Entrevista al sacerdote Fernando José Azuaje Navarro, nacido en Cabimas (Venezuela) en 1978 y ordenado en 2006.
¿Te has sentido acogido en la Diócesis de Málaga?
Desde el primer momento. No me siento recién llegado.
¿Y por la parroquia?
También.
¿Cómo la definirías?
Un archipiélago pastoral llena de gente buena.
¿Qué sientes cuando prácticamente recién llegado a Málaga te encuentras con que tienes que celebrar el 75 aniversario de una parroquia?
¡Como pez en el agua! Me gustan las fiestas y la promoción de la devoción popular.
¿Qué es lo más inteligente que se puede hacer en esta vida?
Entregarse.
¿Piensas que podrías ser feliz sin ser sacerdote?
¡No! Mi alegría es ser sacerdote.
¿Crees que sabes vivir?
No. Por eso la obediencia me guía.
¿Es la eutanasia una salida inteligente a la vida?
No. Es una indigna puerta a la muerte estéril.
¿Has sufrido alguna crisis vital? ¿En qué o en quién te apoyaste cuando la sufriste?
Sí, y cuando las supero crezco como persona. Suelo apoyarme en la soledad de un Cristo crucificado.
¿Qué papel juega la comunidad en la vida cristiana?
Es importante. Es el campo donde el amor verdadero florece, no sin espinas.
Vienes de otro continente, otra cultura. ¿Qué es lo que más te ha chocado de Europa, de España?
El frío.
¿Tendría Europa que abrir sus puertas a los inmigrantes?
Con abrir el corazón es suficiente.
¿Qué diría a los católicos que critican a Francisco?
El amor no critica.
¿El peor pecado del clero?
Cuando es desobediente.
¿Quién es Jesucristo para ti?
Mi meta y compañero de camino.
¿Han intentado corromperte?
Sí.
¿Te gusta cómo vives?
Sí. Pero siempre se puede mejorar.
¿Escribiste alguna vez una carta de amor?
Sí. Antes no había WhatsApp.
¿Te gusta complicarte la vida?
Si es por la parroquia, claro que sí.
¿Cómo te gustaría morir?
Hijo de la Iglesia.
¿Qué le dirías a quien se esté planteando si Dios lo llama para ser cura?
Cuanto antes te decidas, empezarás a ser feliz.
¿A qué temes más a los dolores del cuerpo o a los dolores del alma?
Soy cobarde ante los dolores del cuerpo.
¿Te confiesas frecuentemente?
Sí. Soy un pobre pecador.
¿Qué te preguntas?
¿Por qué tengo que ver padecer a mi pueblo y a mi familia?
¿Sabes estar solo?
Sí.
¿Tiene sentido seguir gritando verdades?
Una verdad sin prudencia es una campana molesta.
¿Qué es lo más complicado que vives como sacerdote?
Dominar mi enfado cuando la gente habla en Misa.
¿Dónde encuentras la felicidad?
En el sacerdocio de Cristo.
¿Estamos asistiendo al final de una época?
No lo había pensado.
¿Rezas para tener éxito?
Para todo.
¿Te preocupa cómo vive la gente?
La verdad no; pero sí me preocupan las personas mayores que viven solas.
¿Qué es lo más grave que está pasando en el mundo?
El individualismo y el adoctrinamiento sobre el falso concepto de derechos colectivos.
Rafael J. Pérez Pallarés
