Cáritas. Sevilla, 3/10/2005. – La inmigración, siendo una realidad global y compleja, comporta en muchos casos una odisea para sus protagonistas. Los últimos acontecimientos acaecidos en las ciudades de Melilla y Ceuta, y especialmente la pérdida de vidas humanas que se ha producido en esta última, nos interpelan una vez más tanto a las comunidades cristianas como a la propia sociedad y a sus gobernantes.
Desde nuestro profundo dolor y una seria reflexión, Cáritas, junto a la denuncia de esta situación, desea solicitar a los poderes públicos la adopción inmediata de medidas eficaces para que, tanto las Naciones Unidas y
Asistimos a una realidad que, de no transformarse, seguirá generando movimientos y dramas como los que hemos vividos en los últimos días. Esta situación, que pone de manifiesto el fracaso de las políticas de ajuste, no debería hacernos olvidar en ningún caso la riqueza humana que supone la presencia de estas personas entre nosotros y su valiosa aportación laboral al sostenimiento de nuestro sistema de bienestar.
Urgen, por ello, las soluciones a corto, medio y largo plazo. Hay que abordar este reto social no sólo con buenas intenciones sino con actuaciones concretas e inmediatas, con compromisos políticos y económicos reales, y con el impulso decidido del desarrollo tecnológico y democrático, dejando a un lado respuestas tímidas o medidas simplistas. El hambre, la injusticia y la necesidad de supervivencia harán que sigan viniendo cada vez más personas y en peores condiciones, o que se encuentren al final de su viaje con un desenlace trágico.
Desde el reconocimiento del trabajo y la entrega de las Cáritas de Melilla y Ceuta, Caritas expresa ante estos hechos su profundo dolor y repulsa. Y desde el compromiso activo de acompañamiento y presencia solidaria que realiza a través de labores de acogida de emergencia, reafirma su voluntad, como Confederación estatal, de seguir ayudando a los más vulnerables y de realizar un trabajo planificado para responder tanto a las situaciones de urgencia como para ofrecer soluciones a medio plazo.
Reiteramos nuestra defensa de una acogida digna a estos seres humanos que, desde las actitudes y gestos de respeto, solidaridad, amistad y fraternidad, vividos con sencillez y constancia en la vida diaria, haga posible el desarrollo integral de estas personas.
Desde el desgarro producido por la situación presente, pero con la esperanza de que otra realidad es posible, que se fundamenta y alimenta en la fuerza de renovación y transformación del Espíritu que nos anima e impulsa irresistiblemente a denunciar y anunciar la buena noticia a los más pobres, Cáritas comparte con toda la sociedad andaluza el dolor y la esperanza junto a nuestros hermanos subsaharianos.
Cáritas Regional de Andalucía
954 347 363
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