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El Círculo de Silencio vuelve con la mirada puesta en los migrantes temporeros y en los afectados por la COVID-19

Círculo de Silencio de Jaén se reencontró este martes, después de seis meses de parón obligado por la pandemia del Coronavirus. Volvimos a formar el círculo y esta vez este círculo se ensanchó. No pudimos abrazarnos ni estrechar las manos pero ya estábamos en la calle para defender los derechos de las personas migrantes.
En plena crisis sanitaria mundial por la COVID 19 nos reunimos para solidarizarnos con todas las personas «obligadas a huir». Ponemos la mirada en los llamados desplazados internos, millones de hombres, mujeres y niños obligados a migrar dentro de sus propios países por diversas causas: emergencias humanitarias, conflictos armados, perturbaciones del clima, violencia generalizada, etc. A menudo, el drama de estas personas queda invisibilizado, puesto que ocurre dentro de las propias fronteras, a lo que se suma, en este último tiempo, la crisis mundial causada por la pandemia del COVID-19.
No sólo debemos mirar hacia países con circunstancias sociales extremadamente frágiles, también en nuestro propio territorio hay personas inmigrantes que en cierto sentido se ven “obligadas a huir”. Huir del sometimiento y la violencia, como las víctimas de trata con fines de explotación sexual; huir de la precariedad laboral, como el colectivo de empleadas del hogar o los temporeros agrícolas; huir de la intemperie, del olvido, como los menores migrantes o los solicitantes de asilo.
En estas fechas queremos advertir de la especial dificultad con la que se presenta este año la campaña de la aceituna. Por un lado, porque la administración ha recortado a la mitad el presupuesto para la red de albergues y, por otro, la alarma sanitaria generada por el Coronavirus. Esto provocará, muy probablemente, para los miles de hermanos temporeros que llegan a trabajar, situaciones de rechazo, explotación, indefensión sanitaria y dificultad para encontrar alojamiento. Estemos muy atentos como ciudadanos organizados para denunciar cualquier vulneración de la dignidad de la persona.
Ahora más que nunca debemos estar con las personas más vulnerables pues son ellas, las que en situación de crisis como la que estamos viviendo, son las que sufren más por la precariedad de su situación.
Esperamos que el círculo se ensanche mucho más y sigamos reclamando derechos para nuestras hermanas y hermanos migrantes.

Círculo de Silencio- Red Jaén Ciudad Abierta
Foto: Fernando Mármol

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