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El Comedor San Juan de Acre aumenta sus servicios como respuesta a la pandemia

Esta pandemia continúa causando estragos a nuestro alrededor. Una prueba de ello son las colas del hambre que hacen fila delante de los comedores sociales y de servicios como Cáritas en busca de bolsas de alimentos.

Precisamente este aumento de personas empobrecidas se ha podido comprobar en el Comedor San Juan de Acre de la Orden de Malta, ubicado en la calle Mendigorría, número 7. Según el delegado en Andalucía de la Orden, Miguel Enrile, durante los meses más duros del confinamiento incrementaron entre un 25 y un 50 % las comidas que ofrecían, aunque actualmente han logrado volver a la media anterior a la pandemia entregando 260 menús diarios a través de una mampara. Igualmente, el perfil de los usuarios también ha cambiado ligeramente. Anteriormente, acudían varones de mediana edad (en torno a los 50 años), persona sin hogar y con pocas redes de apoyo. “Actualmente este perfil es mucho más joven”. De la misma manera, lamenta que, por primera vez, “encontramos a muchas personas que acuden a un servicio como el nuestro en familia”.

Por otro lado, el funcionamiento del comedor también tuvo que adaptarse a las nuevas circunstancias. “A partir del Decreto se decidió que no acudiesen a las instalaciones del Comedor los voluntarios, reduciendo así el número de desplazamientos. Para evitar cerrar el Comedor la responsable del mismo, dos personas de la oficina y yo mismo acudíamos diariamente para hacer bocadillos y entregar las bolsas de comida. Hasta el 6 de mayo no acudieron voluntarios, principal motor de nuestro proyecto, pudiéndose a partir de entonces dar comida caliente”, explica Enrile.


Nuevas respuestas ante nuevas necesidades

Además de su tradicional servicio de comedor, la Orden de Malta en Sevilla ha previsto inaugurar próximamente un Centro de Acción Social que incluirá nuevos proyectos. “Será un espacio polivalente”, señala el delegado, donde el usuario podrá encontrar, en primer lugar, un área médica, llevada a cabo por voluntarios de ámbito sanitario para atender consultas y orientación, que incluirá consultas bucodentales. También dispondrán de Asesoría Jurídica y la trabajadora social que ya atiende el comedor prestará asistencia a usuarios de este nuevo centro de forma personalizada. Así como un programa de clases de apoyo para hijos de inmigrantes.

Por último, “contemplamos un proyecto enfocado a la formación para usuarios de los diferentes proyectos. Contaremos con equipos informáticos para llevar a cabo clases de español, informática básica, realización de CVs, entre otras”, porque “la integración socio laboral de nuestros usuarios es el gran reto al que nos enfrentamos”, afirma Miguel Enrile.

Para lograr todo ello, la Delegación en Andalucía de la Orden de Malta cuenta con cinco trabajadores: un responsable del comedor, una trabajadora social, personal administrativa, de limpieza y de mantenimiento. Así como casi 400 voluntarios “en activo y en reservas”. Sin bien, matiza el delegado, “durante los primeros meses de pandemia las personas voluntarias con riesgo han quedado en un ‘estado de reserva’ hasta que la situación mejore. Esto supone un 22,05 % del total. Aun así, en activo tenemos 304 personas voluntarias, de los cuales el 70 % son mujeres y el 30 % hombres”.

En esta línea, agradece las numerosas peticiones para formar parte de este voluntariado que han despertado la pandemia. Sin embargo, indica que no han podido aumentar mucho el número de personas voluntarias para garantizar los grupos reducidos y evitar un posible brote de contagios. “Lo que sí ha subido es el proyecto de ‘Despensa Solidaria’ porque repartimos tres veces más alimentos que antes. Además, ha surgido un pequeño proyecto de acciones puntuales, como recogida de sacos para la Campaña del Frío, recogida juguetes y material escolar y acompañamiento virtual”.


Una llamada a la solidaridad y a la esperanza

“Esta terrible pandemia que estamos viviendo –argumenta Miguel Enrile- está sacando lo mejor de nosotros mismos. No en vano, de la misma manera que hemos recibido una gran demanda de ayuda también hemos recibido un ofrecimiento sincero y generoso por parte de nuestros voluntarios y colaboradores”. Asimismo, destaca la colaboración de muchas entidades que ayudan al Comedor social de San Juan de Acre desde sus inicios. Entre ellas menciona al Banco de Alimentos de Sevilla, el Ayuntamiento hispalense, la Junta de Andalucía, la Fundación La Caixa y la Fundación Cajasol, Mataderos del Sur o el Real Club Pineda.

Para terminar, insta a que todos los cristianos se ofrezcan en estos tiempos difíciles a “cualquier entidad que necesite voluntarios o a cualquier proyecto de una forma comprometida” o bien a través de aportaciones económicas o en especie.

“Con la ayuda de Dios y poniendo de nuestra parte saldremos de esta grave situación. La pandemia nos está haciendo darnos cuenta de lo vulnerables que somos, que cualquiera de nosotros podemos ser demandantes de ayuda y que la vida tan estructurada que llevamos puede cambiar en pocos meses. Creo que ver a Cristo en el hermano, seguir trabajando con el carisma de la Orden de Malta, la defensa de la fe y el servicio a los necesitados y enfermos, es ahora -más que nunca- nuestra esperanza”, concluye.

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