Han transcurrido ya dos años desde la entrada en vigor del Plan Pastoral Diocesano 2022-2027 «Duc in altum» y, para este nuevo curso 2024-25, monseñor José Ángel Saiz Meneses, arzobispo de Sevilla, se ha dirigido a todos los miembros de la familia diocesana para señalar las prioridades en las acciones concretas que, tras deliberar con los obispos auxiliares y el Consejo Episcopal, ha considerado las más apropiadas.
Del primer bloque «Discípulos misioneros llamados a la santidad» se ha puesto el acento en la ampliación de la oferta académica de la Facultad de Teología San Isidoro de Sevilla, destinada a los seglares, complementando los títulos existentes, con la elaboración de cursos, especialmente bíblicos y de Doctrina Social de la Iglesia, para el servicio a las parroquias, movimientos eclesiales y hermandades. La responsable de la puesta en marcha de este objetivo es la Facultad de Teología.
En relación al segundo bloque «Una casa con las puertas abiertas», la acción concreta a potenciar es la promoción de grupos de oración que ayuden a crecer en la vida espiritual y comunitaria; elaborando para ello, materiales para la familia, que fomenten y favorezcan la oración en la iglesia doméstica. Las Delegaciones Diocesanas de Pastoral Vocacional y Liturgia, así como los párrocos y consejos pastorales parroquiales son los responsables directos de esta iniciativa.
«Una familia en salida» es el nombre del tercer bloque, que, durante este nuevo curso, potenciará y promoverá la acogida, el acompañamiento y la integración de las personas migrantes. Son la Vicaría Episcopal para la Pastoral Social, los párrocos y consejos pastorales parroquiales los garantes de esta acción.
Finalmente, del cuarto bloque «El Gusto de ser Pueblo de Dios», el principal acento recaerá en el II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular que se celebrará en Sevilla del 4 al 8 de diciembre de este año. Los responsables son el Consejo Episcopal, la Delegación Diocesana de Hermandades y Cofradías y Consejo General de Hermandades y Cofradías de Sevilla.
Proyecto en continuo desarrollo
Uno de los objetivos que se pretendían con el nuevo Plan Pastoral Diocesano (PPD) era precisamente que las acciones fueran evaluables. En palabras del coordinador de la elaboración de. este documento programático, el sacerdote Antonio Vergara, “no se buscaba sólo proponer líneas de acción, sino que, además, se pudiera valorar si se habían conseguido sus objetivos”. Por tanto, “las acciones pastorales del pasado curso fueron valoradas por el arzobispo y sus obispos auxiliares, así como por el Consejo Episcopal y el Consejo del Presbiterio; a este respecto se concluyó que, a grandes rasgos, se había trabajado en la aplicación de las propuestas y se habían conseguido la mayoría de los objetivos, teniendo en cuenta la diversidad de las realidades parroquiales y pastorales de nuestra Archidiócesis”.
“Otra de las características del plan pastoral — añade Vergara — es que no es un proyecto cerrado, sino en continuo desarrollo, por lo que habrá que seguir trabajando en todas las líneas, aunque sean de cursos anteriores”.
Implicación de la Iglesia diocesana
En la Eucaristía del domingo 27 de noviembre de 2022, el arzobispo de Sevilla, entregaba el nuevo PPD a toda la Archidiócesis. “Desde entonces, podemos decir sin exagerar, que todos los ámbitos de la vida diocesana han acogido sus directrices y objetivos, buscando trabajar juntos en un proyecto común. El PPD, al abarcar la vida diocesana, hace que todos nos sintamos implicados y que podamos asumirlo como un proyecto propio”.
El Plan Pastoral implica a todas las realidades diocesanas, a todos los niveles, “pero son las parroquias los principales núcleos donde se aplican los objetivos”. Resalta Vergara que esto no sería posible sin la dedicación de los párrocos y de los consejos pastorales parroquiales. “Es una riqueza para las parroquias, y todos los fieles de la Archidiócesis que se ven involucrados en un trabajo común.
Al ser consultado sobre la relación existente entre el PPD y el camino sinodal que avanza hacia su segunda sesión en octubre de este año, Antonio Vergara aseguró que la elaboración del documento fue un camino y un trabajo de sinodalidad. “Se partió de una propuesta de reflexión a los fieles de la Archidiócesis, a todos los niveles: parroquias, congregaciones religiosas, hermandades, colegios religiosos y diocesanos, incluso, se abrió la participación a los fieles de manera individual a través de distintos medios diocesanos. Todo ello propició que la reflexión y las propuestas naciesen desde una realidad de comunión”.
La misión evangelizadora no se agota
Durante la presentación del Plan Pastoral Diocesano 2022-2027 «Duc in altum» se indicaba que no se pretendía descubrir nada, “todo está descubierto por nuestro Señor en el Evangelio, y somos, además, herederos de un largo camino de siglos de trabajo de nuestros antecesores que ha ido construyendo el Reino de Dios en nuestra Archidiócesis”. Apostilla, sin embargo, “que sí se pretende recuperar e incidir en líneas de acción que han ido perdiendo fuerza o que, dado el momento presente, son necesarias; o realidades más novedosas y que antes no tenían tanta importancia en la sociedad, como es el caso de los medios de comunicación, (uno de los objetivos del curso pasado)”.
En definitiva, “podríamos decir que se ha conseguido mucho y, al mismo tiempo, queda mucho por hacer. La evaluación de la aplicación del PPD nos ha mostrado, por un lado, la implicación y la ilusión de los fieles de la Archidiócesis en seguir el mandato del Señor y, por otro lado, la necesidad de seguir trabajando porque la tarea no se agota”.
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