"El último de todos y el servidor de todos". Monseñor Iguacen, un hombre de Dios, fue obispo de Tenerife desde 1984 hasta 1991. Con esta afirmación de Jesús, que sirve de lema a la vida y el servicio ministerial de don Damián, inició el pasado martes el Diario de Avisos su contraportada sobre las vidas sacerdotales dedicada a uno de nuestros obispos eméritos. La próxima entrega estará dedicada al presbítero Miguel Pérez Álvarez.
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