En estos últimos meses se han adoptado nuevas normas y comportamientos para la prevención y contención del coronavirus, cambios que también se han notado en las iglesias. Los templos han aplicado medidas de higiene y desinfección para garantizar la seguridad sanitaria.
Para acceder es necesario el uso de mascarilla y la desinfección de manos con gel hidroalcohólico; además, las parroquias han reforzado la limpieza de todos los elementos con los que los fieles puedan estar en contacto.
Durante las celebraciones también se aprecian diferencias. Algunos de los cambios que se han aplicado para velar por la seguridad de los asistentes son la reducción del número de lectores, la supresión del signo de la paz para evitar el contacto físico o el agua bendita de la entrada del templo. En el momento de la comunión, los fieles deben guardar la distancia de seguridad en una única fila y solo retirarse la mascarilla para comulgar, recomendando hacerlo en la mano.