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TESTIGOS DE RESURRECCIÓN. «Alzo mi voz para gritar que Dios no nos abandona»

Ana Parras, es catequista de la parroquia de San Miguel en el Miramar de Málaga, casada y madre de cuatro hijos.

Durante este tiempo de confinamiento, de silencio social, que paso junto a mi marido y mis 4 hijos, la presencia de Dios es, sin duda, muy fuerte. Todos estamos de acuerdo, sólo con su ayuda podremos sobrellevar esta situación.

Vivo este tiempo de Pascua con mucha fe y recogimiento, preparándome en familia para la venida del Espíritu Santo. Eso me sustenta día a día; al mismo tiempo, me mantiene en la alegría de la esperanza. A veces me pregunto cómo es posible que ante tanto dolor sienta tanta ilusión en mi interior. Pero encuentro una respuesta clara: por mi fe. Con ella he llenado una mochila de riqueza espiritual que aporta seguridad, tranquilidad y, lo que es más importante, motivación, actuar como cristiana aun en esta forzosa reclusión.

En ese desempeño continúo y disfruto de ello en contacto virtual con mis peques de catequesis. Los añoro no sólo cada miércoles, sino cada día. Ellos me responden llenándome de felicidad y fortaleza. Por ellos, y por todos, alzo mi voz para gritar que Dios no nos abandona. Sólo hay que esperar y confiar en Jesús.

Beatriz Lafuente

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