Ambas entidades se unen para abordar los retos de la movilidad sostenible y su impacto en la cohesión social de Sevilla y su área metropolitana.
En una reunión celebrada el pasado 8 de enero, el director de Cáritas Diocesana de Sevilla y responsables de Sevilla Quiere Metro anunciaron que la institución de la Iglesia se suma a las más de cien entidades que apoyan a Sevilla Quiere Metro. “Este esfuerzo conjunto se centrará en abordar las deficiencias de movilidad sostenible de la ciudad y su área metropolitana y su impacto directo en la ciudadanía, especialmente en lo que respecta a la cohesión social”, explican en la nota publicado en la web de Cáritas Diocesana.
Mariano Pérez de Ayala, director de Cáritas Diocesana de Sevilla, junto con Manuel Alejandro Moreno y Enrique de Álava, presidente y secretario, respectivamente, de Sevilla Quiere Metro, destacaron la importancia de esta alianza. “Una adecuada red de transportes da oportunidades a las personas, especialmente a los colectivos más vulnerables y excluidos”, afirmó Pérez de Ayala.
Sevilla Quiere Metro resalta la urgencia de completar la red de Metro de Sevilla, citando la ineficiencia en movilidad, la falta de sostenibilidad y la desigualdad social como problemas críticos. “Somos la única ciudad de nuestro tamaño en Europa sin una red de Metro. Tenemos un grave problema metropolitano de transporte, y eso hace que muchas personas no tengan más remedio que usar el coche a diario para entrar o moverse de Sevilla. Esto frena la participación de muchas personas en actividades esenciales, como ir a trabajar o a estudiar”, señaló Moreno.
Un punto de enfoque común para ambas entidades es la realidad de pobreza de transporte, análoga a la pobreza energética. La pobreza en el transporte se manifiesta tanto en áreas rurales como urbanas. Se describe como la situación donde los hogares gastan una gran parte de su dinero y tiempo en satisfacer sus necesidades esenciales de transporte. La ubicación de la vivienda y los costos de transporte están interconectados; muchos hogares se mudan a zonas suburbanas para ahorrar en vivienda, pero gastan más en transporte. Este tipo de pobreza puede llevar a la exclusión social porque limita el acceso de ciertos grupos a actividades socioeconómicas. Entre los colectivos particularmente vulnerables se encuentran las personas mayores, las personas con discapacidades, los hogares de bajos ingresos, las personas residentes de zonas rurales o remotas, las mujeres, las personas sin empleo y las personas sin hogar.
La convergencia entre la asociación Sevilla Quiere Metro y Cáritas Diocesana de Sevilla se inspira también en la encíclica «Laudato si’» del papa Francisco. Esta se centra en la promoción del cuidado de nuestra “casa común”, el planeta Tierra. Ambas entidades comparten un compromiso firme con la sostenibilidad energética y la lucha contra el cambio climático, reflejando la visión de la encíclica sobre la responsabilidad de proteger el medio ambiente y fomentar prácticas que aseguren un desarrollo sostenible y respetuoso con el entorno.
“En Sevilla, donde la segregación es palpable y tenemos algunos de los barrios más empobrecidos de España, este acuerdo aporta esperanza. Nos compromete a avanzar hacia la inclusión y el bienestar de nuestros ciudadanos más vulnerables, asegurando que todos tengan acceso a una movilidad sostenible y equitativa.”, concluye de Álava.