Jesús Eucaristía. Se celebraba la primera vigilia diocesana de jóvenes de la Adoración Nocturna en Jaén. Un evento de elevada importancia, ya que es el primero de estas características que se celebra en España.

117 jóvenes adoradores llegados de Torredelcampo, Baeza, Villacarrillo, Marmolejo, Jódar, Torreperogil, Orcera, Huelma, Mengíbar, Jaén, así como el Seminario Mayor, el delegado nacional de jóvenes y los delegados de jóvenes de Almería, Málaga y Valencia hicieron posible con su asistencia, participación y fe que se llevara a cabo esta I Vigilia juvenil que tan hondo caló en los corazones de los asistentes durante un fin de semana.

Primero se llevó a cabo la recepción de los participantes y su instalación en las habitaciones del seminario o en el gimnasio habilitado para todos aquellos que decidieran descansar un ratito a lo largo de la noche.

A continuación comenzó el acto de apertura con la presentación de don Antonio Garrido de la Torre, vicario episcopal, don José Ángel Riofrancos Espinosa, director espiritual de jóvenes de la Adoración Nocturna de España, don Carmelo Zamora Expósito, rector del seminario y don Pedro García Mendoza, presidente nacional emérito de la Adoración Nocturna, quienes participaron en la vigilia junto a los jóvenes. Lo mismo hicieron los seminaristas, quienes tras presentarse, se ofrecieron a contestar cualquier duda o pregunta.

Ligado al acto de apertura estuvo la invocación al Espíritu Santo con las canciones de David Vargas, cantautor y autodidacta colombiano afincado en Elche, cuya melodía y letra creó el mejor de los ambientes para una correcta predisposición de los asistentes a los actos que continuaban. Las canciones, que se convirtieron en leit-motiv a lo largo de la vigilia, fueron coreadas por todos los jóvenes llegando a hacerlas suyas. Esta invocación se cerró con una de las más bellas canciones que escuchamos esa tarde, dedicada a nuestra Madre, la Virgen: «Quiero hacer un pacto contigo, María / quiero hacer un pacto de amor/ y Tú conmigo / y yo contigo / Dios en el centro de nuestra unión».

Un via lucis, preparado previamente por todas las secciones juveniles de adoradores de la provincia, nos hizo recorrer la resurrección de Cristo, el encuentro de Jesús resucitado con María Magdalena y las mujeres, el momento en el que Pedro y Juan contemplan el sepulcro vacío, la aparición de Jesús en el camino de Emaús, en el lago de Galilea y a sus discípulos, el fortalecimiento de fe de Tomás, su despedida y la venida del Espíritu Santo en Pentecostés. Un cirio pascual alumbraba este camino de resurrección y esperanza, que estaba marcado, a lo largo del campo de fútbol del seminario, por custodias. Diez estaciones de luz que finalizaron en una oración conjunta alrededor del símbolo del cristiano: la cruz.

No sólo de pan vive el hombre, pero también es necesario reponer fuerzas para una noche en vela, de ahí que el consejo diocesano preparara una cena; aperitivos, sándwiches y tortillas de patatas llenaron el pasillo del claustro del seminario. Un momento importante en el que se tuvo la oportunidad de conversar unos con otros, conocerse un poco más y transmitir nuestras inquietudes.

A las once de la noche comenzó la eucaristía, concelebrada por don Carmelo Zamora y don José Ángel Riofrancos y presidida por don Antonio Aranda Calvo, Consiliario Diocesano de la Adoración Nocturna de Jaén, que en la homilía nos animó a ser valientes adoradores, sin flaquear en nuestra condición de cristiano, mostrar en nuestra vida diaria la fe y el carisma que llevamos dentro.

Tras finalizar la Eucaristía y hasta las ocho de la mañana la capilla del Seminario Mayor se llenó de emoción, recogimiento, sentimientos y adoración, a través de los diferentes turnos de vela que llevamos a cabo todos los presentes. La gran mayoría de los adoradores compartió más de un turno, un momento de intimidad entre Jesús Eucaristía y cada uno de nosotros, un momento de manifestación de fe conjunta, un momento petición y agradecimiento al Padre. A esta noche de oración se unió el Señor obispo de Jaén, don Ramón del Hoyo, como un adorador más, con la humildad que le caracteriza, con la misma sencillez de quien participa del festín que se organiza en su casa, un ejemplo del que pudimos tomar nota todos los que estábamos presentes en esos turnos de oración avanzados en la noche. Esa misma sencillez la dejó ver en la mañana, en el momento de laudes, bendición y reserva, donde se confesó alegre por palpar la fe y disposición de los jóvenes presentes, y la alegría le invadió al compartir con nosotros su sentimiento de adorador. Todo lo resumió en: «Hemos orado a la diana, al centro de nuestra fe, a Jesús Eucaristía. No hay nada más.»

Esta misma idea fue remarcada en la Misa de envío, último acto programado en ésta, tan especial vigilia, y que fue celebrada por don José Ángel Riofrancos Espinosa, director espiritual de jóvenes, quien nos animó a mantenernos, siempre, firmes en la fe, a sentir consuelo y aliento en la oración, a demostrar con nuestra constancia que Dios es nuestro Padre, que siempre está aquí para todos. Fue una eucaristía marcada por la organización conjunta entre todos los asistentes; moniciones, lecturas, preces y ofrendas las llevaron a cabo los adoradores. Como parte del rito de envío se procedió a besar la Biblia, símbolo de la alianza con Dios. El compromiso ha de ir más allá de la oración, pues somos adoradores de noche y testigos de día, como bien marcaba la separata de la vigilia, y la generosidad consiste en compartir la sabiduría, la fe y la alegría que Cristo nos regala a diario.

En la despedida se nos agradeció por parte del presidente diocesano, don Antonio José Peña Cledera, nuestra asistencia y participación. Nos felicitó por la ilusión puesta en esta vigilia y la acogida que habíamos tenido hacia este acto.

Y este agradecimiento me gustaría extenderlo a todos los que han hecho posible esta primera Vigilia. Gracias a los miembros del consejo diocesano por tanto trabajo realizado no sólo hacer posible la vigilia, sino para que llegara a convertirse en una experiencia única en nuestra vida. Gracias a los delegados de otras provincias por acercaros a compartir con nosotros esta noche de oración, somos conscientes del esfuerzo que habéis hecho para estar unas horas con los adoradores de la provincia de Jaén, así como a don José Ángel Riofrancos, pues muchos los kilómetros dictan su residencia de nuestra localidad y agradecemos de corazón todos los consejos y palabras de ánimo que nos ha regalado. Gracias a Armando Santana Santos y a su familia, por el gran esfuerzo personal que han puesto en la organización de estos momentos de oración. Y gracias a todos los adoradores, que llegados de los distintos lugares de la diócesis, habéis hecho posible que compartamos nuestro amor por Jesús Sacramentado.

Que Jesús Eucaristía nos de fuerza para llevar a cabo su misión al igual que hicieron los apóstoles.

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