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CURSO DE VERANO: LA RELIGIOSIDAD POPULAR EN ALMERÍA

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El curso de verano La religiosidad popular en Almería: año eucarístico e inmaculista, está  organizado por la Universidad de Almería, se celebrará en  el Castillo de Santa Ana de Roquetas de Mar entre los días 11 y 15 de julio.

Los directores del mismo son D. Manuel Martínez Ramírez (Presidente de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de la ciudad de Almería) y D. Manuel Pozo Oller (Vicario Episcopal de la ciudad y zona centro, para el Apostolado Seglar y las Hermandades y Cofradía).

El programa del curso es el siguiente:

 

LUNES, 11 DE JULIO.

 

09.00 h-10.00 h: Presentación del curso e historia de la Semana Santa de Almería.

D. Manuel Martínez Ramírez. Presidente de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de la ciudad de Almería.

 

10.00 h-10.15 h: Descanso

 

10.15 h-12.15 h: La religiosidad popular en el magisterio de Juan Pablo II

D. Manuel Pozo Oller. Vicario Episcopal de la ciudad y zona centro, para el Apostolado Seglar y las Hermandades y Cofradías.

 

12:15 h-13:15 h.: El Santísimo Sacramento y la Inmaculada en la Religiosidad popular Almeriense

D. Antonio Gil Albarracín. Catedrático y Doctor de Historia y Académico correspondiente de la Academia de Historia Virgen de las Angustias de Granada.

 

13.15 h: Inauguración del curso.

Excmo. y Mgfco. Sr. Rector de la Universidad de Almería.

 

MARTES, 12 DE JULIO

 

9.00 h-11.00 h: Hermandades y Cofradías: Identidad y Misión.

Excmo. y Rvdmo. Dr. D. Juan José Asenjo Pelegrina. Obispo de Córdoba.

 

11.00 h-11.30 h: Descanso

 

11.30 h-12.30 h: A nadie le amarga un dulce: Penitencia con azúcar.

D. Nazario Yuste Rossell. Catedrático de Psicología en la Universidad de Almería.

 

12.30 h-13.30 h: Mesa Redonda. Semana Santa en los Medios de Comunicación.

D. Pedro Manuel de la Cruz. Director de la Voz de Almería.

D. Antonio Torres. Dr. Ciencias de la Información y Director Territorial de RTVA.

D. Fernando Cuadrado. Corresponsal del Diario La Razón y Jefe de Informativos de COPE en Almería.

Moderador: D. José Manuel Bretones. Periodista (Gabinete del Rectorado de la Universidad de Almería).

MIÉRCOLES, 13 DE JULIO

 

9.00 h-11.00 h: Religiosidad Popular y minorías marginadas en el Barroco Andaluz: La procesión de moriscos, negros y gitanos en las danzas del Corpus.

Dr. D. Juan Aranda Doncel. Real Academia de Córdoba.

 

11.00 h-11.30 h: Descanso

 

11.30 h-12:30 h: La saeta como oración y plegaria del pueblo andaluz.

D. Antonio García Rodríguez: “Niño de las Cuevas”. Profesor guitarrista-acompañante del Conservatorio Profesional de Danza.

 

12.30 h-13.30 h: El bordado como patrimonio cultural: La importancia de la Restauración.

D. José Manuel Elena Martín: Director del Taller de “Sucesores Elena Caro”.

 

JUEVES, 14 DE JULIO

 

9.00 h-11.00 h: La fiesta del Corpus Christi.

Dr. D. Fermín Labarga García. Profesor de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra y Director del Secretariado de Hermandades y Cofradías de la Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño.

 

 

11.00 h-11.30 h: Descanso

 

11.30 h-12.30 h: Semana Santa de Málaga: Retos y realidades.

D. Rafael Ángel Recio Romero. Presidente Agrupación de Hermandades y Cofradías de Málaga.

 

12.30 h-13.30 h: Mesa Redonda: “Semana Santa fuente de Cultura”

D. Jesús Caicedo. Alcalde del Ayuntamiento de Cuevas del Almanzora.

 

Dña Eloisa Cabrera. Concejala Delegada de Educación y Cultura del Ayuntamiento de Roquetas de Mar.

D. Pablo Venzal. Concejal Delegado de Cultura y Educación del Ayuntamiento de Almería. Dña. Cristina Cano Garro. Concejal de Cultura del Ayuntamiento de Adra.

Moderador: D. Francisco Javier Martínez. Vocal de Prensa y Director de Publicaciones de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de la ciudad de Almería

 

VIERNES, 15 DE JULIO

 

09.00 h-10.00 h: La Eucaristía en la Alpujarra (siglos XVI y XVII).

D. Valeriano Sánchez Ramos. Director del Instituto de Estudios Almerienses.

 

10.00-10.30 h: Descanso.

 

10.30 h-12.30 h: La Inmaculada Concepción en la literatura Española.

Dr. D. Antonio Garrido Moraga. Académico Numerario de la Academia Norteamericana de la Lengua Española y Académico Correspondiente de la Real Academia Española.

 

12.30 h-13.30 h:  Clausura del Curso.

Excmo. y Rvdmo. Dr. D. Adolfo González Montes. Obispo de Almería.

  

22.00 h: Concierto de la Banda Municipal de Música de Roquetas e intervención de las saeteras Montse y María José Pérez.

D. RAMÓN DEL HOYO. CARTA A LOS HERMANOS SACERDOTES

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Muy queridos hermanos y amigos sacerdotes:

 

Desde antes de llegar a Jaén, y ahora, apenas ponerme al servicio de esta nuestra Iglesia, siento verdadera necesidad de acercarme a vosotros con mi saludo sacerdotal y fraternal.

 

¡Gran regalo, el de ayer: Ocho nuevos diáconos! Demos gracias a Dios.

 

Pienso y rezo ya por todo el Presbiterio. A  nuestras manos se confió Jesús Eucaristía, somos custodios de su presencia, y desde esa profunda realidad sacramental sería absurdo no querernos. Son muchos sagrarios como para no apoyarnos unos a otros.

 

Todos estáis muy dentro de mi corazón, sin la más mínima diferencia, y quisiera ser ejemplo de comunión y laboriosidad en las tareas que Dios ha puesto en nuestras manos. No cesaré en mi empeño de procurar esta amistad sacerdotal de todos y entre todos. Pienso, sobre todo, en los hermanos enfermos y mayores, en los que se encuentran lejos de Jaén, misionando en nuestro nombre, en los más jóvenes y en los que debemos acoger de una forma especial.

 

Estoy profundamente convencido de la importancia del Presbiterio para el desarrollo de la vida personal de cada uno de nosotros, para la vitalidad de la pastoral diocesana y de cada comunidad. Todos lo estamos. Todas las claves parten de esa comunión, que tiene su origen en el misterio Trinitario y se hace realidad en el cenáculo de nuestro presbiterio.

 

Desde nuestro seguimiento incondicional al único Sacerdote, brota nuestra alegría de entrega sin límites a los demás. Sólo por estos caminos siendo un poco más santos cada día, lograremos afianzar, bajo la fuerza del Espíritu y por la intercesión de Nuestra Madre la Virgen, santos y mártires de Jaén, una Iglesia abierta y misionera, de comunión y esperanza.

 

Mi saludo a vuestros fieles encomendados, de forma especial a los niños, enfermos y personas consagradas. Un abrazo en el Señor,

+ Ramón del Hoyo López. Obispo de Jaén

 

4 DE JULIO DE 2005 

 

 

D. RAMÓN DEL HOYO. CARTA A LOS MISIONEROS JIENNENSES

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A mis queridos amigos/as misioneros jiennenses:

 

Desde antes de mi incorporación a nuestra querida Iglesia de Jaén, habéis estado muy presentes ya en mi oración. Desde ahora mucho más.

 

No me cansaré de repetir en todas partes, a tiempo y a destiempo, que nuestra Iglesia ha de ser eminentemente misionera. Sois los destacados, los que vais por delante, en nuestra comunidad diocesana y pondré toda mi ilusión y apoyo por vosotros para que mis palabras no queden sólo en buenos deseos.

 

¡Ojalá pueda visitaros en alguna ocasión! Espero que el Señor me conceda esa gracia.

 

Me han informado muy favorablemente sobre el buen funcionamiento de nuestra Delegación Diocesana de Misiones y esto me alegra sobremanera. No regatearé esfuerzo en su apoyo, que es para cada uno de vosotros y vosotras.

 

¡Feliz verano! Seguiremos comunicándonos, si Dios quiere. Mi saludo a vuestros padres y familiares. 

  Un fuerte abrazo, en el Señor, 

 

+ Ramón del Hoyo López. Obispo de Jaén

 

4 DE JULIO DE 2005 

 

 

D. RAMÓN DEL HOYO. CARTA A LOS RELIGIOSOS Y RELIGIOSAS DE VIDA CONSAGRADA

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Muy queridos fieles consagrados:

 

He venido pensando en vosotros, más de una vez, durante los meses pasados. Ahora quiero saludaros cuanto antes ya incorporado a nuestra querida Iglesia de Jaén.

 

Vuestro compromiso, adquirido ante Dios y ante la Comunidad, de practicar los consejos evangélicos conforme a las disposiciones propias de vuestras respectivas familias religiosas o seculares, supone no sólo una incalculable riqueza espiritual para la Iglesia, sino que además determina vuestro puesto concreto en la comunidad diocesana.

 

 Bien sabemos todos que fomentar y apoyar una sólida y orgánica cohesión afectiva y efectiva entre los consagrados y el Obispo es de importancia primordial en la eclesiología de comunión, que se inspira en la doctrina conciliar.

 

Por todo ello, en este primer saludo, quedo ya a su disposición. Les animo a santificarse día a día desde la vivencia ejemplar del carisma propio y pido al Señor un aprecio sincero mutuo, testimoniar ante el Pueblo de Dios nuestra unidad y estrechar y fomentar cada vez más los vínculos de comunión, desde la fuente inagotable de la Eucaristía y bajo el mismo manto de nuestra Madre la Virgen de la Cabeza.

 

+ Ramón del Hoyo López. Obispo de Jaén

 

4 DE JULIO DE 2005 

 

D. RAMÓN DEL HOYO. HOMILÍA ORDENACIÓN DIÁCONOS

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Después de mi toma de posesión en la tarde de ayer, mi primera celebración en esta Catedral, todo un poema de piedra y armonía, símbolo de la Iglesia madre de Jaén, este esta entrañable ceremonia.

 

Durante esta celebración recibirán el Orden del Diaconado ocho jóvenes, camino del presbiterado. Sin duda que es para mí y para esta Iglesia de Jaén, para toda la Iglesia de Jesucristo, un gran regalo, el mejor; una gran noticia, motivo de alegría profunda, pero, sobre todo, de acción de gracias al Señor. “Alégrate, hija de Sión, hija de Jerusalén…” (Zac. 9, 9), hemos oído en la primera lectura del profeta Zacarías, que hacemos nuestra ante este acontecimiento eclesial.

 

 

1.- La vocación, un regalo de Dios que agradecemos.

 

Queridos amigos candidatos: Sabéis que vuestra vocación es un misterio de elección divina, un don que trasciende infinitamente a vuestras vidas. No sois fruto del azar, sino que Dios os amó desde siempre, haciéndoos imagen suya. Pero vuestra vida y vocación, siendo jun don y un regalo, es también llamada y tarea. Recordemos aquel pasaje evangélico narrado por San Juan: “¿Qué buscáis? Y ellos respondieron: Maestro, ¿Dónde vives? Jesús les contesta: Venid y veréis. Y vieron donde habitaba. Y, aquel día, se quedaron con Él”.

 

Jesucristo os invitó, seguramente desde hace tiempo, y continúa haciéndolo, a ser signos convincentes y eficaces de la presencia amorosa y salvífica de Dios entre los hombres; a ser otros Cristos para los demás.

 

Lo escondido a sabios y entendidos, con palabras del Evangelio proclamado, se os ha revelado a vosotros. Así lo ha querido Dios Padre.

 

Nos alegra, por ello, tan importante regalo de Dios a cada uno de vosotros y apoyamos vuestra decisión de acogida plena. Os decimos con sinceridad y enorme alegría que creemos y apostamos por vosotros para que, con Cristo, seáis artífices de la civilización del amor y de la vida.

 

Nos llena de alegría comprobar que, en medio de este mundo, privado en muchos sectores de horizontes que transciendan al mismo hombre y que cuando éste se proyecta como supremo y único valor, afloren jóvenes que se sienten como náufragos en medio de esta sociedad, a la que únicamente le preocupa sobrevivir, aun a costa de vivir sobre los demás. Por el contrario, vosotros, queréis ser veleros, con un rumbo distinto, vivir para los demás.

 

“Cargar con el yugo llevadero de Jesús, aprender de Él”, para recoger en los caminos de la vida, como nuevos samaritanos, a cansados, agobiados para regalarles el auténtico alivio para sus vidas.

 

 

2.- Diaconía hasta el final de la vida.

 

El campo que se abre a vuestro servicio diaconal, y pronto al ministerio sacerdotal, es inmenso y fascinante. Desde vuestra inserción en el Dios que nos quiere y nos ama, seréis sus testigos y evangelizadores de esta paternidad de Dios, de su amor, en cada uno de nosotros. Mirad: toda persona, desde las mismas raíces de su existencia está movida por una esperanza radical. No se puede vivir sin esperar algo. Por eso, quien no se encuentra con Dios, busca otros dioses y espera en sus ídolos: el poder, el dinero, el sexo, el bienestar, aún a osta del sufrimiento de los demás.

 

Quien ha dado con ese tesoro escondido, no lo esconde; al contrario, vende todo y lo pone sobre el candelero, para alumbrar a su alrededor.

 

En esa dirección de entrega y servicio, de acompañamiento y cercanía, deberá discurrir ya el futuro de vuestra existencia diaconal hasta el final de vuestras vidas.

 

Servicio a vuestro Obispo y a su presbiterio, a la comunidad cristiana, a toda la Iglesia. Servicio al culto, a la evangelización, y a la caridad: Servicio que se prolonga hasta el final, cuando, ¡ojalá!, podamos escuchar: ¡Ven, bendito del Señor, porque tuve hambre y me diste de comer…!.

 

Me han asegurado vuestros Formadores que es esta vuestra decisión libre y que sois muy conscientes de los compromisos definitivos que asumiréis dentro de unos momentos. Con la ordenación vais a recibir un nuevo modo de ser. Quedaréis marcados ya por el carácter de este sacramento que es, como bien sabéis, un signo espiritual.

 

“No temáis, porque en todo momento podréis contar con la ayuda de Aquel que ha venido al mundo y nos ha asegurado que estará con nosotros hasta el final de los tiempos” (cf. Mt. 28, 19-20).

 

 

3.- El momento es arduo, pero apasionante.

 

Con esta identidad ontológica y compañía del Señor, vuestro servicio a la Iglesia de Cristo, desde esta parcela de la viña, lo será en un momento arduo, pero apasionante. Como jóvenes se que en vuestro interior bullirán ilusiones infinitas y proyectos de entrega total a los demás. Nadie duda de ello, porque una vida no se entrega por algo que no merezca la pena de verdad. Será el Espíritu de Dios, quien os conducirá, si sois dóciles a su voz.

 

Queridos jóvenes, con mi mejor intención de que puedan serviros de algo mis palabras y que las oiga la comunidad, deseo insistiros en algunos aspectos o pinceladas para vuestro futuro ministerio diaconal y sacerdotal.

   

4.- Sed testigos del Misterio.

 

En la sociedad actual, que vive en gran parte de espaldas a Dios, o como si Dios y lo trascendente no existiera, sed para los demás testigos del misterio. Para ello tenemos que vivir inmersos en el Misterio de Dios; ser los místicos de nuestro tiempo. Hombres de fe y de oración. Acoger diariamente el Misterio de Dios en la soledad y en el silencio del corazón.

 

Sólo empapados de ese Misterio enseñaremos a otros a descubrir a Dios. Esa secreta sabiduría no se aprende en los libros; se aprende ene l silencio, desde la escucha de la Palabra, en el diálogo con Alguien, siempre presente en todas partes; pero, fundamentalmente en el Sacramento del Altar y en nuestros sagrarios.

 

No se puede ser testigos del misterio son pasar horas, las más fructíferas, ante el sagrario, en el campo, o donde sea. Antes de ser Apóstoles, tenemos que ser discípulos. Antes de ser evangelizadores, tenemos que ser evangelizados por Él todos los días.

 

 

5.- Servidores de comunión.

 

La función de un pastor es reunir, congregar a la comunidad de cristianos por la Palabra de Dios y los Sacramentos. Esta comunión no es producto de programas pastorales, ni de grupos de amistad. Está enraizada en la misma comunidad de vida trinitaria y su fuente es el Espíritu de Dios.

 

Leemos en el “Presbiterorum Ordinis” que los pastores deben “armonizar de tal manera las diversas mentalidades, que nadie se sienta extraño en la comunidad de los fieles” (PO. 9). Debe procurarse la “unidad en lo necesario, la libertad en lo no esencial y la caridad en todo”.

 

Quien disgrega y divide no es pastor. Al contrario, la preocupación del que lo es de verdad, será mirar a los peldaños inferiores, sacar de entre zarzas a los descarriados, mirar con especial predilección a los alejados y lograr un solo rebaño bajo el cayado de Cristo.

 

 6.- Servidores en la misión múltiple de la Iglesia:

 

El pastor promueve, forma y acompaña el quehacer evangelizador y misionero del laico, para que éste penetre de savia evangélica el tejido familiar y del cuerpo social. El pastor es quien preside a la comunidad, sobre todo desde la Eucaristía; pero presidir no es absorber todas las tareas, ni protagonizar todas las acciones. Hay funciones que sólo puede realizar el Sacerdote o el Diácono en virtud de los poderes que se le otorgan por el sacramento del Orden Sagrado; pero hay otras muchas para las que debe contar con colaboradores. Debe saber escuchar a los laicos, valorar sus experiencias y reconocer sus competencias.

 

Acercaos especialmente a los pobres, con todas las pobrezas que arrastran los humanos. Servimos a una Iglesia en que su fuerza radica en la asistencia del Espíritu, pero que cuenta también con nuestras debilidades humanas, como instrumentos de barro.

 

 

7.- Nuestro apoyo y felicitación:

 

¡Alégrate, hija de Sión, canta Iglesia de Jaén!

 

Alegría, padres y familiares de estos nuevos Diáconos. Nos regaláis lo mejor de vuestros hogares, vuestro hijo. Con cariño le habéis dado la vida y le habéis abierto el horizonte generoso de su entrega sin límites a los demás. Ellos serán vuestra corona y vuestro premio delante de Dios.

 

Alegría, hermanos queridos sacerdotes, que desde el Seminario y parroquias habéis acompañado y sembrado con amor y generosidad en las vidas de estos jóvenes. ¡Cuántos méritos, en vuestras manos! Vuestra sementera y oraciones producirán el ciento por uno.

 

Alegría, para esta Iglesia de Jaén y muy especial también para la gran familia presbiteral que hoy os acoge y abraza como nuevos hermanos. Pidamos por las vocaciones. Cuidad mucho este campo tan urgente y necesario.  

 

Nuestra Señora de la Cabeza y San Eufrasio miran con un amor muy especial a estos hijos suyos, que ponemos en sus manos, como dones maduras de esta Iglesia, que camina llena de esperanza.

 

Nuestro abrazo y felicitación.

 

Gracias.

 

 3 DE JULIO DE 2005

D. RAMÓN DEL HOYO.HOMILÍA DE LA TOMA DE POSESIÓN

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 “Bendeciré tu nombre por siempre”:

 

Con estas palabras del Salmo 144 expreso mis sentimientos de gratitud y esperanza en el Señor, al inicio del ministerio episcopal que el Santo Padre me ha encomendado en esta querida Iglesia de Jaén.

 

Saludo con todo mi afecto al Excmo. y Rvdmo. Señor Nuncio Apostólico y agradezco su presencia y compañía. Ruego haga llegar a S.S. el Papa Benedicto, mi gratitud y adhesión filial. Y junto a la Sede Apostólica manifiesto también mi comunión plena con todo el Colegio Episcopal, representado aquí por el Señor Presidente de la Conferencia Episcopal Española, por el Arzobispo Metropolitano de Granada, junto con los Obispos de esta provincia eclesiástica y los demás Obispos presentes de varias Diócesis de España. Para todos mi gratitud y saludo fraternal; pero, si cabe, aún más especial para el Señor Arzobispo de Badajoz, D. Santiago García Aracil, mi predecesor en esta Sede, al tiempo que hacemos memoria del Siervo de Dios D. Manuel Basulto Jiménez, en proceso de Beatificación por martirio, de los últimos Obispos,  D. Rafael García, D. Félix Romero y D. Miguel Peinado, eslabones que me precedieron en la sucesión apostólica en esta Iglesia.

 

Mi saludo también para cuantos siguen esta ceremonia por medio de Televisión y Radio, de forma especial para los enfermos y personas mayores. Agradezco también a las cadenas de Televisión y Radio, que hacen posible esta transmisión; así como a los demás medios de Comunicación presentes.

 

Al comenzar esta nueva etapa de mi vida, afloran a mi mente mis orígenes e infancia en aquel pequeño y precioso pueblo de Arlanzón, al pie de la Demanda; por eso saludo a mis familiares y amigos, a la Iglesia donde nací y crecí, representada aquí por su Arzobispo D. Francisco, al tiempo que quiero también  recordar a los dos Arzobispos Eméritos de aquella Sede: D. Teodoro Cardenal Fernández y D. Santiago Martínez Acebes, de quienes tanto aprendí a su lado; gracias por su compañía también al Vicario General, Presidente del Cabildo, compañeros de la Curia, Facultad de Teología y Cabildo Metropolitano, Decano de la Facultad de Farmacia de la Complutense, condiscípulos, compañeros de aquel presbiterio, y tantos amigos. “Tierra sagrada donde yo nací…”, canta el himno de Burgos.

 

Hace ya casi nueve años que llegué a Cuenca. En su preciosa Catedral recibí la ordenación episcopal, y ya se me había pegado el corazón a sus buenas gentes y a sus tierras acogedoras. Viajo con Cuenca entera a esta nueva parcela de la viña que Dios me encomienda y nunca les voy a olvidar. Gracias por su presencia a las Excelentísimas e ilustrísimas Autoridades, Instituciones y representaciones: Subdelegado del Gobierno, Alcalde de Cuenca, Presidente de la Diputación Provincial, Vice-Rector de la Universidad de Castilla-La Mancha, Vicario General y Vicarios Episcopales, Deán Presidente del Cabildo Catedral, sacerdotes, consagrados y fieles. Muy queridos amigos: De Jaén salió D. Juan Francisco Pacheco, para ser Obispo de Cuenca entre los años 1653 al 1663. Diego Ramírez, natural de Villaescusa de Haro, fue Vicario General y Deán de la Catedral de Jaén por los años del descubrimiento de América. Otros dos conquenses, D. Andrés de Cabreras y D. Pedro Rubio, de Villarejo Sobrepuerta y de Santa María del Campo Rus, fueron Obispos de esta Sede durante el S. XVIII. La historia se repite. Un Obispo de la Sede de Cuenca se incorpora a esta Diócesis de Jaén. Muy estimados conquenses: siempre contarán con mi amistad y con mi especial gratitud. Nunca voy a olvidar su compañía en este acto. Esta mitra que llevo puesta con los escudos de las ciudades de Cuenca y de Jaén, siempre me recordarán este momento.

 

   

 

2.- Admitidme en esta hermosa tierra de Jaén:

 

Me incorporo desde este momento, en que acaba de darme el Señor Nuncio la posesión de esta Sede, lleno de ilusión y esperanza, también con preocupaciones, al servicio todos, sin excepción de ninguna clase. Mi abrazo afectuoso y agradecido al Señor Administrador Diocesano, D. Rafael Higueras al frente y servicio de esta Iglesia durante los últimos meses, al Colegio de Consultores y Cabildo Catedral, a quienes agradezco el esmero que han puesto en la preparación de esta ceremonia. Mis amigos y hermanos sacerdotes, sabed que estáis ya en lo más profundo de mi corazón, y que compartiré todo con vosotros, como colaboradores íntimos. Y junto a vosotros están también los consagrados, en quienes me apoyaré de forma especial, los Movimientos apostólicos, Hermandades y Cofradías, de quienes he captado su entrega y dimensión pastoral. Mi recuerdo también muy especial a nuestros misioneros, seminaristas y fieles todos de la extensa geografía de Jaén.

 

Muy pronto iremos conociéndonos. Hoy ya somos muchos los que  estamos juntos en torno a esta mesa eucarística, que nos une y alimenta, para irradiar el amor de Dios, para ser imágenes vivientes del Santo Rostro, tan venerado en esta Catedral y en toda la Diócesis; para caminar juntos bajo su mirada profunda y serena, con brazos abiertos, como los del lienzo de Cabra, del Santo Cristo de Burgos. El báculo con el que me habéis obsequiado lo pongo al servicio de todos junto al Buen Padre.

 

A las Excelentísimas e Ilustrísimas Autoridades: Subdelegado del Gobierno, Alcalde esta Ciudad, Vice-Presidenta de la Diputación Provincial, Coronel Delegado de defensa de Granada y demás autoridades civiles, militares, judiciales y académicas: gracias por su compañía. Ofrezco a todos, desde hoy hasta que Dios lo quiera, mi sincera colaboración al servicio de la paz y del bien común. Admitidme, os ruego, en esta hermosa tierra, del Santo Reino de Jaén.

 

   

3.- Nuevo eslabón en la cadena apostólica:

 

Pronto quiero conocer y recorrer vuestros campos, pueblos y ciudades en que la fe cristiana ha dejado huellas imborrables desde los inicios del cristianismo. De hecho se tiene a San Eufrasio, uno de los Siete Varones Apostólicos, como Patrono de la Diócesis y fundador de la Sede de Iliturgi (Andújar), en la época romana.

 

Según esto, el episcopado que ahora comienzo en esta Iglesia de Jaén hunde sus raíces en la sucesión apostólica, por razones históricas y no sólo teológicas.

 

Escuchábamos al Santo Padre en la homilía que pronunció en la plaza de San Pedro al inicio de su Pontificado que su programa de gobierno sería: No hacer su voluntad, ni seguir sus propias ideas, sino ponerse, junto con toda la Iglesia a la escucha de la Palabra y de la voluntad del Señor. Dejarse conducir por Él.

 

Con este mismo espíritu y programa me incorporo a esta Iglesia de Jaén con la seguridad de que siempre el Señor camina a nuestro lado y conduce con su Espíritu nuestros pasos. Interesa ser dóciles a su voz y trabajar sin temor alguno. Ese Espíritu moverá la barca en la que remaremos juntos para echar las redes donde el Señor nos indique. Fiel a mi lema “In Nomine Tuo…”, “En Tu Nombre…”, sólo pretendo cumplir su voluntad, servir a esta Iglesia con mano segura y ser el primer servidor de todos. Comenzar por lo fácil, pero con la mirada puesta en lo difícil.

 

4.- Pido a Dios una Iglesia viva y misionera:

 

La dirección está trazada. El nuevo Papa ha indicado ya claramente que su afán e inquietud serán que la Iglesia se encuentre cada vez más con  Jesucristo, que se centre totalmente en Él. Con sus primeros gestos y discursos, incluso con el nombre elegido, se propone ante todo evangelizar a fondo a los hombres y mujeres de los inicios de este tercer milenio, difundir el mensaje de Jesucristo en esta sociedad del S. XXI, proyectar la doctrina del divino Salvador del hombre sobre las estructuras de los nuevos tiempos; exponer la verdad y defender esa verdad.

 

Es en este marco del reto de una nueva evangelización, sin anteponer nada a Jesucristo, y encuadrando en esta palabra todos los demás objetivos pastorales, desde donde pretendo también caminar con todos los fieles, en estas benditas tierras, en estrecha comunión con Pedro y mis hermanos en el episcopado.

 

Sobre los pasos y las bases de los pastores y fieles que nos precedieron, siempre con nuevos ímpetus y nuevos ánimos, seguiremos construyendo una Iglesia viva y joven, vivificada siempre por la fuerza y alegría del Espíritu de Jesús Resucitado.

 

 

5.- Las lecturas proclamadas:

 

La Palabra de Dios proclamada en este Domingo decimocuarto del tiempo ordinario nos viene muy bien, en estos inicios.

 

–       El texto del Profeta Zacarías (Zac. 9, 9-11) es un anuncio de esperanza. El Mesías está llamado a establecer un orden de paz en todo el mundo. “Romperá los arcos guerreros y dictará la paz a las naciones”. Son textos que nos recuerdan a las Bienaventuranzas evangélicas.

 

–       El Apóstol San Pablo en su carta, como a los fieles de Roma (Rm. 8, 9. 11-13) nos enseña y recuerda que los seguidores de Jesucristo y su evangelio son liberados del dominio de la carne y el Espíritu habita en ellos.

“Vosotros no estáis sujetos a la carne, sino al espíritu, ya que el Espíritu de Dios habita en vosotros. El que no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo”.

 

–       La trilogía de dichos de Jesús, que hemos escuchado en el evangelista San Mateo (Mt. 11, 25-30), encierra, como siempre, un mensaje consolador: Su apoyo a los pequeños y a la gente sencilla (vv. 25-26), la singular relación de Jesús con Dios Padre (v. 27), su especial afecto a todos los que, por alguna razón, se sienten oprimidos o agobiados (vv. 28-29).

   

El pueblo sencillo aceptó el Evangelio, mejor que sus guías religiosos confiados en su ciencia para conocer la voluntad de Dios y sus caminos. Al rechazar a Jesús, revelación de Dios Padre, quedaron con la mente vacía y el corazón endurecido. No está incapacitado para creer y entender los misterios de Dios el inculto o el que está en el último peldaño

de la escala social; porque creer es la aceptación plena de la revelación de Dios, sobre todo en su Hijo Jesucristo. “Nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar”.

 

La religión cristiana no es un yugo insoportable o una carga que aplasta, nos dice el Señor también. No es ninguna imposición despótica o ley abstracta o impersonal. Es el seguimiento de una Persona viva y cercana, que triunfó sobre el pecado y la muerte, que nos acompaña en el recorrido y en el que encontramos verdadero descanso: “Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados –nos dice el Señor a cada uno- y yo os aliviaré”.

 

 

6.- Con este mensaje de libertad y esperanza, frente a tantas formas de esclavitud, cansancio y derrotismo, con la verdad del Evangelio que nos hace libres, inicio este ministerio episcopal. Esta verdad es el don más preciado que la Iglesia puede ofrecer a estas tierras. Es la verdad que debemos traducir los cristianos día a día, en amor, comprensión, cercanía, diálogo, esfuerzo, colaboración… en la sociedad y realidades concretas. Sobran palabras y hacen falta testigos, místicos y misioneros de esta verdad. La Buena Noticia del Evangelio conlleva el dar razón de nuestra esperanza.

 

El Pan de la Eucaristía y la Palabra, que Dios pone en nuestras manos en el Templo, es nuestro alimento de creyentes, pero también es para trasladar su fuerza y vitalidad a los demás, sobre todo desde las manos de los fieles seglares. Sin un laicado formado y comprometido mal se podrá evangelizar hoy. ¿Cómo llevar la luz del Evangelio a las familias y a todos los ambientes? Será nuestro constante interrogante, al que debemos dar respuesta todos juntos, como “cooperadores de la verdad”, en frase del Pontífice actual.

   

En este mismo suelo fueron testigos de este evangelio del amor y de su mensaje de esperanza, entre otros, San Juan de Ávila, fundador de la Universidad de Baeza; San Juan de la Cruz, que murió en Úbeda; Santa Teresa de Jesús, que fundó el Carmelo de Beas de Segura; el Beato Fray Diego José de Cádiz. La fe profundamente mariana de tantos cristianos que les precedieron llenó de santuarios y ermitas todos los pueblos y rincones de su geografía. Nunca falla: un pueblo eucarístico y mariano es tierra bien abonada en donde brotan siempre frutos.

 

Y ahí están: un Sacerdote nacido en Linares, recientemente canonizado por Juan Pablo II en su último viaje a Madrid, San Pedro Poveda. Se interesó por grandes y pequeños. Subió a las cuevas de Guadix y terminó creando estructuras de ayuda humanitaria, educativa y de formación cristiana y profesional en favor de todos, especialmente de los más desfavorecidos.

 

Otro tanto podríamos decir de María Josefa Segovia, y de Manuel Lozano, nacidos en Jaén y Linares; el Obispo Manuel Basalto y una larga lista de testigos de la fe,  y de tantos y tantos sacerdotes, consagrados y laicos que nos precedieron, o que hoy viven entre nosotros.

 

Para terminar:

 

7.- El cristiano planta y riega, pero el incremento es del Señor:

 

Nada será posible en esta aventura gozosa, si no estamos insertados en Jesucristo de verdad y junto a Él con su Madre. Somos sarmientos y viñadores enviados por Él a su viña, que es la Iglesia. Antes de nada y por encima de todo necesitamos imprescindiblemente para nuestro camino de su fuerza y de su alimento. En Él radica, no sólo la Verdad, sino también la Vida para este camino de peregrinos hasta la eternidad. “Haced lo que Él os diga”, nos repite esta tarde Nuestra Madre la Virgen María.

Centrados y en comunión íntima ante Jesús Eucaristía y de la mano de Nuestra Señora de la Cabeza y San Eufrasio, patronos de la Diócesis,  y de la Santísima Virgen de la Capilla, patrona de esta Ciudad, de Nuestra Señora de Linarejos… y de tantas advocaciones en toda su geografía,  continuaremos nuestra tarea de evangelizadores en esta Iglesia: “In Nomine Tuo”, “En Tu nombre”.

 

Que así sea.

 

CREATIVIDAD Y ENTREGA PARA CONSTRUIR LOS SALONES PARROQUIALES

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El Obispo, D. Antonio Dorado, bendecirá este sábado, 9 de julio, las nuevas dependencias.

 

En Alozaina (Málaga) disfrutarán en breve, de las nuevas dependencias parroquiales. Para conseguir los fondos económicos necesarios para esta obra de remodelación, el pueblo de Alozaina ha organizado verbenas, ha recaudado fondos en la caseta de feria del pueblo y ha promovido una “ayuda vecinal”. Esta ayuda consistía en que las mujeres del pueblo repartían sobres en las casas de todos los vecinos y, al día siguiente, pasaban casa por casa para recogerlos de nuevo. A todas estas iniciativas se han unido las ayudas del Obispado, del Ayuntamiento de la localidad, y el préstamo que ahora deberán pagar durante años.

 

Está previsto que este sábado, 9 de julio, la parroquia de Santa Ana, en

Alozaina, celebre la bendición de los nuevos salones parroquiales, la

casa del sacerdote y la sacristía. A las 19:00 h. D. Antonio Dorado

dará su bendición a estas nuevas dependencias  de un templo que data del

siglo XVII y que presta servicio a un pueblo de unos 2.500 habitantes.

Gracias a esta remodelación de los terrenos parroquiales, pueden contar

de nuevo con la sacristía, que últimamente se había utilizado como un

salón para catequesis; y con un patio interior, que dará luz y aire a

las diferentes dependencias parroquiales.  

MÁLAGA. ESPERANDO EL ALBA

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El arciprestazgo de Archidona-Campillos ha organizado la II Noche

Talithakum. Como lema han elegido “Esperando el Alba”, y eso es lo que

harán, reunirse a partir de las 22:00 h. del sábado 16 de julio,

en la parroquia de Mollina, para compartir música, oración, teatro,

danza, cuentacuentos… con la ayuda de experimentados grupos y

cantautores cristianos como Migueli, los malagueños Ixcís, Brotes de

Olivo y Sal y Luz. Esta iniciativa está abierta a todas las personas que

deseen participar y que quieran poner al servicio de los hermanos los

dones que Dios les ha dado, y, de forma especial, a los jóvenes de la

zona y de toda la diócesis. Ya el año pasado, en la primera Noche

Talithakum, participaron jóvenes de varias ciudades. Se esperan unas 400

personas.

Para más información 952 74 00 19, parroquia de Mollina

NOMBRAMIENTOS EN CÓRDOBA

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Córdoba. 04/07/2005. – Con fecha de hoy, el Obispo de Córdoba, Mons D. Juan José Asenjo Pelegrina, ha procedido a efectuar los siguientes nombramientos que afectan al Excmo. Cabildo Catedral de Córdoba:

 

Deán, al Ilmo. Sr. D. Santiago Gómez Sierra, Vicario General de la Diócesis.

Canónigo Penitenciario, al Ilmo. Sr. D. Mario Iceta Gavicagogeascoa, Vicario Episcopal de la Campiña y párroco de Santo Domingo de Lucena.

Canónigo Lectoral al Ilmo. Sr. D. Alfredo Montes García, Vicario Judicial.

Canónigo Magistral al Ilmo. Sr. D. Fernando Cruz-Conde y Suárez de Tangil, Vicario Episcopal de Economía, Fundaciones y Patrimonio Cultural.

 

También ha nombrado canónigos a los siguientes sacerdotes:

 

Rvdmo. Mons. D. Pedro Gómez Carrillo, párroco de San Miguel Arcángel, de Córdoba.

Rvdmo. Mons. D. Carlos Linares Delgado, párroco de Santa Marina de Aguas Santas, de Córdoba.

Rvdmo. Mons. D. Antonio Jurado Torrero, párroco de San Pedro, de Córdoba.

Rvdo. Sr. D. Manuel González Muñana, párroco de La Inmaculada y San Alberto Magno, de Córdoba.

 

Estos nombramientos serán efectivos el próximo sábado, día 9 de julio, fecha prevista para la toma de posesión.

 

 Córdoba, 4 de julio de 2005

 

NOTA DE LA CEE. ANTE LA ELIMINACIÓN DEL MATRIMONIO DEL CÓDIGO CIVIL, EN CUANTO UNIÓN DE UN HOMBRE Y UNA MUHER, Y SU REDUCCIÓN A MERO CONTRATO RESCINDIBLE UNILATERALMENTE

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                El Congreso de los Diputados ha aprobado por fin dos reformas del Código Civil muy negativas para el matrimonio. Hoy han quedado eliminadas sistemáticamente del Código las palabras “marido” y “mujer”, de tal modo, que el matrimonio, en cuanto unión de un hombre y una mujer, ya no es contemplado por nuestras leyes. Ayer la institución del matrimonio perdió su nota propia de estabilidad legal y fue reducida a un contrato ligero que cualquiera de las partes puede rescindir en virtud de su mera voluntad a los tres meses de haberlo estipulado.

 

                De este modo, las leyes españolas que regulan el matrimonio se han convertido en radicalmente injustas. No reconocen la realidad antropológica y social de la unión del hombre y la mujer en su especificidad y en su insustituible valor para el bien común, en concreto, para la realización personal de los cónyuges y para la procreación y educación de los hijos. Nuestras leyes han dejado, por tanto, de tutelar adecuadamente los derechos de los padres, de los niños y de los educadores. Por otro lado, al dejar prácticamente al arbitrio de la libertad individual la continuidad del pacto conyugal, dejan también desprotegido el vínculo matrimonial y abierto el camino legal a la conculcación de los derechos del otro cónyuge y de los hijos.

 

                Ante esta penosa y grave situación, es necesario confiar en que la sociedad española sabrá salir en defensa del matrimonio, de la familia y de los niños. Es necesario oponerse a estas leyes injustas por todos los medios legítimos que el Estado de derecho pone a disposición de los ciudadanos. Hay que trabajar para que los derechos desprotegidos y conculcados sean de nuevo reconocidos y tutelados. Habrá que colaborar en el establecimiento de la justicia y abstenerse de toda complicidad con la injusticia. Contamos para todo ello con la ayuda de la gracia de Dios que alienta nuestra esperanza.

 

 

 

Madrid, 30 de junio de 2005

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