La educación es diálogo, es práctica de deliberación, es tarea de padres, hijos y de formadores. La cuarta jornada del Congreso Fe-Cultura estuvo centrada en las técnicas pedagógicas. La tarde comenzó con el taller: “Creatividad para despertar la vocación”, impartido por Moisés Mato, director y pedagogo teatral. Todos los asistentes tuvieron la oportunidad de aprender jugando, con dinámicas gestuales, de movimiento y videos. Mato trató de que todos los participantes tuvieran una cosmovisión sobre un tema. Su idea fue que el trabajo en grupo tenga un objetivo común que rompa con las individualidades de cada persona. Una cosmovisión colectiva, un trabajo en grupo que intervenga la realidad con imágenes de la misma.
Tras la entrega de los premios de los concursos literarios y de dibujo, convocados por los organizadores del Congreso, el profesor Mato volvió a subir al escenario para, esta vez, impartir la ponencia “Educar la mirada”. El mismo expuso una serie de pautas a seguir, todas ellas teniendo como eje principal la libertad y la responsabilidad, al tiempo que señalaba la necesidad de tener una visión universal del mundo.
La educación es diálogo, aseguró el ponente, es práctica de deliberación, es tarea de padres, hijos y de formadores. Hizo hincapié en la necesidad de abrir el corazón para la labor educativa para mirar al mundo con ese corazón abierto, entender lo que quieren decir los acontecimientos y realidades que nos rodean.
Es fundamental –sostuvo Moisés Mato – tener un concepto de la realidad, al tiempo que valoró la importancia de los medios de comunicación, pero alertó de que, a veces, nos dan una visión errónea, o limitada de la propia realidad, ya que están al servicio de las empresas y de los que pagan la publicidad, etc. Aún así, el profesor invitó a no dejarse influenciar por ello, sino a “preparar el corazón para ver y darnos cuenta de la realidad y saber mirar los problemas del mundo”. Para ello – sostuvo- hay que vivir desde una libertad situada “ejercida en el momento presente en que vivimos”.
Mato invitó a pensar y a ser responsable, educando en ello. Hay necesidad – dijo- de luchar contra el subjetivismo que desde hace doscientos años nos domina, “tener esa ilusión, ejercer esa libertad y responsabilidad con otros, desde una dimensión política, curar las heridas de la sociedad y las personales y, sobre todo, hay que transmitir la experiencia y la esperanza a las generaciones futuras”.
La jornada terminó con la presentación del libro “Cuentos Africanos” de Ernesto Rodríguez Abad, que junto con unos arreglos musicales propuso una visión del continente africano desde la tradición de las leyendas y la realidad que significan los cayucos. A través de la enseñanza de los cuentos se pudo reconocer el drama de la inmigración.
Hoy se clausura una edición más del congreso fe-cultura. En esta ocasión el mismo ha estado focalizado en la centralidad de la persona en la educación. Esta tarde, en la Sede del Seminario Diocesano se podrán escuchar las dos últimas ponencias que versarán sobre cómo educar la inteligencia espiritual, y la dignidad del discípulo, reto del maestro.
