El sacerdote Guillermo Tejero, profesor de los Centros Teológicos de la Diócesis de Málaga y párroco de San Miguel, en Málaga, a ayuda a profundizar en el evangelio del Domingo III del Tiempo Ordinario, 23 de enero de 2022.
«Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír». Empezamos la reflexión sobre el Evangelio desde el final, porque nos recuerda que lo que acabamos de escuchar no son palabras vacías, no es un mensaje de whatshapp copiado que recibimos y reenviamos. Es la palabra de Dios que se ha encarnado y se cumple, en nuestra vida, en el hoy concreto, en la situación en la que nos encontremos, y nos tiene que llenar de esperanza.
Para ello tenemos que poner nuestra mirada en Dios, como nos dice el evangelio: «Toda la sinagoga tenía los ojos clavados en Él». Sincronizar nuestra vida, nuestra alma con Cristo, porque cuando dejamos de poner la mirada en Dios, de alzar nuestros ojos a Él, perdemos el norte. Las debilidades, las cruces, las dificultades nos pueden. Es poner la mirada en Él, para aprender a tener esa mirada sobre la vida que nos rodea, sobre nosotros mismos y sobre la Iglesia. Y así descubrir como Dios nos mira y nos muestra que en el hoy se cumple su palabra.
Y nos envía a ser Buena Noticia, Evangelio vivo para los demás. Buena Noticia para los que sufren, los más pobres. Buena Noticia para las familias. Buena Noticia para aquellos que han perdido la esperanza, la paz. Nuestra misión es ser Buena Noticia de Dios, pero para ello debemos poner la mirada en Dios, por medio de la oración diaria, que nos lleva a descubrir que hoy tenemos la gracia y el gozo de poder ser Evangelio vivo para los demás.