El obispo de Guadix, D. Francisco Jesús Orozco, recibió, el domingo 5 de enero, la visita de los Magos de Oriente. Fue en la Catedral accitana, donde el prelado y el Cabildo recibieron la visita de sus majestades de Oriente, en la celebración de la Eucaristía del domingo. Allí los Magos pudieron adorar al Niño, antes de iniciar su recorrido por las calles de Guadix, en una magnífica Cabalgata, llena de ilusión y de luz. Junto a los Magos, también estaba el alcalde de Guadix, Jesús Lorente; la concejala de Feria y Fiestas, Encarnación Molero, la encargada de organizar este acto; y la concejala de Cultura, Encarnación Pérez.
Es la primera vez que los Magos de Oriente visitan la Catedral de Guadix para adorar al Niño, reproduciendo, así, lo que relatan los Evangelios: que los Magos llegaron para adorar al Niño Dios. Y, con ellos, también iba la representación de la Estrella de la Ilusión, en clara alusión a la estrella que guiaba los pasos de los Magos hacia Belén.
Estos Magos de Oriente, además de ser recibidos por el obispo, han visitado otros lugares de carácter social en la ciudad accitana, como el Colegio de la Esperanza, la residencia de enfermos de Alzheimer o la Residencia de ancianos Santa Teresa Jornet. En todos esos lugares, llevaron ilusión, cariño y regalos, que alegraron el día a los usuarios de eso centros.
Homilía
En la celebración de la Eucaristía, y durante la homilía, el obispo se refirió en todo momento a los Magos de Oriente y a lo que representan; también, a los niños, que rodeaban al obispo durante la homilía, a sus pies, en el altar.
El obispo pidió que, como los Magos, nosotros también seamos “buscadores de la verdad”, “que nunca el corazón del hombre se devalúe tanto que deje de buscar la verdad… y ojalá la encuentre en el que es Camino, Verdad y Vida, y la Luz que ilumina el corazón del hombre: el Niño Dios, que nació en Belén”.
También pidió el obispo paz, en el mundo, para los niños, para las familias; y que podamos creer en paz y en libertad. Y terminó el obispo invitando a rezar por los enfermos, los impedidos, las familias rotas y por todos los que necesitan al Niño Dios en su corazón.