Tierra Santa no deja indiferente a nadie. En apenas dos días, el casi medio centenar de peregrinos de la Archidiócesis de Sevilla, encabezados por el Arzobispo, monseñor Juan José Asenjo, ya está disfrutando de experiencias inolvidables. Ayer, 18 de septiembre, el Arzobispo impuso a los peregrinos el escapulario de la Virgen del Carmen en la iglesia de Stella Maris en el Monte Carmelo. Además, presidió la Eucaristía en la Basílica de la Anunciación, en Nazareth, y los matrimonios presentes renovaron sus promesas en Caná de Galilea.
Además del Arzobispo, varios sacerdotes acompañan espiritualmente a los peregrinos, entre ellos el delegado diocesano de Peregrinaciones, Manuel Soria.